Era el verano de 1970 en Roma, Italia. Jennie Kim , una doncella de apenas 17 años, anhela liberarse de las ataduras de su vida cotidiana y explorar el mundo en busca del amor y la libertad. Por otro lado, Lisa Manobal , de 20 años, estudiante apasi...
Lisa recién se levantaba para ir a desayunar en el comedor principal junto a Rosé.
—Rosé, luego de esto podremos recorrer la biblioteca de la Universidad, ¿qué te parece?
—Un plan perfecto, señorita Lisa.
—Perfecto.
Por otro lado, mientras una ingeniosa Jennie en cómo conseguirse un libro que no había en su estante, pero ella sabía perfectamente dónde encontrarlo.
—Jisoo, ¿crees que nuestro padre se moleste si le presto unos libros de la Biblioteca de su Universidad sin decírselo? —Preguntó con picardía.
—Por supuesto Jennie, ya sabes cómo se pone nuestro padre. —Respondió seriamente Jisoo.
—No seas tan malhumorada, hermanita, ¿si me ayudas con salir de casa por favor? —Puso ojos de gatito.
—Jennie, luego no quiero estar en problemas.
—No haré problemas, lo prometo, lo prometo, por favor, por favor. —Dijo repetidas veces Jennie.
—¿No te cansas nunca, no es así? Una vez más, solo una.
—¡Si! te amo, hermanita. —Dijo Jennie besando la mejilla de su hermana.
—Madre, Jennie saldrá a comprar más pan que se acabado todo del cesto.
—Vuelve pronto, no demores que tu padre vendrá temprano hoy. —Respondió la señora Kim.
Jennie, fue con rumbo a la Universidad, logró convencer al guardián de pasar desaperciba.
—Por favor Fausto, déjame pasar, solo daré un recado y salgo enseguida.
—No sé si le dijiste a tu padre, pero no ocasiones problemas, ¿estamos de acuerdo?
—Hecho, soy mujer de palabra y lo más valioso que tenemos es la palabra.
Paso corriendo buscando el salón de la biblioteca, de pronto vio a su padre en los pasillos, se adentró rápidamente, no se percató que había alguien en frente de ella que hizo que cayeran al suelo.
—Mantén silencio por favor, mi padre está en los pasillos —haciendo un gesto de silencio —Me has salvado la vida, gracias, pero tengo que salir pronto, no sin antes llevarme el libro que necesito, ¿puedes hacerme un gran favor?, cúbreme mientras busco mi libro. Esa persona que ves allí es mi es el rector de la Universidad, puedes entretenerlo un momento, mientras me voy. —Lisa asintió.
—Señor Rector, buenas tardes, me presento, soy Lisa Manobal Lombardi, recomendada por el empresario Mauro Park.
—Un placer, eres la nueva estudiante de traslado, ¿cierto?
—Así es, soy la nueva estudiante de intercambio, vengo de la Universidad de Milán.
Inmediatamente Jennie se fue a buscar un libro denominado "Casa de muñecas" una obra dramática de Henrik Ibsen y salió por la puerta trasera.
Lisa al notar que se fue corriendo solo atinó a sonreír.
—Está invitada cordialmente a la ceremonia de apertura dándole la bienvenida a los nuevos estudiantes.
—Descuide, estaré presente.
El padre de Jennie, salió de la Universidad con dirección a su casa.
—Todo lo que hago solo por mi buena imagen.
Al llegar a casa inmediatamente preguntó sobre sus hijas.
—Jennie y Jisoo, ¿dónde están? —Preguntó seriamente.
—En la habitación, dónde más Francis. —Respondió la señora Kim.
—Con esas niñas nunca se sabe, sobre todo con Jisoo, desde que decidió estudiar esa estupidez y ridiculez de Literatura, solo ha vivido soñando, lo único que le pido ahora es que sea la mejor estudiante en lo que hace, todo porque me resigné al darle el gusto, lo que me consuela es que buscaré un buen esposo para ella cuando acabe esa carrera.
—¡Jennie! —Llamó a Jennie.
—Padre...
—Hoy asistirás con tu hermana a la ceremonia de bienvenida, darás un espectáculo de danza, haz quedar bien a la familia y sobre todo mi imagen.
—Está bien, padre.
Al llegar el evento, todo transcurría de maravilla, hasta que llegó Lisa al lugar, inmediatamente hizo contacto visual con Jennie, no se apartaban las miradas.
Llegó el momento en donde Jennie tuvo que bailar, los ritmos latinos sonaban al compás.
Jennie comenzó a bailar de forma alegre y coqueta la canción "Isla Bonita".
Era el baile muy coqueto y más cuando se acercó a Lisa.
—¿Podría acompañarme a bailar? —Le dijo Jennie al oído.
—Lisa, demuestra lo excelente que eres bailando. —Le animó Rosé.
Disfrutaban del ritmo bailando pegadas, Lisa aprovechó para acercarse a su oído.
—Así que eres la hija del rector.
—Así es y tú eres mi salvadora —sonrió Jennie.
—Disfrutemos del ahora —sonrieron y siguieron bailando.
Mientras el padre de Jennie echaba humos de ver a su hija bailar de esa manera, a él le avergonzaba esa situación.
—Ya verá las consecuencias en casa. —Dijo seriamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_______________________________
Autora:
Sé que la canción es de los 80's, pero la puse porque sincronizaba mejor.
