⎯ En dónde los estudiantes del West Valley High School acuden a un campamento en el que se ven amenazados por una antigua leyenda y un asesino con una máscara.
❝¿En qué momento nuestra vida se convirtió en una película mala de Terror?❞
Inspirada e...
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Los adolescentes seguían encerrados en la cabaña, no tenían planeado salir ya que esa sería su sentencia de muerte, pero la desesperación, el hambre y el sueño se hacía cada vez más presente.
- No recuerdo la última vez que comí. - Habló Demetri escuchando a sus tripas sonar con fuerza.
- No podemos quedarnos aquí para siempre, en algún momento tendremos que salir. - Replicó Tory mirando a sus compañeros.
Miguel decidió que iba siendo hora de contarles la idea que tuvo a sus amigos.
- ¿Quién quiere ir a la ciudad para tratar de buscar ayuda?. - Preguntó el moreno. - Hay una gasolinera justo al entrar en la ciudad. Tal vez si algunos de nosotros van podremos contactar con el teléfono que habrá dentro.
Los adolescentes se miraron entre ellos algo asustados, estaba claro que ninguno quería arriesgarse.
- Buena idea Díaz. - Habló Robby con sarcasmo. - Ir a la gasolinera más tenebrosa y alejada del bosque prácticamente a suertes ya que tiene pinta de que ha sido abandonada hace 10 años.
Miguel rodó sus ojos con molestia. - ¿Y qué sugieres genio? Si el asesino no nos mata ¡Nosotros mismos moriremos de hambre!.
Hannah sentía su corazón latir cada vez más fuerte, no podía soportar escuchar los gritos y las constantes peleas de los chicos. Se acercó a su hermano en busca de protección.
- ¿Vamos a morirnos de hambre?. - Preguntó Avery con preocupación.
- No. - Sam le respondió. - Nadie se va a morir de hambre, tranquila.
- Sam tiene razón, nadie va a morirse de hambre, no vamos a dejar que eso pase, por eso necesitamos voluntarios para ir a la ciudad. - Miguel volvió a mirarles con algo de esperanza, pero se ve que no estaban por la labor de aceptar su propuesta.
Como era de esperar nadie levantó la mano o habló. Siendo honestos, todos estaban muy asustados, sentían que justo en el momento en el que se les ocurriera abrir esa puerta, el asesino estaría esperándoles al otro lado, sediento de sangre.
- Si nadie quiere deberíamos echarlo a suertes. - Heather rompió el silencio, ella misma se habría ofrecido voluntaria, pero cómo todos los demás,no quería morir de esa manera.
- ¿A suertes? No somos niños pequeños. - Replicó Noah mirando a la pelirroja.
- En ese caso ¿no te importará ir no?. - Contraatacó Heather mientras se cruzaba de brazos.
Hannah no iba a permitir que le hicieran eso a su hermano, suficiente herido estaba ya, como para ocasionarle más problemas, siempre se sentía protegida cuando estaba cerca suya, pero esta vez ella tenía que protegerle.
- El ya ha tenido suficiente, debería de ir otra persona. - Habló finalmente Hannah, era tan callada que todos se quedaron sorprendidos al escucharla.
