Los engaños en el mundo son constantes, adivinen una cosa, estamos en un laberinto de palabras encerrados.
Encuentra la verdad y el porqué
☾︎ Autora: Unatazadete3
☾︎ Sin copias ni adaptaciones, rehaciendo mi primera historia, espero que les guste y...
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— ¿Por dónde debería comenzar?
— Estás alargando las cosas— comentó con el ceño alzado.
— No tienes que apurarme, trato de recordar todo desde el comienzo— sonrió mirando al techo — Cuando desperté en este mundo lo primero que me sorprendió fue encontrar una fecha tallada en un árbol.
Esta vez intentaba cambiar el tema, comenzando por las cosas que vivió en este nuevo mundo.
— Estaba ansioso por conocer a la persona que contó tanto tiempo para no perdernos la fecha y hora, ¿Quién haría eso?— consiguió el interés de la contraria —Como Senku debió comentarte, tenemos un conflicto con el imperio del poder.
— Senku me dijo que su líder es Tsukasa, estoy segura de que escuché de él antes.
— Suhaila, ¿Fuiste a mi entrevista?— la oji-rojo recordó que ese hombre de aspecto serio era Tsukasa, tuvo sus dudas en su momento.
— Ahora recuerdo quién era la persona que estaba a tu lado, ¿Por qué quiere evitar el avance de la humanidad?
— Solo puedo decir que tiene sus razones, también fui parte de su imperio— suspiró algo divertido.
— Traicionaste a Tsukasa.
— Si lo dices de esa forma se oye tan mal— canturreo —Viendo el panorama actual fue una buena idea cambiarme a este bando— posó su vista sobre Suhaila.
— Puedes continuar— esquivó su mirada algo nerviosa.
— Hmm, podemos seguir con esto— se apoyó sobre su mano— Parezco un demente por intentar querer estar contigo.
— Toda la razón en lo dijiste— dijo con expresión seria.
— ¡Eres tan mala! al menos pensé que...
— Gen, quisiera dejar este juego de lado— agacho su cabeza — Me gusta que nos llevemos bien pero no puedes estar seguro de lo que dices, realmente parece una locura.
En realidad, el pensamiento de una muerte cercana seguía vivo, estaría segura si pasa con buena salud el tiempo suficiente como para querer pensar a futuro. Le agradaba estar cerca de aquel mentalista y sobre todo comenzaba a agitarse cuando se le insinuaba.
— Tampoco puedes pedirme que deje de intentar— en cambio, él estaba con una sonrisa comprensiva— quiero intentar miles de veces, y que siga pareciendo una locura.
— ¿Estás seguro?— Tal vez en el fondo se quería convencer de que esto era la muerte.
— Eres lo más cercano que tengo desde que llegué a este mundo — sujetó su mando— mentiría si dijera que no estoy interesado en ti.
