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Ambos se habían quedado toda la noche hablando de cualquier cosas, ellos disfrutaban de esos momentos que tenían juntos ambos aveces rosaban sus labios en cortos y tímidos besos con risas de promedio.

Joaquín mantenía su rostro oculto en el cuello del pálido mientras soltaba suaves risas que llegaron a los oídos del pálido alfa el cual sonrió mientras le daba un beso en su cabellera castaña.

—¿Que maldad haz hecho? —le pregunto en tono juguetón.

—Quiero una casa del árbol. —respondio Joaquín. —el árbol del patio trasero es grande y resistente.

—¿Para que quieres una casa del árbol? —pregunto el alfa.

—Quiero que ese sea nuestro lugar secreto junto con los niños. —respondio con una sonrisa. —recuerdo que con mis padres teníamos una.

—¿Como caben ocho personas en una casa del árbol? —le dio un corto beso en la mejilla. —no importa si quieres mañana vamos y vemos cómo la hacemos.

—Eso me encantaría. —sonrio el omega.

Al día siguiente ellos comenzaron a ver los preparativos para la casa del árbol y claro que sus hijos se emocionaron al escuchar lo que sus padres planeaban hacer, todo iba perfecto los chequeos del omega mostraban que iban a tener una hermosa y sana bebé. Pero esa noche un fuerte dolor preocupó a la pareja la cual el alfa cargo a su omega el cual tocaba su vientre mientras lágrimas resbalaban de sus ojos.

—Emilio me duele. —lloro el omega.

Emilio salió de la habitación llamando la atención de su hijo mayor el cual al verlo se preocupó mucho Emilio bajo rápido pero con cuidado las escaleras pues llevaba a su omega cargando.

—Papá. —le llamó.

—Llama a tus abuelos que vengan y diles que lleve a Joaquín al hospital. —dijo Emilio a su hijo.

El niño asintió y Emilio metió a Joaquín con cuidado en el auto para manejar rápido al hospital Joaquín seguía quejándose del dolor y pedía con todas sus fuerzas que no fuera lo que estaba pensando.

—Joaquín amor por favor resiste. —suplico Emilio. —se fuerte.

Joaquín seguía llorando mientras recibía la fuerza de su omega y a Emilio en ese momento no le importaba tener más de veinte multas debía de llegar al hospital cueste lo que cuete.

Al llegar Emilio bajo rápido y corrió para abrir la puerta y cargar a su omega el cual seguía quejándose de dolor al entrar comenzó a gritar para que los atendieran

¡Osorio Quiero Otra Niña!Where stories live. Discover now