Encuentro

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Cuando estaciono el carro, pudo escuchar un trueno viniendo desde el cielo; pronto iba a llover así que debía apresurarse a hacer el almuerzo. No sabía que le gustaba exactamente a Baekhyun o que le disgustaba, pero suponía que bulgogi estaría bien para ese día. 

No era el mejor cocinero del mundo, pero se defendía así que sabía que sí, era comestible; mientras se cocía la carne de vaca fue a la habitación de ambos encontrandose a su pequeño esposo profundamente dormido. Sonríe apenas cuando ve como hace unos pequeños gestos por la luz que se filtra por la ventana.

Corre la cortina para que Baekhyun esté más cómodo y luego se sienta en el filo de la cama para acomodar unas cuantas hebras de cabello que estaban encima de su cara. Aquel pequeño mimado definitivamente era un ángel que no se merecía, pero que egoístamente quería a su lado.

Se acerca lentamente hacia su rostro, queriendo tomar aquellos labios de algodón nuevamente, pero cuando estuvo a milímetros de aquella boca dulce decidió detenerse. Él quería que todos los besos que podría compartir con su esposo sean con él consciente; entonces subió su boca para besar su frente, su piel era tan suave.

Luego se levantó para irse a la cocina donde siguió preparando la comida; quería demostrarle a Baekhyun que él podría ser un buen marido. Sin embargo, no sabía mucho sobre eso ya que los pocos novios, incluyendo novias, que ha tenido no fueron un reto de conquistar; es decir, no les estaba diciendo fáciles, pero con solo preguntarles si querían ser novios ellos aceptaban. 

Fríe algunos platanos maduros para luego preparar jugo de naranja con miel de abeja en una jarra de vidrio. Al final, dejo que se enfriará y volvió a la habitación encontrandose con que Baekhyun finalmente había despertado. Aprieta sus labios cuando piensa que el chico se veía adorable con aquel piyama ancho de color beige, su cabello alborotado y sus pequeños ojos de cachorro entrecerrados. 

—Buenos días, bello durmiente, —se cruza de brazos y reclina su espalda contra el marco de la puerta.

—Hola, —bosteza mientras extiende sus brazos estirándose, —lobo feroz, —le saca la lengua.

Chanyeol rueda los ojos y niega con la cabeza mientras va hacia el pequeño cogiendo la funda con los implementos para el pie de Baekhyun.

—Estira la pierna, voy a cambiarte el vendaje.

Baekhyun hace un puchero ya que la voz de Chanyeol le hacía parecer como si estuviera ordenandole como un militar. Sin embargo, asiente sacando su pierna de las mantas, que afortunadamente estaba cubierta por un pantalón largo, debido al frío había dejado de usar pantaloncillos cortos.

—Huele bien, —susurra mientras olfatea el aire como un cachorro.

—Hice el almuerzo, cuando termine de vendarte, te traeré la comida, —le informa mientras coloca el ungüento en la piel suave.

Baekhyun solo mira como Chanyeol fruncía el ceño concentrado en masajear su piel; ambos se encontraban en silencio. El corazón de Baekhyun latía un poco más rápido por sentir los dedos ásperos deslizándose por su pie en un masaje agradable, ya casi no le dolía.

—Gracias, —susurra cuando ve la venda alrededor de su pie. 

—No es nada, ya vengo, —se levanta una vez terminó para luego salir del cuarto.

Chanyeol llevo una bandeja con la comida y se sentó junto a Baekhyun para luego tomar la cuchara con la intención de alimentarlo, pero Baekhyun retrajo su cabeza.

—Puedo comer por mí mismo, —le dice mientras quita la cuchara de sus manos.

—Entiendo, bien, —respira profundo y luego se levanta de la cama yéndose a paso rápido de ahí.

Lirios de fuego || ChanbaekWhere stories live. Discover now