8. Una fiesta extraña

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Sí, los cazadores se juntan cada año para celebrar la muerte de Muzan. Quedaron que lo harían hasta la muerte de Tanjiro, o sea, hasta que cumpla veinticinco años, que sería la edad en la que debía morir por despertar la marca de cazador de demonios.

Claro que Tengen, Sanemi y Giyuu no faltarían a la reunión, bueno, Giyuu siempre ponía excusas para no ir, porque aunque Muzan le haya causado miedo desde chico seguía siendo su padre, pero, de una manera u otra terminaba yendo a aquella reunión.

Esta vez Tengen elegiría su vestuario, tenía miedo, Tengen podría ser "algo" extravagante. El hecho de que a Giyuu se le haya visto usando vestido, eso era otro punto para tener miedo, Tengen sin duda alguna usaría ese dato a su favor, algo que también le daba miedo a Sanemi.

—Tengen, ¿estás seguro de que debería llevar esto puesto? —preguntó Giyuu, que se veía extrañado, no se sentía incómodo en lo absoluto, sólo avergonzado.
—Sí Tengen, ¿estas seguro de que debería llevar eso?—Sanemi estaba ardiendo en celos y furia al pensar que otros alfas podrían ver a SU omega vestido de esa manera.
—¡Claro que sí! Te ves muy bien Giyuu, y Sanemi, calmate nadie tratara de acercarse a Giyuu—Sanemi se tranquilizó, no porque Tengen le haya dicho eso, sino porque vio a Giyuu bastante feliz con el vestido, al parecer se le fue la vergüenza.
—Pues, si es bastante lindo—dijo Giyuu, sonriendo.
—Si Giyuu se siente cómodo, no diré nada más.

Los tres chicos salieron de la casa Shinazugawa-Tomioka, para ir a la fiesta, o como dirían los mexicanos, para ir al pedo o pueda, ni yo sé.

Bueno, los tres llegaron y todos en aquel salón los voltearon a ver, los alfas babeaban por el omega y las omegas por los dos alfas.

La primera mesa desocupada que vieron la agarraron; Sanemi se sentó junto a Giyuu, para evitar que cualquier Alfa rompe hogares se le acerqué.

Pidieron comida, bebidas, y, obviamente, Tengen pidió sake, pero que le iban hacer. Nada.

Sanemi veía a Giyuu, su cuerpo que mantenía una figura femenina, si hubiera sido él el que iba al distrito rojo, nadie lo descubre ni en pedo.

—Oye, Giyuu, ten—Tengen le dio un vaso con sake a Giyuu—, toma un poco de sake.
—No gracias—le respondió Giyuu en un tono seco que a veces mantenía.
—¿Por qué? Te da miedo—contestó Tengen en un modo burlón.
—Dejalo Tengen, si dice que no, es no.—si we, hasta con punto, pa' que vea que Sanemi no dejara que hostigen a su esposo
-Sanemi, tú no te metas, mejor usa tus diez dedos de la manos y cuenta con ellos—le contestó Tengen, en forma burlona sabiéndo que a Sanemi le faltaban dos dedos.
—Tú dame una mano—le contestó Sanemi, enojado y burlón 
—Hijo de...—Giyuu interrumpió el hablar de Tengen.
—Callense—habló Giyuu en un tono enojado, muy enojado, si we, así como esta tu mamá cuando ve tus calificaciones. Así de enojado estaba el Giyuu.

Ambos alfas se callaron y se sentaron de una manera derecha, con la frente el alto, espalda recta y piernas juntas, sin codos en la mesa y muy nerviosos. O sea, we, ese omaga da más miedo que la posible 3°ra guerra mundial entre Ucrania y Rusia (por primera vez agradezco nacer en latam).

Bueno, al pedo, los tres ex-cazadores se quedaron tomando, al final Tengen los convenció de tomar alcohol, esto ya se fue a la chingada.

Giyuu ya estaba medio ebrio, bueno, ya estaba muy ebrio, Tengen y Sanemi se mantenían medio sobrios, o sea, lo suficiente para no hacer pendejadas que probablemente harían en estado de estar pedos.

De repente, Giyuu se levantó con cara sería, de esas con las que tenía cunado era cazador.

Se fue al escenario, desde que Sanemi lo vio subir a aquel lugar, supo que Giyuu la iba a cargar, pero meh, mejor lo va a grabar haciendo el ridículo. ¿Qué mejor que grabar a tu esposo haciendo el ridículo en un escenario mientras está ebrio? Exacto, nada.

Mis ángeles (sanegiyuu omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora