El tú de ayer

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Escritorios curvos descendían por todo el teatro. Filas de asientos vacantes para cuerpos que bajaban como gotas, llenando lentamente el cuarto a medida que pasaban los minutos. Entre cada murmullo y cada risa que hacía eco por los salones, los estudiantes bien descansados y rejuvenecidos lentamente comenzaban a retomar sus vidas ocupadas. Las vacaciones de verano habían llegado a su final, y otro semestre académico daba inicio. Otra estrofa y otro paso para la canción y el vals que representaba la vida de un estudiante de la Universidad de Tokio.

Otro asiento acababa de ser ocupado. En los lentos minutos que iban pasando, Fuutarou sólo podía cuestionarse por qué se había molestado en venir a su primera conferencia tan temprano. Al venir tan pronto se había encontrado con un teatro en silencio y sin un alma, vacío de cualquier otra presencia excepto por él por lo que parecían horas. Sin pensar mucho comenzó a juguetear con laptop. Matar un poco de tiempo antes de la conferencia normalmente no habría sido problema para el chico obsesionado con los estudios (a menudo lo utilizaba para repasar notas y ver futuras lecciones), pero difícilmente habría algo para esperar cuando la primera clase ni siquiera empezaba.

En realidad, Fuutarou tenía sospechas de sí mismo, y de las razones que lo trajeron al salón de clases tan temprano. Estos últimos días previos a su cuarto semestre se habían, lamentablemente vuelto muy monótonos. Aburridos y sin eventos notables. Un deseo aburrido de cambiar una rutina por otra, una que mantuviera su mente ocupada un poco más, si acaso le ayudaba a dejar de contar los días. Ya habían transcurrido casi tres meses desde que Ichika se fue de Japón, y sin importar cuántas veces Fuutarou creía que se habría acostumbrado a ello, siempre quedaba esa sensación de anhelo que llenaba estos días tan tranquilos. Bostezó cansinamente. Incluso ahora, no pudo evitar buscar algo de confort en revisar sus más recientes conversaciones.

Fuutarou (enviado ayer a las 12:53 a.m.): "¿De verdad las filmaciones avanzan así de rápido? Pareciera que el trabajo nunca termina."

Ichika (enviado a las 12:59 a.m.): "Mm... sí, se podría decir eso. Cielos, déjame decírtelo, de verdad te mantienen OCUPADÍSIMO aquí. Al principio apenas podía seguir el ritmo, pero creo que ya agarré el hilo a estas alturas. Ya terminé de protagonizar dos películas de estudiantes."

Fuutarou (enviado ayer a las 1:02 a.m.): "Me alegro de escuchar eso, ¡y felicidades! Sólo espero que no estés sobre exigiéndote con nada, Ichika."

Ichika (enviado a las 1:03 a.m.): "Te preocupas demasiado por mí, Fuutarou-kun. Es realmente dulce de tu parte. Estoy TAN feliz de que sea domingo. ¡Día completo de holgazanear, aquí voy!"

Fuutarou (enviado ayer a las 1:03 a.m.): "¿No habías dicho antes que ibas a salir con Sasaki-san el domingo? El museo fílmico, ¿verdad?"

Ichika (enviado a las 1:05 a.m.): "..."

Ichika (enviado a las 1:06 a.m.): "Rayos. Tienes razón. Ugh... eso significa que tengo que alistarme. Perdóname, mi preciosa camita, tendrás que esperarme un poco más..."

Fuutarou (enviado ayer a las 1:09 a.m.): "Ja. Supongo que me equivoqué al preocuparme de que no descanses bien. Sigues igual de holgazana que siempre."

Ichika (enviado a las 1:11 a.m.): "No lo entiendes. Mi cama y yo estamos prácticamente casadas."

Fuutarou (enviado ayer a las 1:12 a.m.): "No puedo creer que de verdad siento celos de una cama. "

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