017; La Historia Jamás Termina.

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Había miles de razones por las cuales tenían que detenerse. Pero era difícil de entenderlo para las cabezas parecidas a las de Luffy, y demasiado cobarde para las cabezas como Law. ¿Cual era el verdadero sentido de todo aquello?

Law se encontraba en un abismo inmenso conforme pasaban los días, pues aunque la historia era larga y parecía jamás terminar, no valía la pena contar y recordar cada día, solamente predominaban aquellos buenos días en su mente, buenos días al lado de Cora-San, buenos días con su tripulacion, buenos días al lado de la tripulacion de los sombrero de paja y sobre todo, buenos días con el capitán de dicha tripulacion. Era un estúpido a sus ojos cuando no le miraba como enamorado empedernido, y podían llevarse bien la mayoría de las veces sin siquiera besarse. Porque ahora que lo recordaba bien, había olvidado el sabor de aquellos labios confundidos y puros, había olvidado la última vez que Luffy había colocado sus manos entre su camisa, había olvidado como se sentida jugar con los cabellos del menor mientras este exploraba cada parte de su boca, porque si el quería ser realmente sincero, solo llegaron a besarse menos de 5 veces, en menos de 3 días, pero de ahí en adelante, todo sigue exactamente igual, y era aburrido y monótono para el, sobre todo cuando tenía a un Luffy fastidioso al lado de él, sobre todo cuando no podía ver defectos de él tan marcados como ese y romantizaba el mismo hecho de que Luffy se pusiera furico porque aún no estaba la comida, era tan tierno ¿Verdad?
El mismo se culpaba de ser tan estúpido y venerar cada parte de aquel chico, pues aunque bien sabía que no era lo correcto, parecía imposible deshacerse de aquello, era más fuerte que si mismo y que toda esa sombra que le acompañaba día con día y noche con noche.

En este mismo momento, miraba aquel chico de lejos, viendo como este jugaba con las velas del barco y se balanceaba de un lado al otro, sin temor de caer al agua; y se preguntaba si también podría balancearse en sus brazos sin temor a amarlo, porque el realmente sabía que lo amaba, no existía otra palabra, el había estudiado cada cosa del ser humano, el sabía que el enamoramiento repercute al sistema inmunologico y que en muchas ocasiones había visto a pacientes enfermos que iban a consultarse sin tener idea de qué lo que en realidad padecían era enamoramiento, ¿El amor es una enfermedad?

Luffy, por otra parte, claro que jamás se olvidaría de aquellas veces en que los labios de Law habían estado en los suyos, le parecía interesante y le gustaba guardarlo como un tesoro. Era algo misterioso y cada vez que lo recordaba una sonrisa se pintaba en su rostro, pues le hacía sentir la más pura de las adrenalinas, guardaba aquel recuerdo en su mente y corazón como su mayor tesoro. Era un tesoro vago, rebelde, oscuro y suave. Y eso le gustaba, le gustaba guardar algo tan interesante solo para el y para aquel chico que no hacía nada más que mirarle todo el tiempo. ¿Qué pensaría? ¿Qué pasará por su cabeza? ¿Acaso lo ve como un mocoso? ¿Acaso se fastidia de él fácilmente? No tenía ninguna respuesta, pero tenía miles de preguntas que exactamente, no estaba interesado en responder.
El deseaba entenderlo desde luego, pero si entenderlo lo iba a llevar a pensar y sentir cosas diferentes, prefería solamente no entenderlo. Pues aunque fuera confuso para él el hecho de que él mismo había besado a Law en dos ocasiones, y Law le había besado en otra ocasión, no sabía el porqué de las cosas, y que pasaba con aquello, el solo era tan instintivo que se dejaba llevar por cada cosa, y si besar a Law implicaba dejarse llevar el estaba contento de hacerlo.

Y, cuando dos mentes diferentes, dos personalidades lo más parecidas al agua y aceite se juntan, es difícil. Porque verdaderamente eran tan diferentes, Law deseaba tanto entenderle, deseaba tanto poder buscar en su interior y descubrir cada cosa que le rodeaba, su existencia le aprecia una fascinación, podía observarlo dormir por horas sin aburrirse; contando cada una de sus pestañas, poniendo un nombre a cada uno de sus cabellos, besando cualquier parte disponible de su piel, tantas cosas que ya había hecho mientras el menor dormía, como acunar su rostro, o acariciar sus manos. Pero realmente no lo entendía, el sabía que estaba enamorado desde luego, desconocía los motivos pero estaba seguro de que una parte fue su mismo descuido hacia la admiración hacia aquel chico. Y no lo entendía, ese era el mayor problema, no entendía el amor y como funcionaba y que se debía hacer, el solo quería tener aquel chico para el, para amarlo, para protegerlo, para hacerlo reír, para alimentarlo, solo quería hacerlo feliz, porque si Luffy era feliz el también podría ser feliz.

¿Pero que había de Luffy? ¿Verdaderamente como veía aquello que a los ojos de Law era complicado, doloroso y estúpido? Luffy desde luego, lo entendía mucho menos y a diferencia de Law no estaba interesado en entenderlo.
El sentía mucha admiración hacia aquel médico, siempre supo que era una excelente persona, y eso le agrada a también. Se sentía tan afortunado de tener un nakama como el, pero tampoco lo entendía mucho. No entendía la extraña relación que llevaban, porque el le quería exactamente igual que a todos sus demás nakama, quería protegerlo y amarlo hasta el cansancio, pero había algo diferente, había un toque de un sabor diferente, los abrazos, aunque le transmitían amor, cambiaban de sabor y sensación. Se sentía como el limón a cualquier comida, había un toque amargo que provenía de la personalidad del otro, y venía un toque agrio que provenía de su propia personalidad. Pero le gustaba aquel resultado, el quería a su nakama, y lo protegería hasta morir, pero había algo que le hacía sentir diferente, sobre todo cuando estaba al lado de aquel chico al que había besado dos veces impulsivamente. Quizá era aquello, quizá aquel sabor en realidad era el sabor de los labios de Law, quizá esa sensación era una unión profunda porque no sólo era un apretón entre abrazos, quizá la sensación era de profundidad debido a aquellos besos, aunque le confundía de manera extrema.

Desde muy arriba del barco, Luffy devolvía aquella mirada vaga a Law. Ambos se encontraban en barcos distintos navegando en un mar sin brujula. Ninguno de los dos sabía que significaba aquella mirada y porque surgía tanta curiosidad como si aún quedara un mundo entero por explorar.
El viento soplaba fuerte, Luffy constantemente ponía de nuevo el sombrero en su cabeza y acomodaba parte de su ropa que estaba a punto de llevarse aquel viento, pues se encontraba de frente contra este. Al contrario de Law, quien estaba sentado abajo en la cabeza del barco, de espalda contra el viento, con su capucha puesta y las manos reposando suavemente en sus piernas encogidas, y aquellos ojos profundos y misteriosos observando con detenimiento cada partícula de Luffy esparciendose por aquel aire.

No había mucho que decir al respecto, Zoro y Robin no habían dicho a nadie más sobre lo que sabían, aunque muchos de ellos ya sospechaban que algo extraño pasaba entre ambos capitanes. Por otra parte, la tripulacion de Law también se sentía confundida por el hecho de que Law repentinamente quisiera estar cerca de ellos todo el tiempo a diferencia de antes que hasta evitaba su presencia.

No había cambios, se paraban a pesar de vez en cuando y jugaban a un millón de cosas ambas tripulaciones, comían juntos, hacían fogatas en islas pequeñas, muchos de ellos bebían hasta el cansancio, y la historia jamás termina, sólo evoluciona. El camino era largo, y los días sin respuestas también lo eran, lo único que se esperaba era estar recostado y cerrar los ojos imaginando que el mañana fuera mucho mejor que el hoy.

¡No estoy enamorado de ti! (Law × Luffy)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن