CAPÍTULO VEINTITRÉS

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Sus ojos no dejaban de parpadear repetidas veces pensando en esa pésima broma por parte del chico, pero no era una. El joven que atendió el caso de Yukhei afirmo que sus heridas fueron hechas por el mismo ADN y llegó con el nombre de Seo Changbin. Lo que más le sorprendió era porque el joven quedaba libre de cargos si ha matado a alguien.

Y lo peor de todo era que fue Changbin, eso le hizo creer que no puede estar con él.

Vistió uno de sus mejores trajes, ese día nublado, un típico traje totalmente negro y a pesar de la opción en la que se encontraba se llevo aquella chaqueta abrigadora del mismo color que se podía entender. Jisung se sentía culpable de alguna forma, y de otra no porque él no fue quien lo mato.

En cambio Changbin se llevaba las manos a la cabeza repitiéndose mentalmente el porque lo había hecho, y lo único que su subconsciencia daba de respuesta era una carcajada sumamente fuerte y clara, como si se estuviese burlando de él.

Estaba solo en la cafetería, o eso creyó. Vio pasar a Felix con el traje sin color y una mirada vacía que solo era para el.

Ya sabía.

Se levantó en ademán de acercarse al rubio pero este rápidamente salió de la cafetería.

Ya en el auto en cierta dirección, Felix iba con los nervios a flor de piel, no tan solo por el hecho de ir acompañado por Minho sino, que debía lidiar con los lamentos de algo que paso en sus narices. La grama se sentía realmente profunda, veía como su calzado desaparecía en la espesa de esta y fácilmente se ocultaba en lo verde. Siguió a la señora Choi, y a sus espaldas venia Minho con una ramo blanco.

No había demasiada gente, es más, solo eran ellos tres en el cementerio. Aunque Felix quizo preguntar por los demás, se mordió la lengua para evitar meter el dedo en la yaga; al terminar ese diminuto evento se despidió dando el pésame y redirigiendo con furia al lugar.

"Por favor que Changbin no este por ahí" sus suplicas fueron resignadas, el ojinegro estaba en la entrada hablando con unos
hombres. Lo paso de largo, en puesto a Changbin que le sonrió. - Felix. - Changbin habló a espaldas del chico que sostenía el pomo de la gran puerta de madera.

- You so bad....- susurro en cuanto entro al lugar.

Su camino fue directo a su sombría habitación, y no funcionó, estaba justamente en la puerta de Changbin...

- Felix...- el nombrado volteo encontrándose con su mejor amigo, Seungmin llevaba una caja de almuerzo en manos. - Vine de visita.

Felix bufo.

- Vamos a mi habitación. - recalcó agarrando la manita del chico pelirrojo.

El camino a su habitación pareció eterno, además de el silencio sepulcral entre ellos. Cuando llegaron Seungmin destapó la caja de almuerzo y sirvió en los platos de plástico.

Los dos chicos se sentaron en el suelo rodeado del silencio, hasta que Seungmin hablo.

- ¿algo que quieras decirme? - el pelirrojo miraba apacible el plato sin tener contacto visual con el rubio.

- ¿quieres venir a una fiesta?- Seungmin le miro con una expresión confusa. - habrá una fiesta en este lugar, eso si, debes venir con máscara.

- Bueno, solo vendré porque quiero pasar tiempo contigo.- le sonrió y Felix carcajeó al ver como un pedazo de lechuga se atrapaba en sus dientes.

Después de que Seungmin se fuera, Felix se quedó analizando todo lo sucedido con los Choi, claramente Minho no se quedo y fue por miedo de su madre a que este le pasara lo mismo que a su hermano menor. A veces pensaba si Changbin tenía corazón o remordimiento después de hacer esas cosas, ya que el chico sólo tenía 16 años de edad, y tenia mucho por vivir. Sólo debía seguir con su tratamiento; los problemas alimenticios no eran un trastorno, sino un descuido.

Con el corazón en la garganta se tiro en su colchón, sintiendo algo del polvo pegarse a su cuerpo, era un colchón algo viejo y no tuvo el tiempo para cambiarlo. Cuando ya estaba cerrando los ojos...

Lo escuchó.

Escuchó, como la puerta se abría junto a la brisa misma que venia con ella, levantó su vista al pasillo oscuro, escuchando sollosos simples. Sin vagues se levanto y cerro la puerta.

"No vayas a ese baile..."

Otra vez. Otra vez lo atormentaba esa voz tan dramática y aterciopelada de siempre, sintiendo el puro hielo a su lado.

- No lo decides tu.- con los ojos cerrados se guió a su cama, cubriéndose completamente en las mantas, intentando ignorar el suceso.

La esquina de la cama se hundió y pase a eso sus pies los sintió congelarse. Se estremeció al tacto puro en sus muslos hasta llegar al borde de su sabana.

"Tienes razón. Pero Changbin no lo va a merecer"

>Que? Había escuchado mal. cuando estuvo dispuesto se levantó de golpe mirando a todos los lados y llamando al ente repetidas veces, mas este no le contesto. Sin embargo, la monótona idea de estar en una misma habitación con Seo Changbin le aturdía, le creaba ideas de suicidio, porque si, ahora Lee Felix prefería el suicidio que estar junto a un Seo. Incluyendo a Hanbin que no lo deja en paz, aunque a veces piensa que es una simple alucinación, una alucinación bastante real.

Ya no había marcha atrás, no podía cancelar, ya invito a Seungmin y aquel quedo supuesto en venir, solo debía vestirse y quedarse con el pelirrojo, claramente evitando la existencia de Changbin, quien raramente no venía a pedirle algo cada noche.

Sus ojos se posaron en la ventana del techo de su habitación, aquella dejaba ver la noche estrellada y la luna resplandeciente; era realmente hermoso para el, después de todo seguía vivo. Y quería seguir estando lo pero había un demonio que quería arrancar su alma

Ese es Changbin, Changbin siempre estaba ahí para arruinar cada segundo de su vida, porque desde que lo conoció, solo ha traído desgracias y malos enredos.

El castillo que Felix había construido, el que tanto tardo en hacer. Changbin solo lo destruyó con patearlo.

𝐓𝐨𝐨 𝐌𝐚𝐧𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞   •𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚕𝚒𝚡•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora