Capítulo 1

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Las luces rojas del tablero y el incesante sonido de alerta te indicaban que la mugrienta nave en que lograste escapar ya estaba dando las últimas. Pero la pantalla te señalaba que había un planeta habitable cerca, quizás allí podías conseguir otra y seguir tu camino, o al fin encontrar un lugar en el que pudieras estar tranquila. Miraste por la ventanilla, buscando en que divagar tus pensamientos del sentimiento claustrofóbico que te estaba provocando el encierro en aquella lata. Contemplaste el inmenso vacío del espacio, que te hizo pensar en lo vacía que ha estado tu vida últimamente, en el dolor y muerte que habías dejado a tu paso, a cada lugar al que te enviaron. No había planeta en el que tu nombre fuera mencionado y provocara pánico o desesperanza. Como explicar que en verdad no quisiste hacer todo ese daño, que había alguien manipulándote como su marioneta.

Un nuevo sonido de alerta te trajo de regreso a la nave, comenzaste a presionar todos los botones del tablero para poderla callar, cada bip de esa cosa te retumbaba en las sienes; una sensación de picor en la garganta y tus ojos lagrimeando te indicaron que comenzaba a haber humo en la pequeña cabina, por eso la alerta. Pero la pantalla te indica que estabas por entrar a la atmósfera del planeta cercano.

- Por favor... - dijiste sintiendo que la nave comenzaba a sacudirse abruptamente - Resiste, pedazo de porquería... resiste...

Un calor infernal empezó a sofocarte, te aferraste con fuerza del cinturón del asiento, como si eso te fuera a salvar de que la nave se quemara. ¡Patética! Habías quemado ciudades enteras y ahora tenías miedo de que un pedazo de chatarra se encendiera. Un fuerte y repentino golpe sacudió la nave desviándola de su actual curso y comenzó a hacerse pedazos. Los escombros de la cosa con que chocaste igual empezaron a incinerarse, mientras caían contigo al planeta desconocido. Cerraste los ojos fuertemente, a esperar que el aterrizaje no fuera tan desastroso como parecía que iba a serlo. Solo pedías no caerle encima a nadie, no sería bueno llegar a un nuevo lugar y ya ocasionar problemas.

En una pomposa fiesta en una lujosa isla privada de la ciudad, comenzó a sonar el teléfono del festejado que bebía pasivamente su whisky en la terraza, apartado de todo el barullo. Decidió ignorarlo pero la persistencia lo hizo fijarse al fin en el aparato.

- Hey, Tony - su viejo amigo Rhodes se le acercó - deberías ver esto.

- Lo siento, Rod, pero tengo que irme - Tony Stark guardaba el móvil en su saco y se dirigió al patio en donde tenía su armadura lista.

- ¿Es en serio? - Rhodes le miró sorprendido - Es tu fiesta, Tony.

- Solo voy y vuelvo - Tony se puso su armadura y fijó rumbo a la Torre Stark.

- ¿Qué le digo a los chicos? - Rhodes seguía ahí - No quería decírtelo, pero tienen una sorpresa para ti.

- Estarán bien sin mí un rato, Rod. Fingiré sorpresa cuando vuelva - Stark terminó yéndose en su traje robótico.

- ¿Tony se fue? - Natasha también apareció en el patio, mirando hacia el cielo nocturno donde Stark se confundía con una más de las estrellas. Rhodes se encogió de hombros y volvió con ella a la fiesta.

- Ok. Viernes... - Stark llegó a la Torre y sus máquinas lo despojaron de su traje - Dime qué está pasando. ¿Por qué me sacaste de mi fiesta?

- Lo siento, Señor - la IA comenzó a hablar con su peculiar tono mecanizado - pero un objeto no identificado ha colisionado hace algunos momentos contra uno de sus satélites.

- Dime que todo este alboroto no es por escombros espaciales - Stark se sintió molesto - ¿Cuál es la novedad? Estas cosas pasan... - Stark suspiró inconforme y se dirigió a su bar personal - ¿Cuál es el reporte de la NASA?

- El objeto era muy pequeño para que la NASA lo considerara una amenaza, Señor. Puesto que pareció hacerse pedazos en la atmósfera.

- ¿Y qué es lo interesante en todo esto? - Stark se mostraba más molesto - Creo que el satélite puede esperar hasta mañana. O manda a alguien a que recoja los restos.

- El objeto albergaba una forma de vida, Señor. Según mostraron mis escaneos.

Tony se paró en seco, cambio de humor inmediatamente, figurando una sonrisa ladeada en su rostro; miró las pantallas que Viernes le mostraba. Era vida orgánica. Y según había sobrevivido a tan aparatoso choque.

- Esto si es interesante - dijo y bebió de un sorbo el trago que se había servido; con unos rápidos comandos de su reloj inteligente preparó una nave para salir - Dame las coordenadas, iré a investigar.

- ¿Doy aviso a algún Vengador, Señor?

- No... - Tony estaba ya listo en el quinjet - Están en la fiesta, no quiero arruinarle la diversión a nadie. Seguro yo puedo solo con esto.

La nave despegó, rumbo al lugar en el que el no invitado había caído hace apenas unos minutos.

¿QUIÉN ES ELLA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora