『 °*• ❀ •*°』II『 °*• ♫ •*°』

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Cuando a Aziraphale le preguntaban si había algo que odiara de si mismo respondería que nada, pues era totalmente capaz de muchas cosas. Pero en realidad si había algo que detestaba de el, y eso era su incapacidad de hacer una mala acción y después no sentirse culpable. Y era justo eso lo que lo tenía como imbécil buscando al maestro pelirrojo de lentes oscuros por toda la escuela, sentía que debía disculparse por ser tan grosero sin razón.
Lo encontró detrás de la escuela, fumando un cigarrillo.

- Disculpa - llamo su atención.

- ¡Hola tú! - saludo apagando su cigarrillo - Si vienes a insultarme de nuevo me temo decirte que necesitarás una excusa porq-

- No vine a eso - interrumpió el más bajo - Quiero disculparme por comportarme tan groseramente hace un rato.

- ¡No te disculpes! - el pelirrojo le sonrió - En realidad yo no debí hacer eso sin saber si podía incomodarte. ¿Te parece si empezamos de nuevo?

- Me parece perfecto - Aziraphale sonrió y le extendió la mano - Mi nombre es Aziraphale Az. Fell.

- Un placer conocerte Aziraphale - Crowley estrecho la mano con diversión - Yo soy Anthony J. Crowley

- ¿Qué significa la J? - la curiosidad del más bajo era otro punto destacable de su personalidad.

- Es solo una J - contesto divertido haciendo reír a su contrario - ¿Te parece si te llevo a tu casa?

- No gracias, usaré el autobús. -

- ¡Por favor! Prometo que ya no voy a coquetear contigo - el rubio lo dudo unos segundo. - Te la debo.

- Muy bien, muy bien -

El de ojos ámbar sonrío orgulloso y guio a su nuevo amigo a su auto. ''Espero que Gabriel no se enoje por esto'' pensó mientras subía al auto, al fin y al cabo no vivía tan lejos de la escuela y Gabriel seguía trabajando. Durante el camino ambos charlaban de forma amena, como si fueran dos viejos amigos que se reencontraban después de mucho años. De algún modo Crowley lo sentía así, algo dentro de el le decía que lo conocía de antes pero no recordaba muy bien. Cuando llegaron el pelirrojo se dio el lujo de abrirle la puerta a Aziraphale.

- Que caballeroso - comento divertido el albino mientras bajaba.

- Es uno de mis encantos - ambos rieron - ¿Vives aquí? Es muy lindo el lugar.

- Es la casa de mi novio, vivo con el - explico rápidamente el ojiazul.

- ¡Novio! Será mejor que me valla o seguro querrá asesinarme - bromeo el pelirrojo haciendo reír a su contrario - Te veo mañana en la escuela, ángel.

- ¿Ángel? - pregunto curioso ante el nuevo apodo.

- ¡Lo siento, fue sin pensar! - se excuso de inmediato con nervios.

- No importa, Crowley. Me gusta el apodo.

El de ojos ámbar suspiro aliviado, se despidió y se fue. Ahora podía decirle a Bellzebup que aún era capaz de hacer un amigo con solo decir estupideces. Por otro lado, Aziraphale se sentía feliz, llevaba muchos años sin hacer amistad con nadie, ahora que lo pensaba, desde que se mudo con Gabriel 3 años atrás no hablaba con nadie más que Anathema y Pulsifer. Sacudió la cabeza ignorando el hecho de tener un diminuto circulo social. Ojos curiosos que observaban oculto salieron a la luz en cuanto el maestro de literatura entró a su casa. Eran Adán, Warlock, Peeper y Brian; el grupo iba a ir por Wensleydale para comer helado cuando vieron a sus profesores.

- Eso fue muy raro - dijo Peeper acomodando su chamarra.

- Creí que al señor Fell no le agradaba el profe Crowley - los demás asintieron ante lo que dijo Adán - Pero ahora parecían mi papá y el papá de Warlock charlando.

Los niños decidieron ignorar eso y seguir su camino pero Adán no podía sacar aquello de su mente, su instinto le decía que los maestros tenían historia.

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El día recién empezaba. Aziraphale estaba en el auto de su novio mirando por la ventana. La noche anterior habían discutido bastante, ya no era una novedad para el peliblanco el hecho de estar molesto con Gabriel pues sus razones siempre eran estúpidas y lo resolvían después de que el de ojos lilas se le acababa el coraje. A su punto de vista, esta vez su novio se había excedido, ¿enojarse por qué consiguió un amigo? ¡Ridículo! Simplemente no podía creer que Gabriel desconfiará de el.
Al llegar a la escuela el azabeche estaciono.

- Nos vemos luego - se despidió a secas el de ojos azules, intento salir pero la puerta aún estaba bloqueada - Quita el seguro, por favor.

- No - dijo demandante el de ojos lilas sujetándolo del brazo - No quiero que sigas hablando con ese tipo.

- No puedes prohibirme nada Gabriel - se soltó del agarre con molestia - Abre la puerta ya, tengo una reunión con la directora.

- Más te vale que ese tipo no intente nada - el azabeche abrió la puerta dejando salir a su novio - Sabes de lo que soy capaz si me entero que el te esta coqueteando.

Un escalofrío recorrió su cuerpo. Bajo del auto y entro a la escuela, las palabras de su pareja se repetían una y otra vez dentro de su mente. El no le haría daño a nadie ¿verdad? El miedo se apoderó de su mente, estaba consiente de que su novio podía llegar a ser algo violento cuando algo no le parecía (aunque necesitaría un libro completo para escribir sobre ello) pero golpear a una persona... Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz, que lo hizo soltar un chillido.

- ¡Buenos días Aziraphale! - Crowley se acercaba a el con una gran sonrisa - Te ves pálido, ¿te sientes bien?

- Sí estoy bien, solo que me diste un susto horrible - contesto golpeando levemente el hombro del más alto.

- Para ser más bajo que yo tienes fuerza -

Mientras el pelirrojo se sobaba el hombro ambos maestros avanzaban hacia la sala de maestros hablando sobre varios temas diferentes, conociéndose un poco más. La preocupación del albino había desaparecido gracias a las bromas del más alto, ese tipo era capaz de calmarlo con solo unas pocas palabras. ¿Ese era alguna clase de poder de su nuevo amigo? No importaba mucho la verdad.

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El día de Aziraphale había sido normal después de eso, la amarga discusión con su novio fue sepultada en lo más profundo de su subconsciente y ahora se sentía totalmente feliz y con ánimos.
Cuando estaba por salir a tomar su almuerzo pudo escuchar una conversación entre un grupo de chicos que el reconoció como sus alumnos del 2-B.

- ¡Te digo que sería genial Guerra! - exclamó una chica de cabello blanco.

- ¡Aburrido! - contesto una pelirroja mirando al grupo frente - Todos son un montón de hippies.

- No seas así pelirroja - un chico azabache de flequillo se unió a la conversación- Tienes que aceptar que te gusta la idea de mejorar el patio de atrás de la escuela.

- No creo que nos den permiso de transformar ese sitio en un "bosque mágico" - hizo comillas con los dedos ante eso último.

- Tal vez, solo necesitamos un pretexto para hacerlo - un niño castaño sonrió.

Una idea cruzo por la mente del profesor, quizás un pequeño "proyecto de escritura" podría ayudar a sus alumnos a conseguir lo que querían.

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Aquí un nuevo capítulo. Ya podemos ver cómo va esto con Gabriel ¿no?
En fin, está historia se actualiza cada jueves.

єηѕєñαηzα ιηєƒαвℓєWhere stories live. Discover now