La cueva de las rocas violetas parte II

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Al fondo de las vías se escuchaban fuertes pisadas que hacían retumbar el túnel minero. Luego, de esa enorme oscuridad que había en el fondo, se abrieron unos tenebrosos ojos violetas que estaban enojados. 

Cuando los tres vieron aquella imagen, se asustaron porque el golem supremo venía a por ellos. 

-¡OH POR DIOS! ¡El golem supremo viene a por nosotros- Dijo Liz sin apartar la mirada de aquellos ojos morados. 

-¡¿Golem supremo?! ¿Te refieres al golem gigante?- Dijo Sergio haciendo gestos grandes con sus manos. 

-Así si, él es mucho más grande que los demás, por eso es el guardián del cristal rosado. Y como tu, Sergio- Mira al joven humano. -Tienes el cristal en tus manos, ¡ÉL VIENE A POR NOSOTROS!- 

-¡Oigan!- Habló Samanta para llamar la atención de ambos. -No acercamos al final del túnel, allí las vías se acaban, así que… prepárense-

Al ver que la luz solar estaba a tan solo unos METROS de su posición, los tres sintieron un alivio tranquilizador porque estaban a un paso de poder salir de esa tenebrosa caverna. Pero aquel alivio duró unos pocos segundos, porque al girarse para atrás, vieron una imagen mucho más aterradora que la anterior. Ya no se veían los ojos violetas del golem que estaba a distancia, sino, que se veía todo el cuerpo completo del golem, indicando que estaban cada vez más cerca de ellos para poder aplastarlo y recuperar su cristal rosado. 

-¡¿Tienes algún plan para cuando lleguemos al final de las vías?!- Decía Sergio a los gritos mientras observaba al golem con temor. 

-Supongo que… ¿correr?- Decía Samanta sin pensar en un plan adecuado. -Digo, es lo mejor que podemos hacer con esta cosa, ¿no?- 

-Em… mamá… esta cosa está cada vez más cerca de nosotros- Decis mientras veía al golem cada vez más cerca. -¿Tienes algún otro plan brillante?- 

-¡Agárrense fuerte!- Dijo al pensar en un buen plan. 

Luego de esas dos pequeñas palabras, Samanta creó un hechizo de fuego para empujar el carro como si fuera un proyectil, así, lograron alejarse más de ese monstruo de piedra. 

-¡AUCH!- Dijo Sergio al percatarse de algo. -¡¿No podías haber hecho eso antes en vez de mandarme a empujar?!- 

-Podría, pero quise que afrontaras un castigo por habernos traído a esta cueva- Decía con una cara algo burlona, mientras le hacía una sonrisa leve. 

Llegaron al final del túnel y el carro se frenó porque había terminado su recorrido, y como ninguno de ellos tres tenía un plan adecuado para afrontar al mastodonte que se les venía, decidieron correr por todo el campo verde para perderlo de vista.  

Al fondo del túnel se escuchaban grandes pisadas que generaban pequeños temblores, pero esas pisadas pronto empezaron a ser como un mini maremoto porque el golem estaba cada vez más cerca de salir. Hasta que pasó lo inminente: el golem ya estaba en el exterior de la cueva. Al ver que los tres estaban corriendo por el enorme campo verde, empezó a hablar en su idioma extraño para conjurar su magia. Una vez terminado de decir las palabras, golpeó el suelo con tanta furia con su pierna derecha y, en unos instantes, empezaron a salir unos cuantos cristales filosos de la tierra que comenzaron a seguir a cada uno de ellos. 

Cuando Samanta se dio cuenta de que venían filosos cristales a por ella, decidió crear una burbuja mágica para evitar el daño de esos cristales, que solo lograron agrietar su hechizo, dejándola a ella intacta. Pero ese no era el fin del recorrido de los cristales, sino que tomaron dos caminos más para perseguir a Liz y Sergio que estaban al otro lado del campo verde. 

Liz fue más inteligente, ella se acercó al lado del bosque para tomar una liana de un árbol y subirse en él para que los cristales no llegaran a ella. 

Islas Flotantes y las 7 gemas elementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora