Capítulo IV

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Su segundo día en Mandalore comenzó desde temprano para una de dos padawans. Ahsoka fue la primera en despertar, debido a que una de las ventanas de la habitación dejaba pasar un enorme destello sobre su rostro, que era imposible ignorar. Miró por un segundo a Barriss y al notar que esta estaba profundamente dormida aún, decidió levantarse con delicadeza para evitar despertarla.

Llegó en silencio hasta el closet, para poder tomar la ropa que portaría hoy. A decir verdad, no había mucho que elegir, la vestimenta de ambas se basaba en las mismas prendas de todos los días, aunque Ahsoka llegaba a tener una que otra opción de diferente color y diseño, que había adquirido de alguna parte por mero gusto, pero que no se ponía debido a que no las creía aptas para el campo de batalla. Finalmente tomó el mismo conjunto de siempre y caminó una vez más en silencio al baño para darse una rápida ducha.

Barriss parecía dormir tranquilamente, o eso era lo que alguien podría decir si la viera, pero la realidad era otra. La padawan desde hace ya días presenciaba visiones, visiones que no comprendía, pero que eran catastróficas. Esta visión en especial la venía atormentando desde hace días, en ella apenas si se podía apreciar detalles. Lo más rescatable de esta era al parecer un soldado clon, pero por más que intentaba Barriss, no podía ver los colores de su uniforme. En frente del clon había una persona, no, un holograma con voz algo ronca y vieja, que siempre decía las mismas palabras: «– Ejecutar orden…» y todo se volvía difuso, era el fin de la visión.

Ante este sueño Barriss no podía evitar moverse, como si le causara algún daño a su mente, se quejaba tan alto que su compañera, quién recién terminaba de arreglarse, pudo escuchar y apresuradamente salió del baño para ver qué sucedía.

– ¡Barriss! ¡Hey! Barriss, ¿me escuchas? – Ahsoka llegó hasta la cama y movió levemente a Barriss para intentar despertarla –. ¡Vamos, despierta! – gritó al ver que no obtenía respuesta

Finalmente la padawan Offee comenzó a abrir lentamente sus ojos, mientras se quejaba, pero con menor intensidad.

– ¿Ahsoka? ¿Qué pasó? – se sorprendió al ver a su compañera de rodillas en la cama, a unos centímetros de dónde ellas estaba
– Parece que tenías alguna clase de sueño. Te quejabas muy fuerte, estaba en el baño y vine a ver qué sucedía, pero por más que te hablé, no respondías. Me preocupé, ¿estás bien? – preguntó mientras se paraba de la cama
– Estoy bien, gracias. Fue sólo un sueño – Se sentó y comenzó a sobarse levemente la cabeza
– Eso espero. ¿Te duele la cabeza?
– Oh, si, sólo un poco. Tiene varios días que me sucede cuando me despierto.
– Necesitas ayuda, puedo ir por un droide médico

Barriss trató de asimilar la oferta de Ahsoka, su dolor de cabeza parecía ser más fuerte que el de cualquier otra mañana. Sentía un apretón bastante fuerte justo unos centímetros arriba de sus ojos y a los costados de su cabeza. Todo esto no le permitía concentrarse en su conversación.

– No, está bien. Pero, podrías pasarme mi mochila, creo que la dejé en el closet – dijo mientras señalaba al mueble
– Claro – Fue hasta el lugar que le había indicado por la mochila y volvió a la cama –. Aquí está
– Gracias

Barriss no mentía, llevaba varios días despertando con un fuerte dolor de cabeza, que ya estaba preparada con unas pastillas y lo que parecía una pequeña almohada térmica.

– ¿Qué es eso? – cuestionó Ahsoka
– Algunas cosas que he traído para aliviar mi dolor – respondió Barriss

Tomó una de las pastillas y posteriormente se recostó para colocarse la almohada en su frente.

– ¡Vaya! – dijo con asombro Ahsoka
– Me lo enseñó mi maestra, sirve bastante para el dolor de cabeza. Es ligeramente tibia y ayuda a reducir el dolor en poco tiempo – dijo Barriss
– Creo que lo intentaré si lo llego a necesitar – Ambas sonrieron –. Te dejaré aquí descansando mientras recojo mis cosas en el baño – Barriss sólo asintió y continuó acostada.

PARADISE: APPEARS Where stories live. Discover now