Capítulo 15. Solo quédate

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Una semana después, Santana volvió a tener invitados en su piscina. Esta vez eran menos, su grupo del trabajo. Hacía mucho tiempo que no quedaban los cuatro juntos, por lo que quiso volver a esos momentos. Rocksy estaba tumbada en una colchoneta que flotaba por el agua, con sus gafas de sol y un bikini azul oscuro que resaltaba sobre su pálida piel. Se echó bastante protección solar para no quemarse, era bastante precavida en ese sentido.

El cielo estaba despejado, con el sol brillando con intensidad. Un calor espantoso abarcaba la ciudad, por lo que aquel baño era de agradecer. Raúl estaba sentado en el borde de la piscina con los pies metidos en el agua, intentando ganar alguna tonalidad más. Rocksy ya se había bajado de la colchoneta y se acercó hasta él para contarle las últimas novedades mientras Santana iba a atender una llamada telefónica. Sergio fue hacia ellos para unirse a la conversación. Era duro para él estar al lado de Raúl después de todo lo vivido en esos últimos meses, pero tenía que acostumbrarse y fingir normalidad.

—Cuando venía aquí, me he encontrado con mi ex. Hemos hablado un poco, un par de minutos. Me ha dado rabia verle actuando como si nunca me hubiera hecho llorar— comentó con un leve tono de desprecio.

—Y yo que jamás he llorado por amor... Llamadme raro, creo que hay cosas más importantes por las que sufrir que por una persona que ya no quiere estar contigo. Lo respeto totalmente, que conste, a cada uno le afectan las situaciones de forma diferente— comentó Raúl, interrumpiendo a su amiga.

Movió las piernas dentro del agua mientras Rocksy le miraba extrañada.

—Vaya... Siempre he pensado que eres un príncipe azul súper romántico y enamoradizo— añadió. El moreno se echó a reír.

—Tampoco tanto, no sé... Aunque me gustaría pasear de la mano del amor de mi vida recorriendo las calles de Roma, besándonos delante del Coliseo.

—Y a ti, Sergio, ¿qué te gustaría?— preguntó intrigada la chica. Tenía mucha curiosidad por saber la respuesta. Él apenas hablaba de cosas relacionadas con el amor, así que en ese sentido, era un enigma.

El modelo miró a Raúl antes de contestar, sin intentar disimular.

— ¿Cuándo dices que vamos a Roma?— dijo, actuando como si todo estuviera bien entre ellos.

Al fotógrafo se le aceleró el corazón y empezaron a temblarle las piernas. Se sonrojó, también sonrió complacido. En ese momento, olvidó la última conversación que tuvieron. Quería lanzarse a su boca para besarle. En vez de eso, apartó la mirada, se mordió el labio inferior mientras se tocaba la nuca y volvió a sonreír.

Rocksy soltó un gritito de emoción al escuchar aquello, empezando a dar pequeños aplausos.

—Mírale, si se ha puesto rojo. Ay, le has dejado nerviosito perdido— dijo emocionada.

—Anda, cállate— Raúl la echó agua en la cara mientras ella no paraba de reír.

Sergio le miraba fascinado. En ese momento solo podía pensar en cómo sería besarle de nuevo.

Santana volvió con nuevas noticias. Estaba harta de recibir llamadas relacionadas con el trabajo cuando ya había terminado la jornada laboral. Tenía el gesto serio, aunque en sus ojos se distinguía ilusión.

Su pelo negro como el carbón caía sobre los hombros. El bikini de color arena del desierto le hacía una figura descomunal, pensó Rocksy según se iba acercando.

—Cuentan con nuestro equipo para trabajar durante una semana con uno de los modelos más codiciados de Europa. Raúl es el único que no le conoce, se llama Dean y es francés, aunque habla un español fluido. Nos jugamos el prestigio con esta visita, os pido por favor que le deis el mejor trato posible. Al ser tan egocéntrico, le gustan los cumplidos, las buenas palabras y que hagamos lo que él diga. Por mucho que nos desagrade, tenemos que complacerle hasta que se vaya— parecía agobiada por la situación, aún así, esperaba con ansias el momento porque sería una gran publicidad para la agencia.

Abrázame como si nadie nos vieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora