Fate: La saga de invocaciones de Shirou Emiya

Capítulo 7: Mysterious Heroin X parte 2

Este capítulo contiene contenido gráfico/perturbador. Se recomienda la discreción del lector.

" Itadakimasu ", fue el murmullo que salió de cada uno de los tres ocupantes de la mesa. El miso ramen fue una comida rápida y fácil de preparar, y los platos calientes sorbieron el ambiente de la habitación durante los siguientes minutos. Como se había acostumbrado, estaba delicioso. Su master, si nada más (y realmente era algo más), era un excelente chef. Normalmente prefería bocadillos como yakitori o nikumaki onigiri, el tipo de cosas que comprarías en un puesto callejero, pero su Master tomó platos japoneses normales y les dio una calidad superior a todo lo que había probado antes. Era como vivir en un sueño.

Excepto que no lo era, porque casi había muerto tratando de ayudarla la noche anterior.

Ella había visto como el Saber se había dado la vuelta para encontrarse con su asalto amateur y le había abierto el abdomen. Ella lo había visto gritar, sus tripas salían de él como fideos udon por un tobogán de bambú. Ella había visto impotente cómo se habían salvado de los caprichos de un niño, había visto cómo el Maestro que había sido tan amable con ella y la había apoyado en su objetivo se desangraba, había mirado sus inútiles manos temblorosas cuando se dio cuenta de que su única obsesión obstinada de hacer justicia a sus imitadores provocó que una de las únicas figuras de apoyo que había conocido en su vida casi muriera.

Ella fue un fracaso. No podía matar a un solo Saber , y no podía proteger a su Maestro.

El silencio ocultaba una tensión en la habitación que podía sentir que la aplastaba, forzando sus hombros más profundamente en sus cuencas, empujando sus costillas contra sus pulmones. Apenas pudo tragar la sabrosa comida frente a ella, pero tuvo que seguir porque el sabor la ayudó a ahogar los gritos en su cabeza.
Miserable desgraciada. Patética excusa para una persona, y mucho menos para un Servant. Eres repugnante. Horrible. Deberías haber tomado esa espada en lugar del Maestro. Deberías haber estado allí para protegerlo. Deberías haber sido mejor. Deberías haber sido mejor. Deberías haber sido-

"¿Saber?"

Miró a su Maestro, sus inocentes ojos ámbar la miraban con preocupación, y por un momento su mirada se posó en las vendas envueltas alrededor de su torso.

"¿Estás bien?" Preguntó.

"S-sí, por supuesto que lo estoy, ¿por qué no lo estaría?" No pudo evitar el escalofrío que entró en su voz.

"...Bueno..." Vaciló, apartando la mirada. "Estás llorando".

¿Eh?

Dejó los palillos y se llevó una mano temblorosa a la cara, y sintió lágrimas en las mejillas. Se las limpió con la manga, resopló y trató de quitar el dolor con una sonrisa.

"No lo estoy." Dijo con una falsa bravuconería que no engañó a nadie. "¿Ves? Estoy perfectamente bien".

Él no la dignificó con una respuesta. Probablemente pensó que ella no valía nada, no, él sabía que ella no valía nada. Sabía que ella no pudo evitar que se lastimara, y debía odiarla por eso.

El resto de la comida siguió transcurriendo en silencio. Tohsaka no levantó la vista de su plato y siguió comiendo en silencio. Ella había sido tan ruidosa anoche, nunca se calló e intimidó a su Master. Esto se sentía tan diferente a esa persona. Se sintió mal. No le sentaba nada bien.

Ella también debe odiarme.

La comida terminó con el suave repiqueteo de los palillos colocados encima de los tazones.