Un integrante más para la familia

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Ya era otro ambiente. Los vientos en aquel lugar eran más ligeros y fríos. El suelo era mucho más hermoso y cálido. Y la iluminación solar era todo un misterio.

Pero más allá de todos los defectos de este mundo, los tres personajes, quienes se habían librado de las garras del "monstruo del bosque", estaban caminando por un enorme pastizal que solo se veía muchas flores de varios colores.

Entre tanta caminata, las chicas empezaron a ver medio raro a Sergio, en especial Liz, quien no podía creer lo que estaba viendo. Tenía a un humano enfrente de sus narices, pero aquel humano parecía ser bastante inofensivo y asustado, nada que ver a las historias que leyeron acerca de ellos.

En los libros, marcaban a los humanos como seres sin piedad, capaces de cometer pecados por vicios propios. Pero entre tanta maldad que cometen, el libro también marcaba sus buenas acciones: como el avance tecnológico, entre otras cosas. Con toda esa información abarcada en los libros, era razón suficiente para que cada integrante de ese nuevo mundo pensara que son seres malignos y con una razón bastante viciada.

-Oigan, ¿saben en dónde estamos?- Dijo Sergio para romper el hielo de tanto silencio.

-Oh... ¿me hablaste?- Sergio asintió con la cabeza. -Estamos en Islas Flotantes, un lugar donde abarca la magia elemental-

-¿Magia? ¿Ustedes son capaces de crear magia con sus manos?. O sea, que todo lo que hiciste con ese monstruo ¿fue magia?-

-Sip, magia real. Verás, aquí practicamos todo tipo de magia, no solo practicamos los poderes elementales, sino que aprendemos a utilizar los efectos secundarios hacia otra persona- Decía Liz metiéndose en las conversación.

-Increible, estoy pisando un lugar mágico que está habitado por seres que pueden hacer magia, quisiera que esto no fuera un sueño- Dijo Sergio bastante feliz.

-Oye, cuéntanos un poco, ¿cómo llegaste a este lugar?- Decía Samanta para mantenerse informada.

-No sé, todo pasó muy rápido: estaba persiguiendo a un maldito pájaro o loro, no se lo que era eso, por toda la calle. Luego, me metí a un callejón con él, y él entró a una puerta, yo lo seguí, y cuando lo hice ¡Pum! Aparecí aquí-

-Interesante. Sos un hombre afortunado, chico- Decía la mayor mientras golpeaba la espalda del joven.

-¿Afortunado? ¿A qué te refieres?- Se cruza de brazos.

-Veras...- Liz interrumpe la explicación de su madre para explicar ella misma. -En cada año hay un día en el que se abre una puerta mágica que interactúa con otro mundo, y que dicha puerta está abierta a las veinticuatro horas. Vos fuiste tan afortunado de abrir esa puerta el día en el que estaba disponible-

-¡Imposible! Vaya suerte es la mía-

-Bueno, chico- Dijo Samanta para alejarlos de sus pensamientos.

-Sergio, por favor dime Sergio, siento que me estas retando si me llamas por otro nombre-

-Bueno, Sergio, hemos llegado a nuestra casa- Le muestra su increíble casa que estaba incrustada en un árbol. -Como se que no tienes a donde ir, ¿te gustaría quedarte?-

-Supongo que sí, ni a palo vuelve a ese maldito bosque-

-¡Genial!- Dijo Liz pegando un grito de emoción. -¡Vamos a tener a un humano viviendo en nuestra casa! ¡Yupii!-

-Supongo que es así de alegre todos los día, ¿no?-

-Así es, y me recuerda tanto a mi cuando era pequeña- Ve a su hija entrando a la casa pegando varios saltos de emoción. -Te terminarás acostumbrando a su carácter, ahora vamos, vamos a entrar-

Islas Flotantes y las 7 gemas elementalesWhere stories live. Discover now