6. Enfermedad

928 62 15
                                    

Giyuu dejó que celo acabará en unos días, haciendo que sus hormonas se calmaran y su olor dejará de ser tan fuerte.

Después de unos días más Giyuu mandó a sus niños con Kanao, Aoi y Nezuko, quiénes eran acompañadas por sus alfas (sinceramente, Giyuu le tenía más confianza a las chicas y un poco a Tanjiro, pero de Inozuke y Zenitsu, sólo le rezaba a Dios con que no hagan alguna idiotez).

Giyuu ahora estaba de camino a casa de su amado Alfa, dado un momento empezó a sentir dolores de cabeza terriblemente fuertes, trató de ocultarlo, pero poco a poco, el dolor aumentaba. Lo dejó pasar, lo atribuyó a los nervios.

Cuando llegó tocó la puerta, esperando con ansias que el que abriera sea Sanemi, su Alfa, su esposo, tenía una leve esperanza.

En cuanto se abrió la puerta y vió a Sanemi se sentía tan feliz, pero, a la vez, tan mareado.

—Gi-Giyuu, ¿eres tú? ¿de verdad eres tú, cariño?—a Sanemi se le iluminaban los ojos, viendo al Omega que estaba en su puerta.
—Sa-Sanemi, cua-cuánto sin vernos, te extrañé tanto, cariño—Giyuu parecía agotado, sus párpados empezaron a caer, después de eso, todo se volvió negro para Giyuu.

Giyuu se había desplomado en los brazos de Sanemi, su frente estaba ardiendo y su respiración era pausada y lenta. ¿Qué le pasaba? ¿Será cansancio? ¿Estrés? Rogaba porqué solo fuera eso.

Giyuu entreabrió los ojos, viendo a Sanemi cargando su cuerpo a un lugar, Giyuu trataba de ver claramente a Sanemi, pero después de eso, cayó inconsciente.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Después de tres semanas, Giyuu despertó. Sanemi estaba a su lado, dormido, con su cabeza en la cama y sentado en una silla.

Giyuu, a duras penas pudo pronunciar en nombre de Sanemi, y, en cuanto Sanemi lo escuchó, se levantó y lo abrazó.

—Perdoname Giyuu, perdona por abandonarte a ti y los niños, no soy un buen padre. No lo soy—Sanemi lo abrazaba algo posesivo, impregnado su aroma a oahi con el de frutos rojos de Giyuu.
—Sanemi, ya sé por qué te fuiste, y no fue tu culpa, no lo fue, tú solo querías protegernos. Cosa que yo no hice—dijo, con un aire triste, pero a la vez una felicidad.

Se quedaron un rato así, hasta que Sanemi se separó y le secó las lágrimas de sus ojos, lo besó y tocó la maraca con delicadeza. El tacto era tan sueve que Giyuu sentía que ya no necesitaba a nadie más, sus labios se movían con delicadeza, en un beso gentil.

Su paz se vió interrumpida por Tanjiro, Zenitsu, Inozuke y Nezuko, que llegaron a la habitación corriendo, Nezuko lo abrazo y lloró en su hombro, Zenitsu hizo lo mismo, Inozuke se aguantaba las lágrimas y Tanjiro lloraba sin quitar su hermosa sonrisa.

—¡Ey! ¡Idiotas! ¡Alejense! ¿QUÉ NO VEN QUE NECESITA ESPACIO PERSONAL?—grito Sanemi, haciéndolo que sobresalgan venas de su frente.

Al instante Nezuko y Zenitsu se quitaron, aunque no pararon de llorar, Tanjiro abrazó a su hermana.

—Nos tenías preocupados Giyuu-San—habló Tanjiro de forma relajada y feliz.
—Oh, lamento eso, perdón haberlos preocupado—contestó Giyuu
—¿Que? ¡No te disculpes haori mitad y mitad!—gritó Inozuke, a lo que Tanjiro y Giyuu rieron.

Giyuu lo vió nervioso, analizando el hecho de que, a pesar de qué habían convivido un poco, todavía no recordaba su nombre, aunque a veces lo decía bien.

.

.

.

.

.

.

.

Sanemi y Giyuu regresaron a su casa.

Sanemi le había explicado cómo pudo a sus hijos, diciendo que él era su padre, y todo eso.

Ahora el alfa y el Omega tenían otra idea, había que reforzar la marca después de casi un año de no hacerlo, además, Aoi cuidaría a los niños para que ellos se relajaran después de mucho tiempo.

Los besos, caricias, jadeos, gemidos, todo eso fue lo que se escuchó en la noche, Giyuu en definitiva estaba feliz de volver a estar con Giyuu.

Al día siguiente Giyuu se despertó muy cansado, le dolía todo, pero volvió a dormir en los brazos de su pareja, ahora la marca y los lazos eran más fuertes, así que, Giyuu y Sanemi estaban felices por eso.

Aunque, cuando Giyuu volvió a despertar fue corriendo al baño, empezó a vomitar, pero no vómito normal, vomitaba sangre, ¿que demonios le pasaba?

Cuándo por fin dejó de vomitar fue al lavabo, se sentía demasiado cansado y débil, no quería creer lo que creería que era eso. Cayó al suelo, desmayandose.

Sanemi,cuando escucho algo caerse del baño corrió hacia el lugar. Encontrando a Giyuu al rededor de un poco sangre, tosiendo esta y parecía que estaba sufriendo.

—¡Giyuu! ¿Qué te pasa?—Sanemi no obtuvo respuesta, se acercó y vió que estaba sufriendo mucho, más de lo que se podía imaginar, el dolor a través de la marca le dolía como la mierda—. Oye, reacciona, ¡por dios! ¡Giyuu, respóndeme!

Giyuu volvió a caer inconsciente, cuando despertó se encontraba con la misma escena, el en camilla, Sanemi, Zenitsu, Nezuko, Tanjiro e Inozuke.

Los ataques así fueron más seguidos, a un punto en el que su forma demoníaca era demasiado visible, trataba de ocultarlo, pero ya no podía más, sabía por qué. le pasaba esto, pero tenía miedo de decirlo, tenía miedo de que lo despreciaran.

Ya no tenía opción, tenía que confesar, porqué le pasaba eso a Sanemi.



















Hola! Como etsan? Yo bien.

Ya casi se va a acabar esta historia! Serán al rededor de 10 capítulos, o sea que quedan cuatro, o tal vez sean menos!

Bai!

✓Capítulo editado

Mis ángeles (sanegiyuu omegaverse) Where stories live. Discover now