Capítulo XXX

2.7K 351 33
                                    

Un año después...



Estaban al aire libre.

Jungkook permanecía sentado en la hierba, observando las nubes que se movían lentamente en el cielo, escuchando el canto de los pájaros y el susurro de los árboles que eran mecidos por el viento.

—Mami. Oye, mami. ¿Puedo cargar a Taemin?

—No. Acaba de quedarse dormido, esperemos un poquito más.

Mina miró dentro de la canasta, la que compraron para mantener a salvo al nuevo bebé cuando estuvieran en el jardín. En el interior, el recién nacido e hijo de Taehyung y Jungkook, estaba durmiendo con la mano en su boquita.

—Es lindísimo. Mira, sus mejillas son tan, tan suaves.

—¡Yo también quiero tocar al bebé!

—Está suavecito de verdad.

Los niños miraron en la canasta, tomando turnos y hablando sobre lo bonito que era, lo lindo que olía y lo emocionados que estaban por tenerlo finalmente en la casa.

—¡Papá! ¿No quieres tocarlo también?

Cuando Min hizo señas en su dirección, Taehyung finalmente se inclinó hacia adelante, entrecerró los ojos y tocó suavemente las lindas mejillas de su niño. El cariño se transmitía claramente desde sus manos.

—Es lindo, recuerdo que ustedes estaban tan pequeñitos como él cuando nacieron.

—¿En serio?

—Sí. Han crecido muchísimo, ya no lo hagan demasiado rápido por favor, porque todavía quiero vivir con todos por un tiempo más.

—¡Quiero vivir con papi para siempre!

Jungkook sonrió ante la apariencia de su esposo, abrazando a Mina y acariciando lentamente su espaldita, luego, los otros niños también abrazaron a Taehyung, uno tras otro hasta tenerlo todo cubierto en una gran pirámide humana.

Se podía decir que el hombre había cambiado mucho en el último año, sus emociones estaban un poco más expuestas de lo que solían estar, especialmente cuando estaba con sus niños o conviviendo con Jungkook. Ahora, tenía una expresión suave cada vez que se ponía a hablar y sonreía todo el tiempo, lo único que no cambió, fue el evidente amor por su familia.

De hecho, ahora se habían casado y todos, Yitian y sus hermanos, fueron adoptados oficialmente por ambos, parecía que habían luchado mucho para conseguir la custodia e incluso en el último mes, Taehyung estaba tan metido en esto que llegó tarde al momento de su parto, aunque también estaba relacionado con el hecho de que el juicio de Namjoon aún continuaba, incluso un año después.

Los militares estaban reformando la organización internamente y Taehyung estaba trabajando para desarrollar una nueva ley mientras el gobierno consideraba enmendar sus faltas, diciendo que la intervención militar con respecto a los Omega iba a revisarse a profundidad, había pasado alrededor de una semana desde que finalmente todo se calmó y el niño llegó del hospital.

—Oye, papi. Quiero más hermanos.

—Pregúntale a mamá. Papá está de acuerdo, pero convencer a mamá es mucho más difícil.

Las palabras atrajeron todos los ojos de los niños directo a Jungkook. Y si lo miraban, con las caritas brillantes y llenas de expectativas, no podía decir que no.

—Tienes 7 hijos, ¿Todavía crees que hay espacio para crecer en esta casa? —El alfa no respondió a eso, tenía un buen punto, pero a él le gustaban las familias grandes.

Mientras observaba como los niños se volvían considerablemente más felices debido a la idea de tener más hermanitos, Taehyung acercó los labios a su oreja y le susurró:

—¿No es divertido intentarlo de nuevo? —Jungkook miró a Taehyung antes de sonreír.

—¿Qué tal... ¿Si tenemos solamente dos más?

Después de todo, realmente deseaba volver a dar a luz a sus hijos. Cinco más si era posible. Y mirando los labios que se acercaban hacía Jungkook de nuevo, pareció no tener más remedio que cerrar los ojos y asentir.

—¿Qué dices?

—Ya que más da... —Se filtró una dulce voz de sus labios y aunque los niños todavía estaban allí, encontró que el hecho de que vieran el amor que se tenían ellos, como sus padres, también era estupendo para su crianza. Era adecuado saber cuánto se amaban y cuánto amaban a sus pequeños también.

Se abrazaron, se rieron, y entonces comenzaron a intercambiar besos de piquito.

De repente, se dieron cuenta de que unas pequeñas manitas estaban jalando sus mangas hacía abajo.

—¿Qué pasó?

—Mamá quiere muchos hijos?

—Si son tan lindos como ustedes, entonces por supuesto que sí.

Los niños, abrazándole uno tras otro, comenzaron a darle tantos besos que Jungkook se rio en voz alta.

El cielo, que se extendía frente a sus ojos, era tan hermoso que pensó que deseaba verlo para siempre, parecía implicar un futuro brillante para la familia, y por primera vez en mucho tiempo, Jungkook se sintió pleno y muy feliz, más feliz de lo que había sido en toda su vida, solo rezaba porque su felicidad fuera duradera y no solo la calma antes de la tormenta.

UN LOBO DIFERENTE (Taekook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora