55➹la mordida es un regalo

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NOVALEE HABÍA VISTO A NAGA APRETAR EL MANUBRIO MÁS DE CINCO VECES en el viaje a la casa del lago de Lydia Martin -a la que aún no creía que estaba por ir o que fuera una banshee, ella era la chica más popular de la escuela y hasta hace unas horas, sólo era un cero invisible del que no conocían el nombre y sólo la podían comparar con un animal que se esconde en las alcantarillas-, y en tres de ellas, tenía inconscientemente las garras de fuera hasta que lo notaba y las retraía.

Habían pasado a dejar las cosas a la bodega dónde sin que la wendigo que se explicara, Naga había conseguido una cama, una mesa, un sofá algo roído pero funcional, sillas y refrigerador.

—Ahora es tuya — él había dicho entregándole la llave—. Por lo menos hasta que resolvamos el asunto de los cazadores y puedas volver con tus padres adoptivos, sé que no es lo que te gustaría, pero es la solución que puedo darte. Además... siempre puedes volver después de eso, ya sabes, cuándo el hambre sea demasiada y darle una mordida al sillón.

La wendigo frunció su ceño— ¿Resolvamos? ¿Quiénes?

— Siento romper tus ilusiones, pero no somos los únicos sobrenaturales en Beacon Hills — el lycan estrechó su mirada—, aunque algo me dice que eso ya lo sabías, ¿No?

Y eso la había llevado a subirse a la motocicleta de Naga con rumbo a las afueras de Beacon Hills hasta que deslumbró un lago y en ella una casa acogedora, era una de esas que podías ver en revistas de bienes raíces que en sueños podrías comprar o en películas románticas, ideales para una cita, pero estaba totalmente a oscuras, sólo con la redonda luna iluminando sus pasos.

Y para cuando Naga aparcó su motocicleta, la ansiedad que venía acumulando con cada kilómetro desde que la energía del astro nocturno se proyectó, se disparó, la lengua seca y el creciente síntoma de claustrofobia aún en espacio abierto no le estaba gustando. Volvía a sentirse abrumado mientras más se acercaba a la entrada de la casa con Novalee, pues el olor que desprendía de dentro, le indicaba que no sólo Lydia estaba allí.

— ¿Seguro que estábamos invitados? — Novalee dudó tirando de su cárdigan al ver todas las luces apagadas, pero aun así escuchando murmullos, sabía que podía usar su oído, pero a ella no le gustaba invadir la privacidad de los demás.

—Yo sí, tú eres el polisón — aclaró deteniendo su puño cuando iba a tocar la puerta, ya que vio la puerta entreabierta y sintió las emociones que se entremezclaban de forma violenta desde adentro: la ira, angustia y los agudos nervios.

Así que Naga agudizó su oído después de darle una mirada a Novalee que quería decir "espera".

—Siento que me rodean un motón de dementes psicóticos... — Naga abrió silenciosamente cuando escuchó los latidos de Liam dispararse y su rabia crecer de una forma descomunal.

Scott, Stiles, Lydia, Kira y Malia miraron entre alivio y desconcierto al lycan debido a su aparición con compañía, pero nadie dijo nada, no con un beta a punto de entrar en un ataque de cólera en luna llena.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora