Segunda temporada de "Enamorada de un millonario".
Iguro logra conseguir su sueño de ser un cantante junto con su banda, formada por Sanemi, Sabito y Giyuu. Viviendo en Japón.
Mitsuri toma un largo viaje hasta Londres, donde actualmente vive y lleva...
Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.
Dando su último suspiro, termino todo con un largo beso en los labios de Mitsuri, el sacaba lentamente su miembro en ella.
Sus cuerpos desnudos y el sudor bajando por todo el intenso momento que tuvieron los hizo quedar "agotados". Haciendo el amor.
Si, terminando a las diez de la noche. Las ganas de continuar se anhelaban de el, pero Mitsuri ya tenía bastantes moretones en todo su cuerpo y debía irse a casa para estar con Makomo y cuidar de Senjuro, además también estaba la hermana menor de Iguro.
La chica era de piel sensible, así que lo mejor era dejarlo para otra ocasión donde hubiera más tiempo, sin preocupaciones.
Incluso se dispusieron a bañarse juntos en el hermoso jacuzzi que tenia Obanai
— Tu realmente eres tan hermosa. Creo que ni siquiera te merezco. Fui un imbécil.
— Tu y yo somos uno. Tu me haces tan feliz Iguro, yo tengo la dicha de tener a un chico tan lindo como tu, que me cuida mucho. Me has protegido muchas veces.
— Es que no quiero que nadie te haga daño. Eres tan linda con todos que me frustra que aveces abusen de ti. Si alguien te tocara sin tu consentimiento, yo-yo soy capaz de hacer cualquier cosa para que pague.
Ella rodeo su cuerpo, abrazando al único hombre que en verdad amaba. El sentir como el se preocupaba por ella, hacia que su corazón sintiera paz.
— Te amo Iguro... Nunca he dejado de amarte, eres como la luna que a pesar de ser de noche, tu siempre cuidas de mi. Eres tan sutil, tan ágil y cuando estoy a tu lado, nada me da miedo. Me siento protegida en todos los aspectos.
— Eres tan buena conmigo. Este mundo es un asco, no te merecemos.
— Tu eres quien me hace feliz...
— Perdóname... Siempre arruinó todo. Yo no creo en las palabras de esa mujer.
— Iguro...
— Si hice las pruebas son para entregárselas en la cara, no porque ahora dude de ti. Tal vez antes si, pero entiendeme, ella es mi madre. El ser que me dio la vida.
— Si, tienes razón. Ella es tu mamá y si me pongo en tu lugar, yo también creería en la palabra de ella.
Durando casi media hora, se dispusieron a salir, debía llevarla a su departamento antes que fuera más noche.
Iguro se colocó sus boxers y un pans holgado. Sentándose en la orilla, bajo la mirada, pensando un poco.
Como Mitsuri por lógica no tenía ropa, debía ponerse la misma, cuando llegase a su hogar se cambiaría.
Le vio muy pensativo al chico y eso le hacía ver tan atractivo. Su cabello mojado hacia que gotas de agua cayeran a su pecho desnudo.
Mitsuri se acercó a el con otra toalla limpia, arrodillandose un poco para secar su lindo cabello negro.