Una nueva órbita con vida

73 11 1
                                    

Había comenzado una hermosa noche lluviosa en Puerto Madero. Especial para caminar, porque no se escuchaba un desagradable griterío de personas, solo el sonido de los autos en apuros. Y como había varios autos en las calles, Sergio Álvarez era parte de toda esa manada.

Él estaba conduciendo bastante apurado porque estaba llegando tarde a una fiesta de cumpleaños. Fiesta en donde celebraría el quince de una amiga.

Como en la fiesta iban a ir pocas personas y era solo para amigos, las condiciones de entrar era con algo de comida o bebida. Pero aquella condición hizo preocupar a Sergio, porque estaba yendo a la fiesta sin nada en la mano, solo un regalo que tenía en el asiento del copiloto.

De inmediato, frenó su auto en los estacionamientos del almacén (que era un Carrefour) para comprar algunos snacks.

Como estaba llegando al cumpleaños algo atrasado, sus amigos le empezaron a mandar mensajes por whatsapp preguntándole: "¿Dónde estás?". Pero él no contestó los mensajes, solo les clavó el visto. Pero se dio cuenta que tenía que hacer las compras lo más rápido posible.

Como no había mucho tiempo de hacer una elección de comida, agarró cuatros paquetes de papas fritas saborizadas y se fue de inmediato a la caja para pagarlas (que eran alrededor de $400 pesos), cosa que pagó sin ningún problema. Una vez que tenía los productos en sus manos, salió del Carrefour para ir de una vez a la fiesta.

Pero cuando estaba parado en la vereda del local, vio que un extraño loro estaba intentando entrar a su auto. Sergio no hizo nada, solo se lo quedó mirando para ver qué era lo que iba a hacer.

Él loro estaba forcejeando la vidriera del auto con su afilado pico para intentar entrar adentro, hasta que lo consiguió. Una vez que estaba abierto, se metió en su interior para tomar el regalo de Sergio que estaba en el copiloto para salir volando lo más lejos del lugar.

Cuando Sergio vió que el loro hizo semejante acción, se quedó con la boca abierta. ¿Qué clase de ave vuela por las noches? ¿Porque tomó su regalo?. Todas esas preguntas pasaban por su mente.

Sin más tiempo que perder, fue detrás del loro para quitarle el regalo que llevaba en su pico.

-¡Maldito infeliz, devuélveme eso!- Dijo mientras lo perseguía, hasta que llegaron a un callejón sin salida.

Estando en ese lugar, el loro se había parado enfrente de una puerta misteriosa que tenía símbolos raros (en lo que destacaban los elementales). Cuando Sergio se acercó lo suficiente para estar al lado del loro, también vio esa extraña puerta. Pero más allá de eso, vio que el loro se había introducido en el interior de la puerta cuando ésta se abrió de la nada. Y como aún tenía el regalo en su boca, también se metió al interior de la puerta para recuperarlo. Pero lo que no se dio cuenta, es que había entrado en otro mundo.

Al introducirse al interior de esa puerta, las vistas cambiaron una barbaridad, porque estaba pisando un hermoso pastizal verde lleno de diferentes vegetaciones. Era una locura. Pero, también se destacaban los gigantescos árboles que tapaban la luz solar y las grandes cantidades de agua que navegaban por cada rincón.

Pero esas hermosas vistas cambiaron cuando Sergio se giró para atrás, donde observó que la puerta por la cual había ingresado antes ya no estaba. Había desaparecido.

-Pero... cómo... . ¿Dónde está la puerta?- Decía bastante asustado al ver que la puerta ya no estaba.

Al percatarse de esa locura, Sergio había entrado en un estado en el que el miedo recorría todas sus venas. No sabía cómo había llegado a ese hermoso lugar cuando, antes, estaba en un apestado callejón arruinado.

Islas Flotantes y las 7 gemas elementalesWhere stories live. Discover now