La Noche Roja "LukaNette" -[Fanfic - Miraculous Ladybug]

Capitulo 16

Me encontraba aún perdía en mis pensamientos, en un rincón del hospital, a esperas de alguna respuesta, mis pies se hallaban descalzos y mis ropas hechas tirones, simplemente ensimismada en un rincón enrollada en mis propios brazos.

No había llamado a nadie no quería que nadie me viera derrotada de aquella forma, aunque seguramente ya se hablaba sobre nosotros en los noticieros de chismes.

—¡MARINETTE!...— Escuché mi nombre a lo lejos de la sala acompañado de un estruendoso eco.

Levanté mi mirada y ahí estaba él, de pie en medio de la solitaria sala de espera, sudando, con un rostro desencajado, agitado, con sudor corriendo por su rostro, como si hubiera corrido kilómetros de una maratón, sin embargo todo aquello no me interesó. — ¡¿Lu... Luka?!. —Mi cuerpo reaccionó y como si un rayo de luz me hubiera iluminado, sentí un poco de paz.

—¿Estás bien?... —Se acercó a mí de una zancada, se puso de cuclillas  y me tomó en sus brazos con fuerza repentinamente.

—Yo... estoy bien... — me hundí entre su cuello y su hombro, su olor nuevamente lograba tranquilizarme.

—¡oh Marinette!... ¡Me preocupaste mucho!. — comenzó a sobar mi espalda intentando reconfortar me pero también haciéndolo él mismo.

—Yo estoy bien Luka, pero Adrien...

—¡Lo lamento mucho, todo va a estar bien!. — Me miró con ternura, acarició suavemente con su dedo mi brazo, se puso de pié, se quitó su chaqueta y me la colocó sobre los hombros.

—¡Luka no es necesario!  —Intenté sonreír.

—Lo es... Mari... —Me miró con ternura. —La noche está algo fría.

Todo quedó en silencio entre nosotros, no era necesario decir más, toda la tempestad en mi interior se empezó a apasiguar. El se sentó junto a mí, colocó su brazo por detrás de mí espalda y me inclinó suavemente hacia él y con su mano libre suavemente tomó la mía.

—¿Él... Él te hizo daño?.  —rompió el silencio, algo en su tono de voz sonaba irritado y molesto.

—¡No!... No, él simplemente no pudo calmarse.

—¿Te has mirado a caso? —preguntó tristemente.

—No, ¿por qué?.-

—Tus ropas están un poco rotas, tienen algunas manchas de sangre y tus brazos, piernas y mejilla, tienen arañazos. —Suspiró.

—No, no lo había notado. —pasé mi mano por mi rostro un tanto escéptica y avergonzada.

—¡Ahora lo sabes!...

—¿Cómo supiste que estaba aquí?. —interrumpí.

—Lo siento, estaba en casa de mi madre, esperando por Rosse y Juleka cuando... Cuando te vimos por televisión... —bajó su mirada.

—Ya veo ...

Entonces comprendí que realmente había sido un tremendo circo para los medios.

—¡Temí mucho por tu vida marinette!... —me volvió a enredar en sus brazos.

—¡Señorita Agrestes! —Se acercó el medido finalmente.

Me puse de pies y junto conmigo Luka. —Dígame doctor, ¿él está bien?.

—Tranquila... Todo está bien, él simplemente tiene un poco de agotamiento por lo ocurrido en aquel escenario, la herida es su brazo no es grave y algunos golpes superficiales, todo ésto pudo haberse dado debido a qué el señor Agreste tuvo un cuadro de ansiedad bastante severo, quizá derivado de tanto estrés por el trabajo o alguna mala noticia sorpresiva, sin embargo se le realizaron estudios para descartar cualquier otra condición, el caballero se encuentra totalmente saludable, no tiene de que preocuparse pero, si quieres mis recomendaciones, sería bueno canalizarlo con algún psicólogo o psiquiatra para poder evitar algun percance futuro, ahora se encuentra sedado, le recomiendo vaya a descansar a su casa y volver por él el día de mañana. —me indicó algo avergonzado. —¡con permiso!...