La Justicia Y El Conejo

Una Diosa Molesta

Narrador:

Mientras toda la familia Astrea cenaba alegremente, la Diosa de dicha familia se encontraba algo molesta, ¿por qué? Simple, ella logro notar el diminuto y muy leve sonrojo en la cara de Ryuu, no le habria molestado de no ser porque ese mismo sonrojo fue causado por el chef conejo de la Familia.

Ella noto como después de mirarse mutuamente ese sonrojo aparecio en sus mejillas, solo duro unos pocos segundos y luego regreso a la normalidad.

Por alguna razón que ella desconocia, eso le molesto, ¿celos? Como si un hombre lograra enamorarla (pinshi tsundere) ¿Enojo? Si, muy leve, pero no sabía el porque.

Astrea solo agito un poco si cabeza y continuo distrutando de la deliciosa comida que el albino había preparado.

Mientras trataba de distraer su mente, logro observar como de un momento a otro, Alise aparecia atras de Bell y lo abrazaba por el cuello.

–¡Conejo!– Grito infantilmente la capitana de la familia.

–¡Ah!– La sorpresa de ser abrazado inesperadamente junto con un grito en su oreja hicieron que Bell se atragantara con la comida que tenia en la boca.

–*Cof* *Cof* No vuelva a hacer eso Alise-sama– El rostro de Bell se volvio azulado mientras tocia para sacar la comida que tenia atorada.

–jejeje... ¿ups?– Alise recibio un palazo de madera en su cabeza.

–Debes detener tus intentos de asesinar a Bell– Ryuu dijo mientras golpeaba el pecho de Bell para finalmente liberarlo de su asfixia.

–Gracias Ryuu-san...– Aun adolorido, Bell no perdio sus modales y agradecio a la elfa que salvo su vida.

Después de ese incidente no paso nada relevante en la cena, solo que la molestia de Astrea incremento levemente.

Toda la familia termino su cena y se retiraron a sus habitaciones, Bell camino solitariamente hacia la suya y se encerro en la misma.

Cerro sus cortinas, se tiro a la cama y trato de conciliar el sueño, "trato".

–Conejo, sigues despierto?– La voz de alguien detras de su puerta evito que se durmiera.

–Eh? Si, quien pregunta?– Bell pregunto, levantandose de su cama y acercandose a la puerta.

–...Kaguya Gojouno– Al decir su nombre el paso de Bell freno, este comenzo a sudar recordando que si se intentaba sobrepasar con sus amigas ella seria la que lo castraria.

–P-puedo p-preguntar, p-por qué quiere verme?– Bell lanzo la pregunta con nerviosismo notable en su ser.

–Tranquilo niño, no es por ese "motivo" por el que quiero verte– Kaguya escucho como el albino suspiraba de alivio para seguido de eso, la puerta sea abierta.

–Si ese no es el motivo de su visita, ¿entonces por qué se encuentra aqui?– La intriga de albino era notable.

–Casate conmigo, prometo que te hare feliz, sere una buena esposa! Solo te pido una cosa! Esa deliciosa comida tuya! Por favor!– La pelinegra se avalanzo hacia el muchacho el cuál se encontraba en shock y con un gran sonrojo en su cara.

Por lo que no pudo reaccionar a tiempo y termino en una situación muy comprometedora que a Kaguya parecio no importarle.

Ella se encontraba encima de el con su kimono un poco entre abierto que dejaba ver sus pechos copa C.