Wattpad Original
Te quedan 3 partes más de forma gratuita

Capítulo 7: Demostraciones públicas

56K 5K 2.1K
                                    

No sabía ni cómo reaccionar. Solo atiné a sonreír con incomodidad, como si no acabara de esconderme como la cobarde que era. Rhett tuvo la osadía de levantar la mano y sacudirla con entusiasmo, como si se alegrara mucho de verme. Luego, como si se tratara de una mala película romántica, vino hacia mí con paso decidido sin importar dejar a las chicas hablando solas. Miré a mi alrededor, pero nada podía detener lo que estaba a punto de ocurrir.

Ivy me miró extrañada.

—¿Por qué Rhett Saunders viene hacia aquí, como si... como si estuviera a punto de...? —No pudo terminar, porque él hizo exactamente lo que Ivy estaba a punto de decir.

  Rhett llegó hasta mí y, sin preámbulos, me levantó en sus brazos cargándome hasta que mis piernas estaban enredadas alrededor de sus caderas. Pude escuchar algunos jadeos sorprendidos que provenían de las personas cercanas, pero oí por encima de todo el sonido sorprendido que Ivy hizo con su boca. Parecía entre un grito y un jadeo.

Mi cabeza estaba a la altura del rostro de Rhett, su sonrisa me indicaba lo mucho que disfrutaba de esta situación. Podía imaginármelo, debido a que sus manos sostenían mi trasero. Lo extraño era que yo pesaba más de setenta kilos, con mi metro sesenta de altura, era imposible que Rhett no lo sintiera. Él parecía estar cargando una pluma o algo así porque no se quejó ni hizo ningún sonido al estar sosteniéndome como lo hacía. Lo asociaba a su esfuerzo físico y lo mucho que entrenaba a diario, como jugador de fútbol debía tener cierto físico para jugar bien.

—Voy a matarte —prometí cerca a su rostro. No me importaba que la gente nos estuviera viendo ahora, mis ganas de asesinarlo eran mayores. Lo peor de todo era la sonrisa socarrona que tenía en el rostro. Quería quitársela de un puñetazo—. Lo juro, Rhett, voy a matarte. ¿Cómo se te ocurre fingir ahora? ¡Estamos frente a todo el mundo!

Mi siseo no caló en él. Al contrario, solo hizo que su sonrisa fuera más profunda, marcando unos pliegues en sus mejillas que en vez de enfurecerme solo me dieron ganas de acariciarlas.

¿Pero en qué carajos estaba pensando?

Sacudí esos pensamientos fuera de mi mente y me centré en el ahora, en el presente. Un presente que estaba a punto de desatar una discusión en el futuro. Y todo por culpa de Rhett y su bocota. Bueno, ahora sus manos estaban involucradas también porque sostenían mi trasero con mucho gusto. Podía sentir un cosquilleo en la parte baja de mi espalda debido a ese toque. Mis partes sensibles comenzaron a despertar reclamando atención de Rhett, mis pezones estaban erguidos, y gracias a la cercanía entre nuestros cuerpos, apostaba que él podía sentirlo. No sabía si lo hacía, lo que sí podía sentir era su parte delantera. No sabía si era la cremallera o qué, pero una dureza se presionaba contra mí.

Rhett iba a hablar, pero decidí acomodarme. Mis sentidos ya no estaban atentos a lo que sucedía a mi alrededor, solo podía notar a Rhett y todo lo que hacía, hasta el más mínimo movimiento. Y debido al brusco movimiento el ambiente se tensó cuando mis piernas enroscadas en sus caderas se movieron con brusquedad para buscar más estabilidad. Era un error mío, lo reconocía, pero también reconocía que el movimiento solo alivió la tensión en mis piernas.

Sus ojos marrones enfocados en los míos se oscurecieron con lo que parecía un deseo profundo que iba más allá de las palabras. Solo bastó esa mirada para reconocer que lo que sea que acababa de pasar, tanto Rhett como yo éramos conscientes de que la tensión venía de ambas partes. Antes que cualquiera de nosotros pudiera decir algo, una fuerte voz rompió nuestra burbuja.

—¡Mantén tus manos lejos de ella! —Cuando volteé mi rostro me di cuenta que era Akio, y que muchas personas en el estacionamiento habían fotografiado este momento, los delataban sus teléfonos en la mano. Con el rostro rojo de la vergüenza bajé la cabeza y la oculté en el cuello de Rhett, aquello solo hizo que Akio bramara con fuerza—: ¡Dije que alejes tus manos de ella, joder!

Amor en química | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora