¡No estoy enamorado de ti! (Law × Luffy)

012; Una noche de chicos.

Estaba más que consciente que muchas cosas eran inevitables, y que, por ejemplo, el hecho de que sus nakama estuvieran lejos de el o incluso alguna vez todos tendrían que disolverse para continuar con sus vidas; era inevitable y algún día ocurriría aunque eso le rompiera el corazón.
No sabía como se sentia, no encontraba alguna palabra que describiera la manera tan miserable en la que su corazon se despedazaba cada vez más. Estaba en posición fetal, llorando contra sus piernas porque tenía una crisis existencial, porque no sabia lo que su corazón quería realmente, el estaba siendo feliz, lo tenia todo, tenia a sus nakama, tenía poder, aun tenia a uno de sus hermanos, estaba teniendo aventuras, no estaba muriendo de hambre, el realmente lo tenia todo pero a la vez no tenia nada y ¿Verdaderamente que era lo que quería? Se preguntaba.

Se levanto débil y tambaleando de su cama, no sabía a donde iba, iba hacia ningún lado, tallandose los ojos, mientras lloraba una y otra vez. Sintió el aire correr entre sus brazos y mejillas, lo sintió muy de cerca en su cintura y su abdomen, el aire había elevado un poco su camisa y entraba a través de esta impactandose contra su piel.
No llevaba calzado, tenía unos pantalones cortos de tela cómoda lo más parecidos a unas bermudas y una camisa blanca bastante holgada y larga.

Había llegado a el balcón de su habitación. Su propósito principal al tener contacto con el exterior era minimizar sus penas y fortalecer sus alegrías. Pero ver todo tan alumbrado, todo tan alegre incluso si era de noche y todo el ruido que hacia la gente nativa y la extranjera, no hacia más que aumentar sus pesares.
Quería estar acompañado de alguien, deseaba el dulce sentimiento de ser enrollado en unos brazos y sentir la palpitación constante de un órgano contra su su mejilla. Quería recibir miles de caricias en su cabello, quería que alguien limpiara sus lagrimas y cerrara sus ojos. Quería dejar de ver tanta oscuridad, odiaba los dias así, aunque todas sus noches eran un constante circulo de dudas existenciales.

No supo como ni cuando, pero habia llegado al lobbie, ya tenía sus sandalias en sus preciados pies y caminaba rumbo a la puerta principal del hotel, iría por algo de comida, aunque bien sabía que hubiera podido ordenar algo a la habitación. ¡Pero esa habitación estaba tan vacia que ni siquiera su presencia podía llenarla! Le hacia falta algo, le hacia falta alguien durmiendo del otro lado de su cama, llenando el vacío frío que lo abrazaba cada mañana y cada noche.

Deseoso de encontrar algo que le hiciera sentirse menos miserable se aproximo hacia la puerta, con intenciones de salir.
Pero hubo algo que se lo impidió, algo que no sabía si quería que sucediera realmente.

-- ¿A donde vas, muguiwara-ya? --. Preguntó el más alto en dirección contraria al menor.

Luffy le miro un par de segundos mientras tallaba sus ojos, intentando saber si no era un espejismo. -- Iré a caminar por ahí --. Contestó de manera fría finalmente.

-- ¿Tu solo? --. Le freno nuevamente, esta vez poniéndose frente a el.

-- ¿Te importa? --. Le lanzo una mirada fulminante, se sentía repentinamente irritado.

-- N-no exactamente pero... ¿Estas bien? --. De cierta manera quería ayudarle, muguiwara era amable y considerado con el todo el tiempo, esta vez deseaba devolver el favor.

-- Yo siempre estoy bien --. Agregó. Rodeo al mayor e ignoro que cruzaron la mínima palabra, después salió sin mas del lugar.

El tono monótono, frío y seco que el menor había utilizado con el le había dejado helado, era como si alguien hubiera venido a robarle el espíritu. Ese no era el chico que admiraba, no era el chico perfecto a sus ojos, definitivamente no lo era.
Quiso continuar y de la misma manera; olvidar que tuvo la mala fortuna de toparlo al entrar. Pero algo le decía que estaba haciendo mal, se sentía preocupado, temía por la misma vida del castaño.