Capítulo 2 - Cigoto

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Volteé horrorizado al ver a la profesora anglicana sonreírme de forma macabra con su gesto que asumía que la realidad de mi existencia era un mito que profesores habían formado al punto de ser algo asemejado al pedestal religioso del que esporádicamente debíamos velar.

"No creo sea una sorpresa decir que olvide traerlo" susurré esperando liberar la tensión que se generaba

"Así mismo no creo que sea sorpresa decirte que olvide aprobarte" dijo riendo en lo que se sentaba en su escritorio sonriendo "Como podrán presenciar, alguien con talento pero falta de responsabilidad no es alguien a quien deberían aspirar a ser, mucho menos admirar"

Sentía el peso de las palabras pero aun más de las miradas que me veían decepcionados de aquel que se había empezado a ofrecer a ayudar. ¿Cómo esperarían a un apoyo que en los momentos más críticos pudiera ser aquel que tira la toalla en el primer intento.

"Yo nunca desee ser admirado" elevé la voz inquieto ante los murmullos de los demás incluidos aquella persona que si bien no era más que una persona aplicada, era aquella que verle me hacía sentir como si fuera especial "Yo solo..."

"¿Deseas ser el centro de la atención?" Interrumpió la maestra quien molesta se alzó de su asiento, no adecuada a que alguien tuviera algo para responder su declaración "Por gente como tú es que no hay verdadero progreso ante la educación"

No tenía sentido, dentro de la coherencia que enreda mis emociones y pensamientos no había razón alguna como para generalizarme con aquellos a quienes la gente le protesta por la mal orientación de fondos, si la cosa realmente cae en la falta de responsabilidad no debería ser juzgado ante un solo papel en el que debo resumir una lectura sobre personas que están en un contexto económico distinto dentro de una época pasada.

"Quizás, pero por gente como yo es que existe la intención académica de cambiar y ser una persona de cambio en vez de continuar con actividades tan anticuadas de todos los años solo por tener esa responsabilidad de la que un máximo de 5 cuartillas puede marcar la diferencia entre alguien inteligente de un personaje ficticio" declaré como punto final a una discusión que era más que obvio no estaba destinado a ganar

"Considero que lo más propio a lo que deberás aspirar es a un viaje directo a la dirección" espetó la maestra enfurecida ante la falta de respeto que sintió al no tener el suficiente carácter para imponer autoridad "Apreciaría que tus padres se presenten a la brevedad conmigo, claro si es que ellos si son responsables"

Me inmuté, seguro estaría castigado por unos meses y me perdería de aquella rutina que apenas estaba generando para sustentar aquellos momentos de tensión familiar ya sea por conflictos con déficit de atención de mi hermana, las tormentas de conflicto de mis padres a raíz de algún detalle en el que yo me encontraba como punto inicial, la falta de tacto que solía tener con mi gato ya que solía hacer lo que le placiera en ese departamento/casa de tres pisos.

Salí del salón aterrado ya que la mirada fulminante de los del salón me veían más que como héroe como un personaje patético que por no llevar hojas a color engrapadas con palabras simples y americanas, y sin embargo no iría solo ya que era obvio que ante un plantel de tamaño amplio era fácil desviarse hasta donde a uno le acomodara estar.

"Iré con él, si no es mucha molestia" le dijo la chica que me había saludado ese día

"Se lo agradecería mucho, siendo irresponsable me sería ingrato que además de eso sea fugitivo" contesto la maestra quien con seña al resto les pidió que continuaran la clase abriendo su libro

A través del pasillo veía al patio como la clase de deportes de los pequeños empezaba en lo que jugaban con pelotas y conos, mientras mi acompañante me trataba de hacer una plática de la cual me limité a ignorar ya que sermones entre compañeros no eran algo que necesitaba a ese momento.

"Procura esforzarte más, yo confío plenamente en ti" me dijo al dejarme frente a la sala de espera de la dirección

"¿Algo que quieras decirnos sobre tu discusión con la profesora?" Escuche decir a la directora del nivel educativo quien recién salía de una junta, inexpresiva como acostumbraba pero con tono agresivo del que habían escuchado de las veces que llegue a bajar por suministros de clase

"Nada en realidad" dije mordiéndole la lengua ya que era plenamente incómodo hablar con los superiores

"Te veo en un rato" dijo la chica marchándose sonriendo con pena ya que no podía perderse mucho de la clase a la cual si bien entendía, tenia ese pavor de perderse algo desconocido

"Considera qué hay personas que se preocupan por ti, por lo cual deberías de menos ser recíproco" continuó la directora viéndome distraído mientras veía hacia el suelo "Eres alguien listo como para dejarte llevar por míseras emociones"

"Ser alguien listo no me priva de mi ingenuidad o inmadurez, así como mi ser no es cohibido de un libre albedrío" conteste a mis adentros mientras suspiraba asintiendo

"Por esta ocasión, ya que no eres alguien que representa una buena conducta tendrás que ayudar al bibliotecario al menos en lo que se libera la tensión" dictó la directora mientras escribía un reporte escrito que debía entregar a casa "igual necesitaré solicitar la presencia paternal para corregir acto tan soberbio de tu parte"

Asentí incómodo ya que era obvio que había perdido más que lo que mis palabras pudieran vincular con actos nobles y desinteresados, salí hacia aquel patio en donde las miradas de varios cruzaban con mis pasos irregulares rumbo a aquel sitio en donde había ya tenido diversas experiencias de índole educativa, recreativa y competitiva.

"Veo has optado por la ruta destinada correcta" dijo una voz que estaba sentada en las gradas pegadas a la cafetería en donde se acostumbraban sentar aquellos discapacitados quienes con yesos o recetas médicas eran incapaces de realizar algún esfuerzo físico durante la clase de deportes.

Alce la mirada y entre dos personas que aparentemente hablaban sobre aquellos rumores recién esparcidos por mi falta en conducta había una tercera persona que con unos ojos vacíos me miraban con una sonrisa colocada a 180 grados de forma horizontal la cual colgaba entre los barandales como gimnasta curiosa.

"¿Aun me recuerdas o tienes miedo?" Preguntó antes que un escalón me hiciera desviar la atención, tropezándome ante la puerta cerrada de la librería.

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