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Horas después, llegaron todos los convocados. Los pibes estaban hablando con Juli.

—¿Cómo son, Ju? —le preguntaba Gastón, refiriéndose a cómo eran los jugadores de la Selección.

—Locos, directamente, locos —respondió el de River—. Son re buenos, hay muchas parejas acá. Se van a dar cuenta.

Unos minutos después, apareció Nahuel Molina, quien se abrazó con Juli.

—¿Y Cuti y Licha? —le preguntó Álvarez.

—No sé si chapando o... —Nahu no pudo terminar la frase, porque le tiraron un pelotazo, que no le pegó en la nuca de pedo.

—¡Callate, Molina! —gritó el Cuti.

—¡Cuti! —lo saludó Julián.

—¡Hola, Arañita! —dijo Cuti, yendo corriendo a abrazar a su amigo.

Lisandro se acercó y lo abrazó también. Juli, al ver que sus amigos de Boca y River se miraban entre ellos sin saber qué hacer, los presentó, recordando cuando él había llegado a la Selección.

—Che, Ju —le dijo Licha—, ¿venís con nosotros o te quedás con tus amigos? —le preguntó.

—Voy —respondió de inmediato Álvarez. Había extrañado mucho a sus amigos. Los cuatro se habían extrañado.

Julián se fue con sus amigos, y los pibes se miraron.

—Che, ¿qué hacemos ahora? —preguntó Enzo.

Todos se encogieron de hombros, en señal de que no sabían qué hacer ahora que se había ido Julián.

—Aparte de Juli, con los únicos que hablamos son Franco, Gonza y Lucas cuando ellos dos estaban en River —comentó Cristian.

—¿Y si vamos a buscar a Cache y lo jodemos un rato? —propuso Santi.

Todos aceptaron.

____

—¡¿Qué pasó, Cache?! —gritó Martínez Quarta, al escuchar el grito de su novio.

—Los pendejos estos pasaron —gruñó Montiel, aún asustado.

Señaló a los pibes, quienes se reían.

—¿Qué pasa acá? —llegó de la nada el Ratón Ayala.

—Estos pasaron, Ratón —dijo Gonzalo, y los chicos dejaron de reír casi automáticamente.

De forma inconsciente, ellos esperaron un regaño luego de que Montiel terminara de contar cómo lo habían asustado, y parecía que Ayala los iba a retar, pero que se arrepintió. Se fue, buscando a sus amigos.

Los pibes se miraron y se alejaron lo más rápido posible. Llamaron a Zeballos.

—¿Quién es? —preguntó Medina.

—Alan —respondió su amigo, alejándose con una sonrisa boba.

Santi y Cristian se alejaron también para charlar solos un rato. Ellos se llevaban bien, pero claramente no podían estar mucho juntos por sus equipos, al menos no a la vista de los periodistas. No se hablaban mucho cuando se juntaban con sus amigos, pero iban a aprovechar un poco esa convocatoria. Aparte, Santi Simón se había querido acercar a Medina desde hacía un mes, pero no sabía cómo.

Se acercaron a una de las canchas y se sentaron por ahí.

—Los chicos decían un tiempo que te gustaba el Chango, ¿viste? ¿Qué onda con eso? ¿Era verdad? —preguntó Simón, queriendo sacarse esa duda.

Bover de Selección (Medina x Simón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora