El misterioso juego VR

Capítulo 7

Sus ojos estaban cerrados. Escuchaba risas y gritos de alegría de niños que corrían alrededor de ella. El olor de pizza recién hecha entraba por sus fosas nasales lo que le hacía la boca agua.

"¡Qué bien huele!" Desde siempre le gustó aquella comida y la verdad era que olía bastante bien.

De fondo podía escuchar aquellas canciones interpretadas por esos animatrónicos que tanto conocía. Se sentía en el paraíso por lo que quería abrir los ojos y disfrutar de este. Lo intentó. No pudo.

Las risas de los niños de pronto se convirtieron en gritos de terror y de agonía. Ella se espantó. Ahora ya no quería abrir los hijos.

-¿Por qué tuvimos que morir?- escuchó el susurro de un niño.

-¿Por qué fuiste tan malo?- escuchó a otro niño.

-¿Por qué nos quitaste la inocencia?- otro niño preguntaba.

-¿Por qué no pudimos vengarnos?- ahora era la de una niña.

-¿Por qué no te pudres de una vez en el infierno?- escuchó a otra niña.

"¿Me lo están diciendo a mí o se están refiriendo a otra persona?"

En ese momento quiso abrir los ojos y ver a los dueños de aquellas voces pero en cuanto lo hizo se despertó.

Su respiración se sentía agitada e intranquila. ¿Qué había sido aquella pesadilla? Respiraba hondo intentando tranquilizarse.

-¿A quién le estaban hablando esos niños?

Se vistió aún con esa pregunta en su cabeza y se fue directa hacia su trabajo.

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Llegó siendo recibida esta vez por solo las malas miradas de los trabajadores. Escuchó susurros en los que la llamaban de todo menos guapa. Ella quiso ignorarlos por lo que apresuró el paso para irse al ascensor, pero cuando estuvo a punto de entrar se tropezó. Se escucharon risas burlonas y Vanessa alzó la cabeza dándose cuenta de que la causante de eso había sido aquella chica que dijo que se quería follar a David. Entró en el ascensor haciendo caso omiso a lo que le decían.

"¿Por qué son así? Yo no he hecho nada. Solo he hablado con David y ya me están molestando. No creerán ellas que me gusta, ¿no?"

Para rematar a su cabeza volvieron recuerdos de aquella pesadilla. Se cogió la cabeza escuchando más susurros.

"-¿Por qué no te mueres?"

"-¿Por qué nos hiciste sufrir tanto?"

-Yo no os he hecho nada- decía mientras caía de rodillas.

"-¿Por qué tuviste que nacer?"

"-¿Por qué te encantan tanto los gritos de terror de inocentes niños?"

-¡A mí no me gustan!- gritó intentando hacerles entender de su error.

-Vanessa, ¿estás bien?- escuchó la voz de David.

"¿David?" Miró a su alrededor viéndolo agachado mirándola preocupado.

El ascensor estaba abierto. ¿Cuándo había llegado a su destino? No lo sabía.

Se sentía realmente mal y aquellas voces no cesaban. Un sudor frío empezó a recorrerle por todo el cuerpo. Notaba su vista borrosa y el dolor de cabeza era incesante.

-¿Vanessa?- volvió a preguntar preocupado.

-Mírala. Haciéndose la víctima para que David se acerque a ella. Qué miserable- escuchó el murmullo de una chica que se lo estaba diciendo a otra.