Capítulo I

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Capítulo uno
Cabaña trece
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Hacía apenas una semana que había llegado al campamento mestizo. Se preguntaran como era mi vida, antes bueno, les tengo que decir que era pésima, aunque nunca me falto el cariño de mi madre, todo lo opuesto de mi padre, pero no lo culpo, es un Dios y tiene que cumplir sus obligaciones al ser el mensajero de los dioses, ¡Si, lo sé!, es Hermes, aún estoy procesando todo.

Sobre mi apariencia se puede decir que tengo una larga cabellera castaña, mis ojos son de un verde olivo con ese típico toque de diversión que tanto identifica a un hijo de Hermes, mientras que mi  piel ligeramente bronceada, debido a que nací en un país latino.

—Eso es trampa—dije, haciendo un pequeño puchero a mis nuevos hermanos.

—Así es el juego hermanita—Hablo, Connor jalando unos de mis mejillas.

Un pequeño jadeo de dolor se me escapó de los labios, solo fue cuestión de minutos para que ambos chicos me alzaran y me intentarán sacarme de la cabaña once.

—Debes ir de inmediato— agregó, Travis dándome el empujón final.

Ese era el motivo por el cual en este preciso momento, estoy apunto de cumplir el reto, y todo eso como consecuencia de haber perdido la pequeña guerra de chistes que yo misma había propuesto en un principio. 

Referente al reto no era tan difícil, solo costa entrar a la cabaña de Hades, buscar algo de valor para venderlo, Si, lo sé, eso se llama robar pero no tiene mucha importancia.

[...]

La oscuridad de la noche reinaba en la cabaña, me movía sigilosamente por el lugar logrando tomar una que otra cosa, las guardaba en los  bolsillos delanteros de mi suéter.

Tarareo una canción de mis canciones favoritas, estaba tan sumergida haciendo mi reto, que ni siquiera darme cuenta de la presencia de alguien más en la esquina del lugar, hasta cuándo ya es muy tarde.

—¿Qué haces aquí?—pregunto, una voz con sería molestia.

Un pequeño brinco involuntarios doy en mi lugar, sintiendo como la garganta se me seca por completo, debía hacer algo urgente por salir viva de este lugar.

—Eh...—vacile, mirando alguna vía de escapa pero una idea se me pasó por la cabeza.

—¿Qué es eso?—pregunte, señalando un punto ciego de la pared.

Mis pies reaccionaron solos, corrí a toda prisa hacía la puerta de la cabaña trece, solo con ver que el habitante de esta cayó en mi juego.

—Ven, aquí ladrona—Escuche, aquella voz a mi espalda.

Era masculina, no me quedó ninguna duda de que era Nico Di Angelo, estaba conciente que si él me lograba agarrar tendría una muerte segura, con gran habilidad ignore las Arpías que rodean el campamento mestizo.

Como pude llegue hasta la parte trasera de mi cabaña, tenía conocimiento que había una pequeña ventana que mis hermanos siempre dejaban abiertas, por estas clases de circunstancias.

Uno
Dos
Tres

Me lancé con precisión dentro de esta, pequeños jadeos de dolor se me escaparon al sentir el inminente golpe contra el piso, junta a un sonido emitido por la madera del suelo provocado por mi caída.

—¡Auh!—Exclamé, mientras con mi mano me sobó la frente, que ha sido la parte mayor afectada.

El interior de la cabaña once, era en completa paz, los sonidos en el ambiente eran respiraciones calmadas juntos a pequeños ronquidos provocados por mis hermanos u otros campistas que no los han reconocidos sus padres divinos. 

Di pequeños pasos sobre las puntas de mis pies, no queriendo despertar a nadie, todo iba relativamente bien.

—Pensaste que te ibas a salvar...

Solo con escuchar esa voz sentí un escalofrío, recorrer todo mi cuerpo, trague saliva lentamente mientras una sutil sensación de miedo se apodera de mí.

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PD: Está historia entra en edición, no habrán cambios en trama, solo corrección de ortografía y narrativa.

Cuídense mucho mis dulzuras
Besos 😘😘😘

CORREGIDO

Ladrona de mi corazón (Nico Di Angelo) © ✔️Where stories live. Discover now