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—¿Qué pasa, Pablo? ¿Qué me querés decir? —le preguntó Julián cuando estuvieron en la pieza de Pablito.

—Ju, en ésta voy a ser directo —eso ya le dio un mal presentimiento a Juli—: ¿Te gusta Rossi?

—¡¿Eh?! ¿Agus? —Juli se rió—. Nada que ver, sólo es mi mejor amigo.

—Desde que volviste de la Copa, ¿no? —dijo Aimar.

Julián asintió. Pensó de nuevo en la pregunta de Pablo, y se sonrojó.

—Dale, Ju, te conozco bien —le dijo Pablo—. Si te gusta decime, sabés bien que yo nunca digo nada.

—Primero: ¿cuáles serían tus argumentos para decir que me gusta Agus?

—1: el apodo con el que lo llamaste... —Juli lo interrumpió.

—¡El apodo se lo puso Rojo, y quedó! No se lo puse yo, aunque recién me dijo que yo le ponga un apodo mejor, porque odia que le digan "Peluche".

—2 —siguió Pablo sin hacerle caso—: como estuviste. Lo llamaste cuando estabas a punto de llorar por lo que te dijo Medina, y un par de minutos después te estabas riendo.

Julián no tuvo nada que discutirle en eso, pero comentó:

—No sé por qué, pero desde agosto, que fue un tiempito después de que Rossi y yo nos hiciéramos amigos y empezáramos con lo de las bromas juntos, cuando necesito calmarme lo llamo a él.

—Estás enamorado, por eso —dijo Pablo. Juli no supo si se estaba burlando o qué—. Si cuando estás mal y llamás a alguien y tu estado de ánimo cambia así de rápido, no es sólo amistad. Te gusta —luego prosiguió—. 3: cuando dijiste que a veces te preguntabas por qué dejaste que te conociera tan bien (explicame por qué dijiste eso) y luego dijiste que lo querés y se te pasa...

—¡Lo quiero como amigo, Pablo!

—... Y cuando dijiste que amás cuando te cambia de tema así de repente.

—Es que me gusta como hace eso, osea... estamos hablando de algo re tranquis y de repente cambia totalmente de tema. Ah, y sobre lo otro que dije: él me preguntó si había estado llorando, yo le dije que no, él me dijo "dale, Ju, te conozco, sé que estuviste llorando" —explicó Julián.

—Él se preocupa por vos, Juli, re lindo —comentó Aimar—. Y se nota que te conoce, porque me parece que lo notó al principio de la llamada: ahí te temblaba la voz como si fueras a llorar en cualquier momento.

Julián estaba por decir algo, pero justo lo llamaron.

—¿Quién es? —le preguntó Pablo.

—Rojo. ¿Pongo el altavoz?

—¡Obvio! —aceptó Pablo, como toda chusma.

—¿Qué pasa, Marcos? —preguntó Juli.

Hola también, Julián —se burló Marcos.

Ajá, hola, hola. ¿Qué querés?

¿Seguís enojado porque te corté la conversación con tu novio?

¡No es mi novio, Red!

Ja, dale, Arañi, eso no te lo cree nadie.

Aimar aguantó la risa al ver el sonrojo de Julián.

—Che, ¿Peluche está con vos? —le preguntó Juli a Rojo.

—¡No me digan así, les dije! —gritó Rossi.

—Ya veo que sí está con vos —se auto respondió Juli—. Marquitos, pasame con Agus, que nuestra charla no la terminamos hoy por culpa de alguien.

Dame... ¡Ni se te ocurra, agarrá tu celular, gil, pero el mío no lo tocás! —chilló Marcos, luego del "dame" de Agus.

Julián se tentó y Pablo tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no hacer lo mismo.

Ju, corto y hablá con Peluche desde tu celular... ¡Ooole! —gritó Marcos, cuando evidentemente se corrió para que Rossi no le pegue.

Cuando cortaron la llamada, los dos cordobeses se cagaron de risa.

—¿Qué hago? ¿Lo llamo o no? —le preguntó Julián a Pablo cuando ambos se calmaron.

—Van a hablar igual porque si no lo llamás vos te llama él —dijo Pablo—. Si querés tomar la iniciativa...

—¡No me gusta, te dije! —exclamó Álvarez.

Aimar se rió.

Julián atendió la llamada de Rossi con una sonrisita...

Bover de Selección (Medina x Simón)Where stories live. Discover now