Madrugada.

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(Dolores)

Me meto a mi cama, y antes de quedarme dormida, reflexiono un poco sobre una pregunta que ha estado rondando en mi cabeza desde que vi desde lejos a Camilo salvando a ___ de ser atropellada.

¿Será que Camilo quiere algo con ___?

A pesar de que soy de las que creen en el dicho de "nunca digas nunca", conozco a mi hermano, y realmente lo dudo.

A pesar de que le encanta molestar, debo admitir que mis papás no fallaron en educarlo. Mi hermano es un caballero, muy cariñoso y divertido, y siento que si le gustara ___, en vez de ser tan sociable con ella, habría salido corriendo.

Le preguntaré mañana; es sólo curiosidad, pero ambos son mis amigos y el chisme me encanta.

(Isabela)

"¿Pir qii ni tidis piidin sir cimi ti?"

¡Ugh!

¿Camilo? ¿De verdad? De todas las personas en este pueblo, ¿Camilo?

Quiero convencerme a mí misma de que esto me molesta porque soy muy celosa con mis familiares; no hay otra explicación. No tendría sentido alguno, así que me quedo con esa.

Bueno, ya no tengo que ver su escenita cursi asquerosa; ya ha pasado un buen rato desde que los encontré ahí abrazaditos, así que ya puedo ir por mi agua.

(___)

Mi amigo ha caído muerto, rendido, justo como yo creí que caería, pero no.

Me quedo viendo a su techo, con estampados que van con los que están tejidos en su poncho.

Me gusta esta casa, y también las personas que viven en ella.

Lo único que no me gusta de este lugar es que las maderas del piso crujen demasiado al levantarse y caminar fuera del cuarto a la cocina; me ha dado hambre, y no creo que noten que una arepa fue robada del refrigerador.

Sigilosa, abro el horno y tomo una, y me sobresalta una voz detrás mío.

Isabela: Vaya, realmente Camilo y tú son tal para cual.—se queda viéndome, seria, con una ceja alzada.

___: Isa, yo-

Isabela: Come nomás,—me alienta mientras se sirve un vaso con agua—Todos creerán que fue Camilo.

Está ya por irse, pero la detengo. Tengo un par de preguntas.

___: Isa...

Isabela: ¿Qué?

___: ¿Puedo hacerte unas preguntas?

Isabela: Sí, MAÑANA. Buenas noches.

Se aleja, y yo me pregunto cual es su repentino problema conmigo, sentada en la mesa de la cocina disfrutando mi arepa fría.

(Isabela)

No sé por qué soy tan mala con ella.

Sé que no me ha hecho nada, sé que sólo quiere saber más, sé que quiere ayudar y sé que no se lo merece, pero aún así lo hago. No sé, es como un reflejo raro. Como si quisiese protegerme de algo, aunque no haya nada de qué protegerme.

Me paso un buen rato de todos los días en su invernadero, dejando que me estudie a mí y mis poderes; no me conviene caerle mal...

"Destruiré mi orgullo mañana y me disculparé ", me prometo, "Seré su amiga otra vez..."

Si es que lo fui alguna vez.

Con flores... (Isabela y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora