Capítulo 27

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Mi buzón permanecía repleto de mensajes de voz los cuales había optado por ignorar, y mis notificaciones reflejaban las decenas de mensajes que seguían sin ser abiertos

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Mi buzón permanecía repleto de mensajes de voz los cuales había optado por ignorar, y mis notificaciones reflejaban las decenas de mensajes que seguían sin ser abiertos. Darren intentó convencerme de hablar con Dillon pero simplemente no pude, cada vez que mi cerebro estaba dispuesto a aceptar recordaba todo lo que Darren y yo habíamos pasado durante el mes, asi como las veces que insistí en contactarme con Dillon después de enterarnos de su partida hacia Dublín.

Como si fuese poco mi madre acababa con mi paciencia cada vez que hablaba de Dillon, el cual se había vuelto su tema principal preferido desde que lo vio parado en la puerta de mi casa el día de la fallida excursión a la cual me habían obligado a ir.

Mi único alivio del día fue cuando pisé pie en mi escuela, pues estaría alejada de mi madre y su charla sobre como Dillon era chico más perfecto. Por desfortuna la tranquilidad que había experimentado al caminar entre los pasillos repleto de estudiantes que se empujaban unos a otros terminó al momento de cerrar mi casillero y encontrar a Dillon recargado.

—¿Ya ejerciste tu venganza contra mí? ¿O seguirás ignorándome? —preguntó Dillon a medida que caminaba detrás mío.

Como respuesta, apresuré mi paso hasta el salón.

Estiré mi mano para abrir la puerta siendo alcanzada primeramente por la mano de Dillon quien la abrió para mí.

Me apresuré a entrar sin dirigirle la mirada entablando que permanecería ignorándolo y me dirigí hacia donde Darren y Eithne se encontraban.

—¡Ela! —pronunció Eithne mi nombre abrazándome por un breve segundo— Darren me dijo lo que pasó en la excursión ¿Estas bien? ¿Te lastimaste? ¡¿Cómo se te ocurrió salir asi del autobus?!

Dirigí mi vista hacia Darren de manera cuestionante, él negó de manera discreta al darse cuenta mi angustia por los detalles más inclinados a los asuntos ilógicamente mágicos que nos harían parecer como unos dementes.

—Estoy bien —le aclaré—. No fue tan dramático como Darren lo hizo sonar, además...

La puerta del salón fue abierta, y la presencia del profesor en el aula asi como la campana escolar sonando interrumpió nuestra conversación. Antes de tomar asiento, Eithne me hizo prometerle contarle todos los detalles después de clases a lo cual accedí.

Al momento de sentarnos, Dillon se paró frente a la rubia examinándola. Pude notar al instante la incomodidad de Eithne y por alguna razón la tensión sobre Dillon.

—¿Necesitas algo? —le preguntó Eithne al no recibir palabra alguna de Dillon.

—Es mi lugar —respondió de manera cortante.

Darren volteó a verme pidiéndome con su mirada que interviniera.

—No desde que te fuiste —dije en voz alta, sin quitar mi mirada del teléfono.

Hada AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora