Capítulo Seis

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Tal y como Craig mencionó, había ido a sus clases a una hora que Tweek consideraba extrañamente temprano, aunque quiso anotar la hora para calcular y prepararle el desayuno los siguientes días Craig le detuvo argumentando que sus horarios universitarios son irregulares.

Tweek no pudo ir en contra sintiéndose mal por no haber sido capaz de terminar la universidad y entender sobre el tema.

Ahora, abrazado en la soledad de un departamento que no era suyo una extraña ansiedad le invadió, solía estar rodeado de la presencia de sus padres, cuando iba a realizar diversos trabajos había gente a su alrededor, no le gustaba la gente pero de cierta forma era más terrorífico la completa soledad, aunque por su mente haya pasado como un destello la idea de tomar un libro lo descartó al instante, dejaría de leer por un tiempo, seguía recordando el vergonzoso suceso de estar acorralado, desechó el recuerdo y tomó la mejor decisión sobre ir a comprar parte de despensa ya que al abrir el refir en la mañana se encontró con lo más mínimo.

Un paquete de jamón y un par de aguas embotelladas no eran suficiente, en la alacena descansaba una bolsa de pan mal enrollada y a punto de terminarse, se propuso ignorar las sopas instantáneas.

Así que lo decidió, saldría a comprar una despensa favorable, después de todo, la comida útil ya la había utilizado en las comidas y cenas que estuvo preparando desde que llegó.

Realizar las compras era algo liberador, se concentraba en lo que tenía que comprar y podía darse sus lujos de tomar algo para disfrutar, tal y como lo hacía ahora sosteniendo entre sus dientes una barra de cereal con chocolate, cuando pasó su tiempo de prohibición de alimentos checando que comidas podían aumentar su estrés y ansiedad la privación del chocolate fue una tortura para un niño como él, su única salvación fue la compasión de su madre que le compraba de vez en cuando esas barras teniendo la mínima cantidad de chocolate, al poco tiempo le agarró el gusto y ahora el comerlas le traía ese recuerdo.

Cargaba una bolsa de tela con el logo de la cafetería de sus padres estampada en ella, a veces sentía que por la cantidad de cosas que llevaba y el dolor de la correa sobre sus hombros esta llegaría a romperse, aunque no le preocupaba conseguir otra ya que las tenía a su total acceso esa situación nunca sucedía, cambiando de hombro por el dolor siguió caminando por las calles de South Park, era curioso y extraño, su vida estaba llena de contradicciones, su ansiedad se basaba en un constante ir y venir, le causaba pánico la idea de salir pero tenía necesidad de movimiento, no podía quedarse quieto, le gustaba ocuparse en diversas cosas pero terminaba abandonandolas a la mitad, le gustaba sentir la presencia de gente a su lado pero le aterraba relacionarse con ellos.

En varios momentos las personas comenzaron a dudar de la veracidad de sus diagnósticos, lo llamaban flojo por no querer estudiar cuando le era imposible concentrarse en ello, su padre incluso estuvo al límite, llamándole mentiroso y recitando un discurso que no llegó a ningún lado, carente de final, carente de mensaje, pero era difícil de explicar el cómo podía ser capaz de ayudar como mesero en la cafetería pero requería de horas en el almacén intentando calmarse y darse ánimos, o como disfrutaba mandar mensajes a las únicas personas con las que mantenía contacto pero una llamada de ellos causaría un ataque de ansiedad. Suspiró exhausto, habían veces en que incluso llegó a dudar de él mismo, creyendo lo que los demás decían, tal vez buscaba llamar la atención, tal vez todo estaba en su cabeza, tal vez era un exagerado, miles de dudas que recorrieron por su mente más de una vez desde que era un niño, desde que su propio padre dudó de él y su madre no pudo ser capaz de defenderle.

Se sentía tan mal consigo mismo, abrumandose de idea negativas sin poder evitarlo.

ㅡ¿Tweek?ㅡ la maldición quedó atorada en su garganta, se había abrumado tanto de sus problemas que inconscientemente llegó al lugar donde podía calmarlos, su misma casa, era fastidioso no tener a dónde más ir, donde el causante de su ansiedad era también su único apoyo.

ㅡHola mamáㅡ su madre lo abrazó, sintió el calor de su cuerpo sobre él, ayudándole a relajarse, el contacto directo también estaba relacionado con su contradictoria ansiedad, el que la gente le abrazara le provocaba un estres incontrolable, pero cuando se trataba de los abrazos de su madre, o el brazo de Token rodeandole era una calidez llena de alivio, una mentira momentánea que le aseguraba que todo iba a estar bien a pesar de saber que no era así. ㅡ¿C-cómo has estado? ㅡ

ㅡBien, muy bien, extrañándote, no nos has pasado a visitar en toda la semanaㅡ tenía razón, pero era más un método de poder sentirse independiente por una vez cada que se ocultaba en sus trabajos externos a la cafetería ㅡ, tu padre está adentro, pasa a saludarㅡ negó al instante, no quería enfrentarse a nada, quería huir ㅡTweek, cariño, por favor pasa, te haré tu café favorito.

No pudo insistir en irse, la mano de su madre sujetó su brazo, guiandole a adentrarse a lo que llamaría su hogar. En el comedor, tapando su rostro con un periódico se encontraba su padre, Tweek sabía que lo había notado, pero también sabía que intentaba ignorarlo.

ㅡCariño, Tweek vino de visitaㅡ acarició sus mejillas intentando alejar su atención del periódico, aún así no funcionó ㅡ, tu padre compró esta cafetera instantánea moderna, como no tenemos tiempo con la cafetería para hacer nuestros propios cafés esto sin duda es un gran apoyo ¿no es así Richard?ㅡ aún sin respuesta, pese a eso, su madre no dejó de hablar, queriendo ocultar el horrible ambiente que se estaba provocando, ahogando el sonido de la cafetera con su suave voz evitando a toda costa el silencio, contando pequeñas anécdotas o preguntándole si todo iba bien en su trabajo, no quiso dar muchos detalles sobre eso.

ㅡ¿Así que ya has decidido independizarte?ㅡ por primera vez la voz de su padre se alzó por sobre el periódico, soltó una pequeña afirmativa mientras su madre le dejaba el café frente a él. ㅡ, entonces no estabas tan mal después de todo.

ㅡRichard

ㅡDespues del esfuerzo y dinero que hemos gastado por ti ¿Te irás nada más?

ㅡHe trabajado en la cafetería para ayudarles y-

ㅡ¿Crees que ayudando un par de veces saldas tu deuda con nosotros?ㅡ su garganta apretaba, tomó del café frente a él para poder liberar la presión que ejercía ㅡ, Tweek, nosotros te amamos, hemos hecho todo lo que podemos por ti, no puedes dejarnos así.

Sabía que lo que dician era verdad, es cierto que les debía mucho, el médico había estado bajo su cuidado desde que tenía ocho años, los tratamientos, los medicamentos y el simple sustento para su existencia era una gran suma de dinero. La voz de su padre volvió a sonar.

ㅡ¿Porque no renuncias al trabajo de ahorita y vuelves a trabajar con nosotros?ㅡ es cierto que se los debía, pero quería iniciar a hacer las cosas por su cuenta, quería poder alejarse un poco de ellos.

ㅡLo pensaréㅡ se levantó de inmediato, agradeció a su madre por todo y se fue ignorando los llamados de su padre, el aire le faltaba, se sentía al borde de la asfixia, corrió lo más que pudo al departamento, huyendo de algo que no le estaba persiguiendo físicamente.

Su garganta aún tenía el sabor del único trago que le dio al café.

Y sabía horrible.

Frágil corazón [Creek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora