Capítulo 3: Una conversación incómoda

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JiMin llegó temprano al siguiente día. Los padres del pequeño Koo ya se habían ido para ese entonces, así que fue el castaño quien le abrió la puerta. Apenas notó que era él, JungKook saltó a abrazarlo. JiMin se sorprendió sin abstenerse.

―¡Hyung, llegaste! ―vociferó alegre.

JiMin quedó perplejo mientras que JungKook tomaba su mano y lo introducía a la casa. No podía dejar de sorprenderse ante el tacto suave del menor, le hacía sentir... bien, muy bien.

Apartó de pronto aquella maligna sensación.

―Hyung, hoy mamá dejó Namure de Espinacas, solo tienes que calentarla. Pero, siendo sincero, no me gusta mucho las verduras... ¿Por qué no mejor comemos Pizza? ―sugirió, usando una voz aniñada.

―Bueno... creo que...

―Y, también podemos ver una película, sería divertido ―concluyó―. Anda, como ayer... ―insistió el pequeño, haciéndole ojitos dulces.

JiMin no se resistió a la dulce carita del maknae, por lo tanto, aceptó la petición.

JungKook dio saltitos de emoción, mientras se dirigía al sofá a sentarse como un niño bueno, ya que sus padres eran mayormente tradicionales y no les agradaba el hecho de comprar comida chatarra.

El pelinaranja sacó su celular de su bolsillo y marcó el número de la pizzería, esperó unos instantes en lo que contestaran la otra línea, entre tanto se paseó a buscar la película favorita de JungKook: "La saga completa de IRO MAN".

―Sí, con mucho queso, por favor ―pidió la orden y colgó. Luego respiro unos segundos de cansancio. Ciertamente para él, era difícil esta situación. Ya que no podía explicar lo que sentía por ese niño.

A los pocos segundos sintió unos brazos delgados que lo abrazaron por atrás sobre los hombros.

―Hyung, ¿ya llegará la pizza?

―Sí, ya viene en camino...

―En el tiempo en el que llega la pizza. ¿Hyung, puede darme mimitos como mami lo hace?

Hubo un punto en donde JiMin ya le era difícil resistirse, JungKook era irresistible, y dejar pasar la oportunidad de sentirlo sería casi el más grande pecado. Era tan cariñoso y tierno, se dijo para sí.

―Lo que pida mi Kookie... ―Le siguió el juego al contrario, giró su cuerpo sorprendiendo y desconcertando al menor y por último lo tomó de su pequeña y frágil cintura, sonriéndole a la vez.

―Cuando Hyung me dice Kookie... Es, es muy lindo ―agregó el castaño a la conversa, notándose avergonzado.

―No, cuando tú pones esa carita es muy lindo.

―¿C-cuál carita? ―preguntó Kook formando una "o" en sus labios y abriendo bien los ojos.

―Esa, justo esa ―dijo JiMin con una sonrisa de comercial, pero una sonrisa que también escondía malicia. Sus manos empezaron a masajear las delgadas caderas del menor a propósito, y este se daba cuenta de ello.

―Hyung, me da cosquillas donde tocas ―El castaño emitió tiernas carcajadas sin darse cuenta de la perversidad de Park.

―¿Se siente bien?

―Mmm... Yo... Sí, creo... ―respondió sonrojándose.

―¿Crees?

―No, bueno... Si se siente muy bien..., pero me da cosquillitas.

De repente, JiMin se alejó con gesto juguetón, le dio la espalda y escaneó la cocina con la mirada, y en sus labios formó una sonrisa lasciva.

―La pizza ya llegará en unos minutos, ¿quieres acompañarlos con una soda?

Los trastornos de la inocencia↬[ᴊɪᴋᴏᴏᴋ]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum