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- Mira como van agarradas de la mano.- dijo Sana alegremente viendo a la pareja.

- Bueno la mayoría saben que esas dos son amigas de pequeñas así que creo que no hay problema.- la alta dio un bostezo, estaba cansada de venir cada día en su hora libre a ver a esas cuatro humanas.

- Pero Jeongyeon esta trabajando, eso significa que debe dejar la relación tanto de amistad como de novias fuera... a pesar de ser una soldado de las mejores la mayoría la ven como una plebeya.

- Ya quiero regresar a mi lugar.

- Solo un ratito más o de lo contrarió.

La pulsera en su mano apareció y brillo levemente, soltó un suspiro pesado y solo intento mirar algo más interesante que eso, los otros días eran iguales y estaba apunto de atacar en cualquier momento a la rubia.

- No creo que pase nada interesante, es lo mismo de siempre, palabras llenas de amor, cumplidos, promesas que no se cumplirán y ellas siendo felices.

- A ustedes les molesta ver feliz a otros?

-  Que esperaba somos...

- Lo sé pero no creo que odien el amor o felicidad.

- Que sabes tu? Solo eres una tonta angel.

- No se mucho pero he visto a varios de ustedes en las islas, en pareja, con amigos, riendo, compartiendo e incluso algunos tienen hijos a los cuales se ven que quieren mucho es por eso que te digo que ustedes no odian eso.

- Bueno tal vez solo algunos.

- Significa que ellos tuvieron algún problema para odiar eso.- miro a la rubia que tambien la miraba alzo su mano mostrando energía oscura.- Por qué tan de repente me quieres atacar.

- Ya me canse de esto, quiero irme.

- No puedes.

- Vas a hacer que te mate si sigues molestándome.

- No he hecho nada.

- Me tienes todos los días aquí, viendo esta estúpidas que claramente no terminaran bien.

- Como sabes?

- Ya lo dije antes y claramente va a ser así.

- Tal vez la cosas cambien de milagro.

- Haz lo que quieras, yo me iré.

- Nos vemos mañana.

- No, deja de venir a verme.

Claro que Sana no haría caso y al día siguiente apareció en su castillo donde dio un leve toque eléctrico porque le dijo que no iría.

- Como te a través maldita...- se acerco pero una vez más sintió electricidad, no era tan fuerte pero le molestaba porque todos las estaban viendo.- Basta de hacer eso.

- Mañana harán una fiesta y quiero verla pero tenemos que comprar ropa también.

- Pues ve y dejame en paz!

- No quiero estar sola así que ven conmigo.

- No...- no pudo decir nada por otro toque eléctrico igual de leve.

La rubia tenía una sonrisa juguetona la cual no le gustaba para nada, no estaba durmiendo bien y por alguna razón aquella chica la estaba irritándo.

(No me cae mal, esa chica sonrie mientras te electrocuta espero que lo haga más fuerte para poder reír junto a ella por lo débil que sigues siento....).- esa voz odiosa que aun recordaba le molestaba.

La alta no sabía en que momento estaba frente de la contraria con una mano levantada y está con su rostro hacía un lado, su mejilla se puso roja, le había dado una cachetada a Sana que solo toco su mejilla levemente.

- Te dije que basta ya...- susurro mirando hacía otro lado.

- Eso dolió pero creo que me lo merecía.- la rubia le dio una tierna sonrisa y la pulsera en su mano desapareció.- No sabía que estaba doliendo mucho, lo siento... Bueno me iré, te espero mañana en el jardín por si quieres ir.

Solo miro como la chica se iba.

- Bien hecho princesa debe poner a esa chica en su lugar.

- Ya era hora de que la botara de aquí

- Es verdad, su presencia es muy molesta.

- Ademas entra como si fuera su lugar.

- A la próxima deje que nosotras la golpeemos.

- Callense!.- grito Tzuy antes de ir a sentarse a una banca.

- Oye que sucedió con esa chica?.- la enfermera se sentó a su lado.

- Nada...

- Le diste una fuerte cachetada...

- Lo sé...

- No piensas disculparte?

(Más cobarde te volverás si lo haces).- pensó.

- Ella a sido muy linda y amable contigo, no digas que es porque es un angel, incluso uno no soportaría tu lado frío ni tus golpes como lo a hecho esa chica, no te volverás débil por tener amigos o alguien a quien ames eso te hará más fuerte porque querrás protegerla con tu vida, no dejes que el pasado arruine tu presente, no seas lo que ella quería convertirte.

Le dio una leve palmada en su cabeza y entonces la enfermera se sorprendió cuando la contraria apoyo su cabeza en su hombro y se quedo por un rato así.

Al día siguiente Sana no había llegado ni en los otros y había una sensación extraña que no la dejaba tranquila.

- Oye....- llamó a una chica de cabello rojo que regaba el jardín.

- Hola primero, se más educada.

- Sabes donde esta Sana?

- Para que la quieres ver? Pensé que su relación de amistad había terminado después de esa cachetada que le diste.

- Solo dime donde esta por favor.

- Esta en el mundo humano, tiene dos días que no a regresado.

- Y por qué no van a verla?

- Porque alguien ya fue a verla pero ella no quiere regresar aún.

- Bien, gracias.

Cuando llegó al mundo humano vio a Mina junto con Nayeon saltar de lo alto del castillo dejándola paralizada por unos minutos hasta que recordó a que venía.

Vio a Sana sentada con una expresión que reflejaba tristeza, cuando llego a su lado solo toco su cabeza para poder ver lo que había sucedido mientras no estaba.

- Crees que se vuelvan a encontrar en otra vida?.- pregunto Tzuyu.

- No lo se...

- Podrán renacer después de lo que han hecho?

- No lo se...

- Dijiste que él era bueno, todos dicen lo mismo, entonces espero que le hagas dar cuenta que no importas a quien ames o con quien estés, el amor sigue siendo amor y no hace daño a nadie.

- Qué quieres que haga?

- Pensé que eras una chica que le gusta ver a las personas feliz y ellas no terminaron así, espero que te esfuerces.

- Pensé que no te importaba este tipo de cosas....

- Tienes razón pero a ti si te importa y te sentirás muy mal al no ayudarlas, solo necesitas un empujón para hacerlo, habla y que le den una oportunidad, tu misma fuiste testigo de la tristeza y verdadero amor de ellas, nos vemos después.

La alta desapareció dejando una rubia con sus ojos llenos de lágrimas al ver el dolor de  cuatro jóvenes que se amaban separadas y el de una madre al perder a sus hijas.

No había nada que hacer ahí.



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