Capitulo 17

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Después de haberme calmado, Christopher me llevo a la casa en sus brazos. Me sentía como una bruja por haberle hablado así, pero estaba asustada- no es que me justificara- el miedo cuando se apodera de uno, si se le permite, llega a ser mas fuerte que uno mismo.
Cuando Christopher me deposito en la cama se acostó a mi lado, sus labios besaban mi cuello con suavidad, sus manos acariciaban mi cuerpo con ternura, susurraba palabras dulces y tranquilizantes. Cuando mi cuerpo dejo de temblar me aferre a él. Lo mire a sus hermosos ojos verdes y lo bese con profunda pasión, disculpándome por alejarlo, por herirlo, sus besos fueron amorosos y apasionados; como si nada hubiera pasado, como si el amor siempre nos estuviera consumiendo.
Se separó de mi con suavidad. Su respiración era agitada, cerró sus ojos y unió su frente con la mía, sus manos tocaban mi cuello.
-¿quien te hizo esto Ninfa?- sus dedos acariciaban mi piel que estaba hirviendo.
-¿hmmm? - pregunte con la cabeza nublada.
- tienes marcas de dedos en tu cuello- intento que su voz no sonara agresiva, pero su lobo interior gruñía de rabia, sus ojos estaban oscuros y sus manos tenían un leve temblor. Me levante de la cama para verme en el espejo del baño. Ahogue un grito de sorpresa cuando vi aquellos dedos marcados en mi piel; no es que sea blanca como la nieve, pero mi piel era delicada. Ahora entendía la preocupación de Chris. Volví a la cama y me senté en el borde al lado de él. Su rostro estaba crispado por la rabia, sus ojos estaban cerrados y respiraba con dificultad.
- no fue nada- susurre mientras acariciaba su corto cabello.
- te asustaste - abrió sus ojos con lentitud- si fue algo.
Baje la mirada avergonzada, no debí actuar así... Pero estoy tan sensible que si pudiera llorar por varios días lo haría. Que idiota.
- reaccione de manera incorrecta- murmure.
- no lo hiciste- se sentó- todos tenemos derecho de asustarnos y querer escapar- soltó un fuerte suspiro- yo estoy asustado- escondió su rostro en mi cuello- tengo miedo de tantas cosas - su nariz sobo mi cuello- no quiero que nada te pase y tampoco a la manada.
- nada nos pasara - voltee el rostro para encontrarme sus labios, lo bese con delicadeza, el no tardo en responderme. Su boca era gentil, sus manos tomaron mi nuca con fuerza. No se cuento tiempo paso, pero se me hizo eterno... Mi cuerpo quería más de él y sabia que él quería lo mismo. Me moví para quedar ahorcas sobre él. Su beso se volvió más feroz, sus manos recorrieron mi cuerpo con deseo, mis caderas comenzaron a moverse generando en Chris un gemido.
Alguien comenzó a tocar la puerta, nos separamos como adolescentes que acaban de ser descubiertos.
- maldición - gruñe Christopher. Yo no puedo evitar soltar una risita. Chris abre la puerta ligeramente furioso.
-¡¿que?!- ladra furioso.
Puedo ver el rostro sonriente de Adam.
- todos quieren hablar contigo- su voz retumba fuerte aunque su rostro este marcado por la diversión. Sus ojos viajan a mi y me interroga con la mirada. Levantó el pulgar para indicarle que me encuentro bien.
- ya bajo - anunció. Adam dio un asentimiento y se fue. - ¿quieres bajar?- me pregunta ansioso. Asiento con la cabeza.
- dame un momento - me dirijo al armario y saco una blusa limpia.
Cuando bajo todos se encuentran en la sala, Tanto como los de nuestra manada como de la manada de Blake. Chris al verme me indico que me hiciera a su lado. Algunos murmuraban otros se mantenían callados.
- siento mucho la perdida de su alfa- hablo Christopher con fuerza- no busco reemplazarlo ni nada por el estilo. - hace una corta pausa - pero, este es mi territorio, son mis reglas y yo soy el alfa acá- su tono fue autoritario y casi agresivo, sus facciones se volvieron casi violentas- así que espero tanto como mi manada y la suya podamos estar en paz - sus ojos recorrieron a todos- también espero que no ataquen a alguien de mi manada como paso hoy, alguien atacó a mi luna- escuche algunas exclamaciones y el murmullo de otros, vi al hombre que me me había intentado ahorcar, su rostro estaba crispado de miedo... Los que habían presenciado aquello miraron de reojo al hombre que temblaba en su lugar.
- Chris- le susurre, sus ojos se suavizaron- yo me defendí así que estamos a pases - forcé una sonrisa. Su mirada fue desconcertante.
- la próxima vez que algo así suceda no duden en que les arrancare la cabeza. - me encantaba cuando usaba ese tono frío y amenazador. Me encontré con los ojos del hombre que me miraban con curiosidad. Desvíe la mirada y observe a Dafne que no le quitaba la mirada a un chico un poco más joven que ella. - ahora a lo que vinimos- el cuerpo de Christopher estaba tenso- necesito que me informen lo que sucedió.
- nos atacaron de la nada- hablo una mujer mayor- pero no estaban solos- su mano temblaba - habían sombras...- sus ojos se cristalizaron- acabaron con todo. Se llevaron a los adolescentes y los que no querían ir los asesinaron. - su voz se quebró a lo ultimo.
- se unieron con los demonios- hablo Adam con cierta rudeza. Los rostro de todos se crisparon de horror y miedo- ya nos han atacado- sus ojos volaron hacia mi- solos no tendrán ninguna oportunidad.
- solo un dios puede acabarlos- hablo un anciano que se encontraba sentado en una esquina. Sus ojos eran de un gris extraño, su pelo canoso estaba peinado hacia atrás, su barba blanca era un poco larga, tenía pocas cejas y algunas verrugas en su rostro. Mi cuerpo se tensó al escuchar esas palabras.
-entonces estamos acabados- otro hombre hablo con decepción.
- no lo estamos- hablo Mike con decisión- aquí hay una persona que ha matado demonios- los ojos de los extraños se abrieron con sorpresa, el anciano se veía sorprendido.
-¿y quien es esa persona?- hablo el viejo.
Mire a Christopher que me animo con una sonrisa.
- yo- hable con fuerza. Pude ver la sorpresa he incredulidad en la gente.
- acércate jovencita - demandó el viejo. Camine hacia el abriéndome paso entre la gente- dame tu mano- indecisa tome su mano, el hombre cerró los ojos y frunció el ceño. - ah - sonrío - tienes un increíble poder - soltó mi mano. - Pero parte de ese poder aun esta dormido - sonríe. Sus ojos en ningún momento me miran, aquel hombre era ciego... Pero eso no era un obstáculo para él, mas ciegos éramos los de la habitación que aquel viejo que sonreía. Sus palabras eran cortantes, su sonrisa era la de una persona que escondía un secreto, su mirada a la nada me llenaba de cierto temor, no porque fuera malo, sino porque este hombre sabía demasiado.
Volví donde Chris que me sonreía de lado. Tomo mi mano y la beso con ternura, mi rostro se sonrojó por aquel acto tan simple que me volvía loca.
- ¿entonces por los demonios no tenemos que preocuparnos? - una mujer hablo.
- eso depende de cuantos son y de que tan fuertes son - hable con neutralidad.
- si somos más tenemos más oportunidades de acabarlos. - hablo Mike - ¿alguna idea de cuando volverán atacar?
- no lo sabemos- hablo Christopher- tenemos que estar preparados.
- muchos de nuestra manada no saben pelear- hablo una mujer joven.
- pues tendrán que aprender - dijo Chris con cierta molestia. - no podemos darnos el lujo de estar indefensos. entre mas seamos mejor, son lobos - miro a todos con seriedad- pelear esta en sus genes.
- nosotros no somos una manada de guerreros.
- pues los entrenaremos, mañana temprano empezaremos y no habrá discusión y si la hay ya conocen la salida - tomo mi mano y me arrastro a las escaleras. Cuando llegamos a la tercera planta El Niño que Chris llevaba en sus brazos estaba sentado en el piso con la espalda contra la pared, sus ojitos estaban cerrados, su pecho se movía con rapidez. Solté la mano de Christopher y me acerque al pequeño. Me agache para quedar a su altura sus grandes ojitos grises me miraron con temor.
- ¿estas bien?- pregunte con dulzura, él asintió pero era una gran mentira. - ¿estas asustado? - asintió - no estés asustado, nosotros te protegeremos ¿verdad Chris? - Chris asintió con el ceño fruncido - ¿quieres que te acompañe con los demás niños? - negó. Mordí el interior de mi mejilla para no soltar una palabrota, así se debió sentir Christopher cuando no le hablaba. - ¿quieres entrar al cuarto? - el asintió. Me levante con cuidado, le ofrecí la mano que el tomo con suavidad, Chris me observaba con atención y un poco de frustración, le regale una sonrisa para tranquilizarlo. -¿como te llamas? - le pregunte. Sus ojitos me miraron con atención pero de su boca no salió sonido. - te llamare dulzura - despeine su cabello.
- no es un perro Ninfa - me regaño Christopher.
- técnicamente lo es - sonreí con descaro. El Niño nos miraba sin entender lo que sucedía. Me di cuenta que la ropa que llevaba aquel niño estaba rasgada - ¿te parece bien si te cambio de ropa? - le pregunte. Dudo por un momento pero al final accedió. - camine hacia el armario y busque entre las cosas de Chris, saque una de sus camisas negras y de algodón. Chris le susurraba cosas al niño que no logre escuchar, solo pude ver como El Niño asentía. - bien, primero te sacare la camisa ¿vale? - levanto sus brasitos y con cuidado saque su destrozada blusa. Lo que vi me rompió el corazón; en el centro de su pecho tenía una cicatriz en diagonal, se veía resiente, al igual que varias cicatrices que estaban por su cuerpecito. Me dolió en el alma verlo así, y ver su cuerpo herido me recordó a mi y tuve la sensación de quererlo proteger, de darle cariño y no dejar que su pasado afectará su futuro. Mire a Christopher que intentaba ocultar su preocupación, trago con fuerza y desvío la mirada. Cuando termine de vestirlo con aquella camisa que le llegaba hasta los pies le sonreí y bese su cachete. Su sonrisa salió como una mueca pero para mi corazón fue suficiente. - vamos a dormir - el asintió y se subió a la cama, Chris se metió en el baño y al rato salió con un pantalón de pijama y el pecho descubierto, me quede mirando su cuerpo tan bien formado, subí mi mirada hasta sus ojos que me observaba con lujuria pero por esta noche no habría nada de acción.
Tome una camisa de tirantes y unos shorts de seda negra.
Cuando termine de cambiarme me dirigí a la cama Chris se encontraba de su lado mientras dulzura lo observaba con atención - ¿dónde quieres dormir ? ¿En la mitad? - asintió - bien, será en la mitad. -Chris frunció los labios de una manera infantil, me acerque a el y le di un casto beso.
El Niño se pego a Christopher y me observo sin ningún rastro de emoción, me senté en la cama de espaldas a ellos para respirar con tranquilidad. Sentí una manita en mi espalda, recorriendo la cicatriz que tenía en mi omoplato. Voltee a mirar sobre mi hombro y me encontré con los ojos preocupados de dulzura - no me duele - lo tranquilice. El toco su pecho señalando donde tenía su cicatriz - son marcas que nos hacen mas fuertes - toque su naricita - ahora, a dormir campeón- Chris no dijo nada pero por su mirada pude ver el dolor reflejado. Éramos tres personas con un pasado doloroso.

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