Etéreo: Nuestra historia

- I'm back(?

La luna brillaba en lo alto del cielo mientras el par recorría aquel extenso bosque a paso lento. Se podía notar que estaban cansados. Sus pasos eran torpes, sus ceños estaban fruncidos y hacia algunos kilómetros que habían dejado de hablarse. El mayor de ambos observaba de reojo a su acompañante, sabía que este había establecido el boto de silencio pero eso ya lo estaba cansando.

-¡Ya! ¿No vas a volver a hablarme? Estas siendo muy infantil en este momento Beom- un resoplido fue todo lo que recibió en respuesta. Cansado de ser ignorado tomo el delgado brazo del pelinegro haciéndolo detenerse y girarse de lado hacia él- lo siento ¿De acuerdo?

-y exactamente ¿Por qué te estás disculpando?- el tono bajo le hizo saber al mayor que este se encontraba muy molesto- ¿Por hacer que nos echaran de allí, por indicar mal el camino y hacer que nos perdamos o por culparme por todo esto?

-sabes que fue en parte tu culpa.

-¡¿Mi culpa?!- Exclamo elevando las cejas- yo no pedí que ese estúpido alfa quisiera cortejarme, menos aun que no aceptase mi negativa ¿Cómo puedo tener yo la culpa?- se soltó del agarre viéndose aun mas molesto- ¿Es por ser omega acaso? ¡Naci así, no es mi culpa!

Yeonjun pasó sus manos por su rostro viéndose frustrado, sabía que el contrario tenía razón, no había sido su culpa. Menos aun que el alfa idiota no aceptase que no lo quería, el tipo solo era un imbécil, lástima que el imbécil fuese el sobrino del líder de su manada.

-Lo sé, lo siento, no quise decir...

-además, ellos no nos echaron por eso, fue porque lo golpeaste, mucho.

-¿Y qué esperabas que hiciera?- Apartando las manos de su rostro se inclino hacia él- el tipo te tenia acorralado, su maldita nariz estaba en tu cuello.

-se porque lo hiciste y te lo agradezco- apartando la vista suspiro – pero esta ya es la cuarta manada que nos echa.

-si no hubiese alfas calenturientos en cada manada eso no pasaría.

Ninguno pudo decir nada a eso, al fin y al cabo era cierto. En cada manada que estuvieron un alfa intento propasarse con el menor y este término siendo golpeado por Yeonjun. El problema era que, aun si fingía no serlo, el mayor era muy territorial con el menor. Si alguien se acercaba demasiado y lo incomodaba, él no dudaba en golpearlo, generalmente hasta hacerlo perder el conocimiento.

-junnie- tomo su mano ganando su atención, los ojos del menor brillaban- gracias por estar conmigo, siempre. Sos la única persona que me queda.

Las palabras del pelinegro calaban dentro del mayor, este quería ser suficiente para su amigo, poder darle lo que necesitase sin depender de nadie más, pero lamentablemente no podía.

-yo...encontrare una nueva manada para nosotros. Me asegurare de eso, no te preocupes.

-lo sé, confió en ti.- la confianza y esperanza que brillaban en aquellos ojos tenían al mayor atontado ¿Qué si él...? Un sonido a lo lejos los alerto, ninguno conocía la zona y no sabían si era territorio de alguien ¿Estarían en problemas?- ¿Qué...fue eso?

-no lo sé, pero quédate aquí, iré a investigar- con dificultad se libero del agarre del menor, este se veía muy asustado. Retrocedió algunos pasos viendo hacia todos lados, la noche estaba demasiado tranquila- tal vez solo es un animal salvaje.

-¡¿Animal salvaje?!- grito asustado, el mayor le hizo señas para que se calmara.

-baja la voz ¿Quieres? Si llega a haber alguien, no queremos ser descubiertos.

Retrocedió lentamente esperando escuchar algo, lo que sea, debía estar tan alerta como fuera posible. Miró en cada dirección antes de hacerle un gesto a su amigo, podía jugar que había algún sonido alejado, casi como si fueran voces. Los segundos pasaron y nada podía oírse, Beom quiso hablar pero él lo silencio con un simple gesto. Pocos minutos después el sonido de voces llego a ellos.