Capítulo XII

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Después de ese día, Ahsoka frecuentaba bastante la enfermería. Siempre estaba ahí a primera hora del día, lista para poder visitar a Barriss, pues no había sido dado de alta tan pronto y parecía que seguiría ahí por unos días más. A Tano no le molestaba ir y pasar su día entero con Offee, ambas realmente se divertían ahí.

De vez en cuando Ahsoka le llevaba un libro a Barriss y hacían lo que la primera había nombrado como "el club de lectura de enfermería", Barriss había reído la vez que Ahsoka le dijo el nombre por la poca creatividad de este. Pero aún así le dijo que le encantaba.

En algunas ocasiones Ahsoka trenzaba el cabello de Barriss, el cual después de Onderon había crecido lo suficiente para llegar unos cuantos centímetros abajo de sus hombros, lo cual facilitaba el proceso de trenzado. También contaban anécdotas de batallas pasadas o misiones diplomáticas en las que estuvieran involucradas – aunque no solían ser muchas a comparación de las primeras –.

Solo en una ocasión la padawan Tano no pudo estar presente en la enfermería, esto debido a una repentina misión de urgencia que le habían asignado junto a su maestro. Esa ocasión Barriss la pasó completamente sola acostada en la pequeña habitación de la enfermería. Sin nadie con quien leer o que le estuviera jalando el cabello con una sonrisa de oreja a oreja mientras se contaban todo tipo de historias.

«¡No seas dramática, Barriss!», se decía constantemente durante el día. Aún no quería aceptar todo el drama que estaba haciendo por dentro porque no estaba Ahsoka ahí. Se chantajeaba con que esa misión era claramente más importante y debía atenderla. «Después tendrá tiempo y, si no le he parecido aburrida, ella vendrá. Así que cállate y duerme».

Estaba siendo algo dura consigo misma, pero tenía buenos argumentos para ello. Últimamente Tano se comportaba totalmente diferente con ella, eso sí lo comparaba antes de Onderon. Habían sido cercanas hasta cierto punto y se veían de vez en cuando, pero ahora estaban juntas prácticamente todo el día y hablaban de cualquier cosa. Y si, Ahsoka siempre había sido amable, pero había algo fuera de lugar que la hacía entrar en una inmensa confusión sobre su amistad o lo que fuera que tuvieran en ese punto.

Barriss seguía firme ante sus sentimientos por su compañera, sin importar el hecho de que, hasta el momento, Ahsoka no había dado una respuesta clara a su plática en el jardín. Solamente no quería presionarla a responderle, no era para nada justo y claramente prefería seguir como estaban ahora, a perderla paga siempre por un simple sentimiento.

El día pasó tan lento para Barriss, pero al parecer muy rápido para el resto. Por la noche no tuvo otra opción que dormir, debido a que por más que esperó despierta, Ahsoka no apareció. Así que concluyó que seguramente aún no volvía o que si lo había hecho, seguramente estaría muy cansada como para verla. Se volteó de lado, jaló más las cobijas que le habían proporcionado y cayó en un sueño profundo. Tan profundo como aquellas ocasiones dónde al final terminaría con alguna de sus pocas visiones que tanto la atormentaban.

Le era imposible saber cuándo tendría una de estas, cada noche se esforzaba demasiado para no pensar en ello.

La visión de esta noche era muy extraña, debido a que nunca antes la había tenido. No podía reconocer el lugar que estaba observando – como en la mayoría de las ocasiones –, pero estaba oscuro, demasiado oscuro. Había unos cuantos destellos rojos, lo que le ayudaba a visualizar el camino. Estaba en un lugar desértico, no había nada, excepto por unas cuantas rocas y pedazos de lo que parecían grandes torres. Barriss seguía caminando mientras observaba a su alrededor, Ahsoka estaba ahí, pero no de la forma en la que la conocía, no era la misma joven energética, parecía algo ¿grande?

Había otras dos personas ahí, pero no podía ver sus rostros. Después el escenario cambió, ahora un gran muro se cerraba frente a ella y dejaba adentro a Ahsoka. No entendía nada de lo que estaba pasando, excepto que el hecho de que ese lugar estaba a nada de estallar en mil pedazos. Una gran luz blanca explotó, lo que hizo a Barriss levantarse bastante alterada. Seguía en la enfermería, lo cual significaba para ella que todo aquello seguramente era un sueño absurdo.

PARADISE: APPEARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora