CUATRO

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—¡Louis! ¡Apúrate que Shawn ya está aquí! —gritó Lottie desde abajo, su hermano mayor ya había llegado.

—¡No encuentro mis Vans! ¡Dame 3 minutos! —contestó desde su habitación buscando debajo de su cama —¿Dónde mierda las dejé?

—¿Necesitas ayuda, Lewis? —preguntó una tercera voz y el ojiazul se sobresaltó golpeando la parte trasera de su cabeza con los palos de la cama y escuchó una risa.

"Shawn".

—Tienes 23 años y aún no sabes tocar la puerta —comentó Louis saliendo de debajo de la cama y levantándose sacudiendo su pantalón.

—Por Dios, tu habitación está peor que la mía —dijo en cambio su hermano ignorando lo anterior dicho y observando a su alrededor, habían jeans, camisetas y medias tiradas por todos lados.

—"Como tienes el cuarto, tienes la vida" —citó el menor.

—Buen punto —señaló Shawn.

—¡Aquí están! —dijo sacando sus zapatillas.

—Aleluya.

—Ay cállate, ya vamos —habló Louis metiendo su celular en el bolsillo.

Ambos bajaron las escaleras y fueron a la sala para encontrarse con su madre y hermana en el sofá.

"¿Desde cuándo llega temprano?". Pensó el ojiazul.

—¡Shawn! —saludó su mamá sorprendida.

—Hola —asintió en saludo su hijo.

—Qué sorpresa verte por aquí, ¿a qué has venido? —preguntó su madre levantándose y caminando hacia su hijo mayor.

—Voy a salir con Louis, día de chicos —contestó simplemente y su madre asintió.

—Ya veo, diviértanse, no lleguen tarde que mañana Boo tiene clases —advirtió y el otro hermano se sonrojó.

—¡Ma! ¡No tengo 4 años! —reclamó el ojiazul.

—Ay, babosadas, aún eres un niño —respondió su madre tocando la mejilla del menor.

—¿Yo? ¡Lotts tiene 14, ella es la niña! —volvió a reclamar mientras que sus otros dos hermanos se divertían con la escena.

—Con tal de que tú tampoco te vayas a ir... porque ya estás creciendo.

—Madre —advirtió Shawn.

—¡Pero es verdad! Tú te fuiste y no te veo seguido, no quiero lo mismo con William —se defendió melancólica.

—Joder, no es difícil llamarme por mi nombre —susurró con la voz muy baja Louis.

—Mamá, no toda la vida me iba a quedar en casa —explicó despacio el mayor.

—Ay ya, bueno yo decía, adiós chicos —evadió Jay, su madre y desapareció tras subir escaleras.

—Ya se acostumbrará —dijo Lottie.

—Han pasado tres años y sin embargo, no lo ha hecho —dijo Shawn.

—Dale más años entonces —bromeó el hermano del medio —Ya vámonos.

Dijo y Shawn asintió.

(...)

—Entonces ese chico te sigue gustando...—comentó el mayor ambos estaban en una heladería.

—Ajá y lo único que hace es insultarme en un idioma raro —dijo Louis lamiendo su helado de chocolate con menta.

—¿Idioma? —preguntó el castaño mayor.

Cenutrio (L.S) Onde histórias criam vida. Descubra agora