033; Euforia.

328 23 9
                                    

POV LUFFY.

Amarlo, era como navegar en el océano en corriente contraria.
Amarlo era caer al mar aún sabiendo que irias directo al fondo y no habría vuelta atrás.
Amarlo era lanzarse a la aventura marina con un mapa... sin saber leer mapas.
Perderlo fue caminar descalzo cuando tienes quemaduras de tercer grado en tus pies.
Perderlo fue depresión como jamás conocí.
Perderlo fue perder todo lo que en algún momento soñé.
Perderlo fue renunciar a amar de la única forma que sabes.
Perderlo fue perderme a mi mismo.
Extrañarlo fue guardar el luto que llevó en mi pecho hoy día.
Extrañarlo se sentía como llorarle a un muerto.
Extrañarlo era caminar montaña arriba sin mirar atrás.
Pero amarlo fue eufórico.

Tocarlo fue como cumplir tu sueño y darte cuenta que fue todo lo que alguna ves quisiste tener entre tus manos.
Besarle fue probar la comida que tanto te gusta después de pasar 10 años en hambre.
Mirarle era tu primer respiro después de casi morir ahogado.
Pelear con él era como meterse a un laberinto sin salida.
Pero amarlo era euforia pura.

Descifrarlo siempre fue tan fácil como abrir un libro para niños y dejarte guiar por los dibujos, para mi amarlo a él era como arder en rojo ardiente.
Olvidarlo fue como desear nunca haber nacido, lleno de euforia.

En lo único en lo que podía pensar era en una sola cosa ¿Como pudo hacerlo? ¿Como había sido tan sin vergüenza de mandarme una invitación? ¿Acaso era una broma? ¿A que demonios estábamos jugando?
Todo estaba claro, él me había olvidado.
Yo en su vida era un insignificante del montón, y lo que más me dolía de pensar en ello, es que eso solo demostraba una cosa, y es que jamás me amó, y nunca lo hará, si es que yo tenia la esperanza de que lo hiciera.

Mentía siempre, de noche y de día.
Y si es feliz con ella, que vaya, que se case, que viva feliz por siempre, y "que me duela lo que tenga que doler" pensaba.
Y como fui yo a sentirme afortunado de tomar su mano, de poder mirarlo distraído, de sentir que tenía todo con solo estar a su lado sin hacer absolutamente nada, todo era mentira.
Y a cada paso que daba sentía que el me acompañaba, como si fuera un muerto.

¿Y si me presentaba? Es decir, debía presentarme ¿No? Al final de todo, yo prometí mirarlo en cada respiro que diera, siempre estarlo observando.
Y pensaba siempre ¿Él me mirara?
Yo soy un raro ¿Y él? Una obra de arte.

- Concéntrate, Luffy -. Escuché decir a aquella mujer sentada frente a mí. - No llegaremos a ninguna parte con tu terapia si no dices nada cada vez que vienes.

¿La verdad? Tenía razón. Robin y Nami habían tenido la magnífica idea de mandarme a terapia, según ellas "para olvidarme del sin nombre"
Dios... ¡Como si charlar con una completa desconocida fuera a hacer milagros!

- La boda esta cada vez más cerca -. Fue lo único que pude emitir en ese momento, ya que mi mente se encontraba divagando por todas partes, estaba y no estaba, era y no era.

- ¿Y como te sientes respecto a eso?

Suspire y rode los ojos. La misma pregunta de siempre. Cada que venía y me sentaba aquí me preguntaba si a esta señora le pagaban por hacer exactamente la misma pregunta las dos horas que me sentaba a perder el tiempo.

- Confundido -. Conteste seriamente, no me interesaba estar allí, pero tampoco quería seguir decepcionando a mis Nakamas, y si ellos piensan que esta mierda me ayudará, al menos debía intentarlo.

Me miró por encima de sus anteojos que yacían casi sobre la punta de su pequeña nariz, paso saliva y a continuación dejo aquella libreta y lápiz sobre sus piernas.

- No sé qué es lo que debo de hacer -. Me limite a decir, era la verdad, no sabía que debía hacer.

Esta vez, ella se aseguró de también depositar sus anteojos en un costado. - No siempre tienes que saber lo que debes hacer, Luffy. Pensaba que tenías eso bien claro, eres un chico enérgico y compulsivo, no te atormentes más con esas preguntas, estas aqui para entender que esta pasando, no para olvidar.

- El punto es que ni siquiera entiendo lo que está pasando, Becca.

Paso sus delgados dedos sobre sus cabellos dorados. Mi terapeuta, Becca, solía ser así. Era una chica seria y con carácter, me decía las cosas tal cual era, puesto que, es su trabajo, y ni siquiera me conoce, no tenia porque tener tacto conmigo en ningún ámbito, y a pesar de todo, lograba transmitirme paz con cada gesto y palabra que emanaba de su ser, era buena en lo que hacía.

- Mira Luffy, a veces las relaciones no tienen un cierre, han pasado casi dos años de lo que aconteció entre ustedes dos, ambos han hecho muchas cosas en este tiempo, ¿No crees que quizá el solamente quiere darle un cierre a esto? -. Alzó sus cejas y me miró de forma desafiante, esperando a cualquier cosa que estuviera a punto de decir para anotarlo sobre aquella hoja.

Miré hacia abajo, temeroso de la existencia misma. - ¿Que tal si yo no estoy listo para darle un cierre a esto?

- En algún momento tendrás que dejarlo ir...

- ¿¡Estas diciendo que la única forma de dejarlo ir es asistiendo a su maldita boda!? -. Interrumpí, tajante.

- En ningún momento yo dije eso -. Corrigió casi de inmediato, lista para la guerra masiva que desató con aquellas palabras.

- Escucha Becca, se que a los dos nos importa una mierda lo que esta sucediendo...

- De ninguna manera Luffy, a ti te afecta de manera sobrenatural.

Chasquee los dientes, furioso.- Honestamente me importa una mierda -. Refute inmediatamente.- Me parece estúpido que después de todas las cosas por las que pasamos y las condiciones en las que quedamos me haya mandado una puta invitación a su boda, estoy cansado. - Negué repetidas veces mientras restregaba mis manos sobre mi cara de forma descomunal.

Becca solo se limito a mirarme de nuevo, sabía que estaba entrando en un ataque de ansiedad y que no era nada bueno abrir la boca.

- Luffy solo intento ayudarte...

- ¡NO! -. Grité. - Tú no quieres ayudarme, estás aquí diciendo estupideces porque te pago para ello -. Sin nada más que decir y aún faltando una hora con quince minutos, me levante de aquel sillón marrón y salí disparado del lugar, no me interesaba para nada seguir allí, además, necesitaba aire fresco.

Pensé en dos ocasiones, regresar al consultorio, pedir perdón por ser tan egoísta, tan inmaduro... ah, como me lastimaba esa palabra; "inmaduro" me hacía sentir que todo lo que había pasado con Law solamente fue una creación de mi cabeza y que soy tan inmaduro que aún no puedo salir de ese vacío, quería arrancarme la cabeza y tirarla al mar lo más lejos posible.

Caminando entre las calles, y con el mismo pensamiento de siempre: "soy tan inmaduro como para dejarlo ir", con el autoestima hecha pedazos, sin ningún rastro de la alegría que solía caracterizarme, me detuve cerca de una luz, estaba por anochecer y los faroles de la ciudad comenzaban a encenderse.
Me recargue sobre un poste, aturdido, desorientado, pero sobre todo cansado, estaba cansado de esta mierda, nada funcionaba, nada que yo hiciera me quitaría esta agonía de encima, ni siquiera pasar tiempo de calidad con mis amigos, a quienes consideraba casi como mi familia.
En ese momento pensé, en que si hubiera una forma de intercambiar lugares, lo haría.

Pensaba detenidamente que el problema no recaía en que Law fuera a casarse, sino que me haya invitado a su boda. Sentía que todo esto era solo para joder, para ver cuanto me dolía, para ver cuanto tiempo más podía resistirlo.
Pero, estos sentimientos y pensamientos también me hacían sentir inmaduro y egoísta, quizá el solo quería que asistiera al que probablemente era el mejor día de su vida, o al menos eso dicen todos acerca de las bodas.

- Tal ves debería ir -. Me dije para mi mismo, dispuesto a comportarme de forma decente, dispuesto a confrontar mis más grandes pesadillas. Definitivamente será algo que discutiré hoy con la almohada.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 15, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¡No estoy enamorado de ti! (Law × Luffy)Where stories live. Discover now