La Noche Roja "LukaNette" -[Fanfic - Miraculous Ladybug]

Capítulo 10

Lo miré eche un suspiro profundo y me alejé para mirarlo con atención, coloqué mi mano sobre su mejilla y la otra sobre su rodilla.

— No lo odies, él tampoco te odia, él sólo quiere ayudarme a entenderte.

— ¿Cómo es que puedes tener tanta comunicación con él, si terminaron y dejaron de verse por mucho tiempo y conmigo la has perdido?, ¡Le tengo tanto recelo por ello!...

Adrien me tomó y me recostó poco a poco sobre su pecho, me acurrucó, pude escuchar sus latidos levemente, en el fondo creía amarlo, pero no podía quitarme de la mente a Luka y su rostro resignando a ya no hablarme más por no tener problemas con Adrien.

Pronto el sueño me venció y entre el llanto ahogado de Adrien y sus palpitaciones del pecho mi mente comenzó a jugarme la bromas más cruel de todos, comencé a verme en brazos de Luka y aquel sueño indecente me hacía sentir tan tranquila y llena de alegría, a pesar de saber que se trataba de un sueño algo en mi no quería que despertara, la sensación era sumamente satisfactoria, sin embargo el leve movimiento del colchón me despertó indeseablemente.

Abrí mis ojos de un golpe y pude verme entre las sábanas y a Adrien sentado a orilla del colchón con las manos enredadas en su rubio cabello y su mirada clavada en el piso, por la ventana entraba la penumbra de la madrugada, así que no intenté hacerle saber que me había despertado.

—Te estoy perdiendo. — sollozó en silencio, giro hacia mí con un rostro destrozado y solamente apreté mis ojos pretendiendo dormir. —¡cómo puedes decirme que no piensas en el si hasta dormida lo nombras!, pero no te culpo. — tomó la sábana de los pies de la cama y me abrigo, besó mi frente y se marchó.

Cuando se había ido, me levanté de un movimiento y coloqué mis manos en mi rostro con desesperación —mi sueño quizá fue más placentero de lo que creí y dije su nombre. —me avergonze a misma, sabía que no quedaba más que renunciar y no dañarnos más.

Me levanté, tomé mi bata y bajé despacio, una tenue luz en la sala se encontraba encendida, me acerque con cautela, Adrien se encontraba sentado mirando el enorme cuadro que colgaba sobre la chimenea, dónde estábamos ambos, con un vaso de whisky en su mano analizaba la pintura sin parpadear.

El rubor se apoderó de mí, sentía vergüenza por hacerlo sentir infeliz, así que no quise molestarlo, quise dar media vuelta sin que me notara pero me escucho de alguna manera o simplemente ya sabía que estaba despierta.

—¡No te vayas!, no te he corrido — interrumpió mi andar y bebió el resto de su bebida en un sorbo.

—lo siento, es que no te sentí en la cama y creí que estabas en el despacho trabajando, pero me equivoqué.

—Tranquila, ésta vez no, he descubierto que estoy cansado y quise venir a respirar... otros aires. —Suspiró fuertemente

Me acerqué un poco y lo miré con tristeza —Adrien yo...

—Sabes aquella vez cuando te propuse matrimonio sobre la torre Eifel, me hiciste la persona más feliz del mundo, siempre me amaste por lo que era y no por ser el modelo superdotado de Gabriel Agreste, ni por mi dinero, ni siquiera por se Chat Noir porque tantas veces lo rechazaste  —echó una ricilla sarcástica. —me amabas por mi interior y con todo y mi pasado, me amaste aún sabiendo que mi padre quiso deshacerse de ti muchas veces, me amaste desde que te ofrecí mi amistad con aquel paraguas, yo nunca comprendí... Nunca comprendí porque no conocía el amor más allá que el que le tuve a mi madre y era lo que me trasmitias siendo Ladybug, sin emabrgo cuando me di cuenta que te amaba, fui la persona más afortunada, me mostraste éste sentimientos y nunca creí que... Te perdería... —bajó la mirada devastado.