『 °*• ❀ •*°』VII『 °*• ♫ •*°』

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Miraba por la ventana pensando  en que pasaría después de esto. Aquella noche el miedo y la desesperación se habían apoderado de el y tomo una decisión precipitada. ¿Qué pensaba hacer si se alejaba de Gabriel? No tenia nada, toda su vida y sus pertenencias estaban a su nombre. En su bolsillo 800 libras, quizás no era mucho pero al menos era suficiente para hacer una compra de supermercado e instalarse en un hotel durante al menos 3 días hasta encontrar un departamento. Sí, era una buena opción. Un poco más animado decidió buscar a Anathema para pedirle prestado un bolso pequeño pues no tenia mucho. Mientras bajaba las escaleras choco con alguien, era Crowley.

- ¿A dónde vas tan deprisa? - le pregunto ayudándolo a ponerse en pie. 

- Buscaba a Anathema, quería pedirle un bolso - explico con una sonrisa. 

- ¿Un bolso? - lo analizo unos segundos. - ¿Para qué necesitas un bolso?

- Bueno es que no quiero abusar de la amabilidad de tu familia - explico avergonzado - Y pensaba irme a un hotel hasta encontrar un departamento.

- ¿Quieres irte? - el pelirrojo alzo una ceja y sonrío - Anda a decirle a mi mamá, veamos que te dice.

- ¿Decirme qué? - la voz de la mujer hizo saltar al ojiazul. 

- Aziraphale quiere irse a un hotel - Crowley se hizo a un lado y miro florecer el regaño. 

- ¡Claro que no jovencito!- Tracy puso ambas manos en sus caderas y miro a Aziraphale con los ojos entrecerrados - Ese maniaco podría verte solo y hacerte daño de nuevo. No puedes andar solo por ahí hasta que hagas una denuncia. No estorbas para nada en esta casa si es lo que crees, eres amigo de mis hijos desde hace mucho por lo que ya eres parte de la familia. 

- Es que no quiero aprovecharme de su hospitalidad - susurro algo avergonzado el joven.

- ¡Por supuesto que no lo haces! Es más sígueme.

La mujer pelirroja tomo al muchacho y casi lo arrastro por la casa. Anthony solo miro con una sonrisa aquello. Subió las escaleras en dirección a su cuarto para tomar sus llaves, una ves que lo hizo volvió a bajar cuidando de no toparse con nadie. Necesitaba hacer unas cosas en la ciudad y seguro si su madre lo veía irse correría la misma suerte que el peliblanco. Al llegar al patio se sintió aliviado.

- ¿A dónde crees que vas, Jazmín? - su hermana mayor lo miraba con una sonrisa de burla - ¿Mamá sabe que te vas?

- Ahg, no lo sabe - gruño frustrado - No planeaba solo irme, quería  ir a la ciudad a buscar unas cosas para la escuela mañana y ver que podía conseguir de casa de Aziraphale.

- En ese caso también debo ir - un pequeño grito salió de la garganta del ojiámbar ¿qué clase de costumbre era aparecer de la nada? - Tengo que recuperar tan siquiera mi moto.

- Como ordenes mi ángel - contesto con una sonrisa galante el más joven.

Ambos subieron al auto para arrancar rumbo a la ciudad. El camino fue en un silencio bastante tranquilo, con el pelirrojo conduciendo y el albino totalmente perdido en su mente. Repasaba el horario de su día a día, Gabriel estaba trabajando y él usualmente a ese hora estaría duchándose para limpiar la sangre de sus heridas y después comería algo. Seguro podría sacar ropa, las llaves de su moto y algunas de sus libros y libretas que el azabeche escondió. Antes de que se diera cuenta ya estaban afuera de la casa, el auto del de ojos lilas no estaba así que la casa estaba vacía. Crowley no recordaba haber visto llaves en la ropa que Aziraphale portaba la otra vez, así que no estaba muy seguro de como abriría la puerta. Mientras el analizaba como entrar el albino saco una tarjeta de crédito y la uso para abrir la puerta.

- No es la primera vez que hago algo así - dijo con simpleza ante la expresión sorprendida del pelirrojo 

Rápidamente entraron y empezaron a recoger las cosas del ojiazul. Mientras el mayor se encargaba de buscar las cosas que Gabriel tenia escondidas el más joven guardaba ropa. Entre los cajones encontró un pañuelo color celeste con unas alas bordabas, estaba seguro de haberlo visto en otra parte, pero no recordaba donde. Miro hacia todas partes antes de guardarlo en su bolsillo y seguir con los suyo. Cuando terminaron con todo había 3 cajas llenas de ropa y 2 cajas con libros, libretas y colores. Pusieron todo en la cajuela, al ver a Aziraphle no pudo evitar sonreír, la esperanza brillaba en sus ojos color cielo, a pesar de que solo había pasado un día desde el incidente se veía tan diferente a como esa noche. Fell camino hacia la cochera y la abrió, sacando de ahí una bella moto azul muy brillante, parecía emocionado viéndola. 

- Para ser sinceros no te imagino montando en una moto - dijo el de ojos ámbar acercándose al contrario.

- Hay bastantes cosas que no te imaginas que puedo hacer - contesto de manera atrevida el ojiazul consiguiendo que Corwley quedará peligrosamente cerca. 

- ¿En serio? - pregunto mientras una mano de sus manos se dirigio a la cintura del otro - ¿Por qué no me muestras...?

- ¿Señor Fell? ¿Señor Crowley? - la voz infantil ocasiono que los adultos se separaran rápidamente encontrándose con Adán y ''The them'' 

- Niños, ¿qué hacen aquí? - cuestiono el profesor de literatura con las mejillas bastante rojas ¿en serio estaba a punto de hacer eso? 

- Yo vivo a unas pocas casas de aquí y ellos vinieron para jugar - contesto Wensleydale sonriendo.

- ¿Va a mudarse, señor Fell? - inquirió Brian obteniendo un asentimiento de parte de su profesor.

- ¿Se mudará con el señor Crowley? - pregunto esta vez Warlock.

Ambos adultos se miraron unos segundos con el rostro al rojo vivo. Pensándolo de cierto modo, si se mudarían juntos. Algunos balbuceos salieron de la boca de ambos haciendo reír a sus alumnos, quienes prefirieron dejarlos solos. Avanzaron unas calles hasta que los chicos se sintieron seguros para poder hablar:

- ¿¡Lo ven!? ¡Les dije que Mr. Fell y Mr. Crowley tenían algo! - exclamo emocionado el de cabellos castaños. 

- Ajá, ya confirmaste tus sospechas ¿y ahora qué? - y basto con que Peper dijera eso para que lla emoción de Adán se derrumbará. 

- Bueno pues los ayudamos a que estén juntos, ¿no? - todos miraron a Warlock, rara vez estaba tan de acuerdo con el de camisa azul. 

- Sí, sí, sí, sí - emocionado Brian empezó a dar pequeños brincos - He visto muchas series de este tipo con mi hermana, seguro ella nos da ideas. 

- ¡Vamos a tu casa! 

Y el grupo salio corriendo hasta la casa de Brian. 

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Tracy regaba las plantas cuando una moto azul paso a gran velocidad, dio vuelta en U y derrapo quedando frente a la cabaña. El motociclista bajo de la moto y se quito el casco, dejando ver a un Aziraphale muy sonriente. 

- Cariño, no sabia que conducías tan bien - exclamó sonriendo la mujer.

- Muchas gracias, ¿ya llegó Anthony?

- ¿Acaso venían haciendo carreras? - los nervios del albino lo delataron - ¡Se comportan como unos niños ustedes dos! Apostaron algo, ¿cierto?

- Jajajaja, solo diré que me debe una cena...

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Ya era hora de que tuvieran un acercamiento más romántico.

єηѕєñαηzα ιηєƒαвℓєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora