42. La otra marca (2DA PARTE)

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Jun y Zhan salieron de aquel lugar a toda velocidad y a los pocos minutos el lobo de Yixing y el lobo gris de la reina lo siguieron dirigiéndose a Yiling alejando a todos aquellos que intentaron detenerlos, pero Zhan no estaba en buenas condiciones, cuando llegaron a la mitad del bosque de Luanzang, justo al lugar donde se encontraba la cascada los brazos del omega cedieron, el celo aún atormentaba su cuerpo y sus brazos perdieron fuerzas.

-¡Agh!- gimió Zhan y se dejó caer presa de los fuertes dolores.

-Él no va a resistir, tienes que ayudarlo- Yixing no se atrevió a acercarse cuando Yibo regreso a su forma humana y tomó a Zhan en sus brazos.

-Aún nos persiguen, no puedo hacerlo ahora – refutó Yibo.

-¡Ah! Yibo, por favor- lloró Zhan aferrándose al cuerpo de Yibo.

-¡Maldita sea! – rugió Yibo abrazando más fuerte a Zhan – Váyanse – le dijo a Yixing y a su madre – Nos reuniremos de nuevo en Yiling.

La reina y Yixing vacilaron por un momento, pero Yibo se lanzó al agua llevando a Zhan en sus brazos. Por el lazo, Zhan le enseñó aquella cueva cerca de aquel río, además aprovecharía el chapuzón para eliminar todo el rastro de aquel otro alfa y el horrible olor a gardenias que se percibía en el cuerpo del omega. Los otros lobos siguieron su camino a Yiling, su rastro ayudaría a que los lobos del rey los persiguieran a ellos y no a la pareja.

Zhan se retorcía de dolor arañando la espalda de Yibo quien corría desesperado por encontrar aquella cueva, en cuanto la vio, sintió el alivio recorrer su cuerpo, apenas había entrado cuando atacó los labios de su omega, lo pegó a una pared y lo levantó por la cintura, acomodó su miembro y deslizando sus manos por las nalgas de Zhan lo penetró de un solo movimiento - ¡Ah!- gimieron ambos sintiendo por fin alivio y comenzó a follarlo sin tregua, cada estocada hacía flotar a Zhan en las nubes. En poco tiempo ambos se corrieron.

Zhan se aferró al cuello de Yibo enterrando su rostro en este llorando, pero ahora de alivio y felicidad, porque se encontraba ahí, con su alfa. Su Yibo no lo había abandonado, al contrario, lo había salvado y lo seguía amando aun cuando otro alfa lo había profanado.

Cuando sintieron un poco de alivio, Yibo acomodó el cuerpo de Zhan sobre la hierba, lo miró por unos segundos apreciando la belleza sin igual de su omega. Removió sus cabellos negros aún mojados y comenzó a besarle todo el rostro mientras volvía a enterrarse en su hermoso cuerpo.

-¡Ah- gimió Zhan tan sexy que Yibo no se contuvo para dar otra estocada llegando más profundo.

-Tan hermoso mi omega, mi Zhan, mi BaoBao – Yibo no se atrevía a cerrar los ojos mirando atentamente el rostro del pelinegro y sus muecas cada vez que lo embestía – Te amo tanto.

Zhan abrió sus ojos al escuchar a Yibo decir esas palabras, y es que después de lo que había hecho hacía unas horas, no creyó que su alfa lo quisiera de nuevo o lo perdonara, pero ahora estaba ahí, entre sus piernas satisfaciéndolo, haciéndole el amor y lo miraba tan intensamente que no creía en su suerte.

-Te amo, mi Yibo, mi alfa, mi BaoBei – le respondió Zhan moviendo sus caderas sonriendo tan tiernamente que sin esperarlo el nudo comenzó a hincharse.

Al sentirlo, Zhan se corrió manchando ambos torsos gimiendo descontroladamente a la par de Yibo quien lo tomó abrazándolo y acomodándolo en su regazo disfrutando de su nudo, de llenar a su omega con su semilla y Zhan por fin respiró aliviado después de tanta tortura al sentirse completamente lleno y anudado a su alfa. Ambos lobos se retorcían de júbilo al estar juntos hasta que Jun alertó a ambos.

Era de suponerse que no iban a estar a salvo por tanto tiempo, no cuando muchos los buscaban y el ser ambos dominantes con aromas bastantes fuertes no los ayudaban, aquellos otros alfas habían percibido sus aromas y se estaban acercando. Yibo pudo percibir el olor de Darren, el mejor rastreador del rey.

DOMINANTESWhere stories live. Discover now