XII

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─ Si vas a quedarte al menos puedes hacer algo y ayudar como todos aquí – entró Eve en la habitación cargando consigo una barra de jabón grande que reconocí era de mi bunker. – Y no solo gastar nuestra comida.

Habíamos pasado toda la mañana juntos en la sala principal. Axe estaba llenando los espacios vacíos de las latas que nos habíamos acabado en la semana mientras que Alex y Hunter revisaban planos del otro lado de la habitación. La única que no había aparecido antes había sido Eve.

Ella me miraba esperando una respuesta, pero me había tomado por sorpresa y no tenía idea de lo que quería que hiciera.

─ Eve – la llamó Axe con mirada severa.

─ ¿Qué? – se giró hacía él – No nos sirve de nada si lo único que hace es servir de adorno.

Sin ver me lanzó la barra de jabón.

─ No va a morir por lavar ropa.

─ No es seguro que esté afuera y lo sabes – replicó Axe.

─ Vamos los dos. Se supone que era mi turno de lavar la ropa. – propuso Alex.

Voltee con Axe, Llevaba una semana desde que habíamos salido la última vez y comenzaba a sentirme asfixiada. El pelinegro no parecía muy contento con la idea.

─ No puedes mantenerla encerrada – apoyó Eve.

─ Los acompaña Hunter – cedió Axe.

Alex y yo intercambiamos miradas de victoria.

─ Sígueme.

El rubio me guió por los túneles hasta pasar el cuarto de Axe. En toda esta semana no había encontrado ningún momento para escabullirme a explorar la Caverna. A pesar de que ya no me tenían amarrada, siempre había ojos en todas partes, vigilando.

Nos detuvimos en la siguiente cueva aunque el túnel parecía seguir mucho más profundo.

Al cruzar la cortina divisé formas extrañas al fondo que no pude identificar.

─ Aquí – indicó Alex tomando una de las canastas de ropa colocadas justo pasando la entrada. Tuve que forzar la vista para encontrar la otra. La luz del pasillo apenas lograba traspasar la cortina.

─ ¿Y lo demás? – pregunté al sentir lo ligera que estaba la canasta.

─ No tenemos mucha ropa – se encogió de hombros. – Es mejor mantenernos ligeros. ¿Quién sabe cuándo tendremos que salir huyendo.

─ ¿Por qué habrían de huir?

─ No todas las personas allá afuera son igual de carismáticas como nosotros – contestó sonriendo.

Cuando hablaban, hacían que el mundo allá afuera sonara como el peor lugar que existía aunque éste siempre había sido peligroso. ¿Qué tan malo podría ser ahora?

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─ Es aquí – indicó Alex. Nos encontrábamos junto al río que se mostraba tranquilo ante nosotros. – Tu encárgate de esa ropa y yo de ésta.

Tomé la canasta que me ofreció, la suya era del doble de tamaño.

Nos mantuvimos lavando sin hablar mucho, acompañados solamente por el murmullo del viento que atravesaba los árboles, mezclado con el correr del río.

A pesar de que me había tocado menos ropa, Alex terminó unos minutos antes que yo. Minutos en los que solo se dedicó a observarme. Extrañamente, su minucioso escrutinio no me hacía sentirme incómoda.

─ Eve aceptó que te quedes con nosotros – soltó en cuanto extendí la última camiseta.

─ Extraña su forma de mostrarlo.

─ Tiene su propia forma de hacer las cosas.

─ Estoy muy segura de que si pudiera me mandaría tan lejos de aquí como fuera posible – Eve no había sido amable en ningún momento. – No creo que en realidad me quiera aquí.

─ Tal vez querer sea una palabra muy grande, pero al menos ya no quiere echarte. Si no, no te hubiera ayudado antes.

Lo miré a los ojos con duda. No recordaba haber recibido su ayuda en ningún momento.

─ El ponerte a lavar es su forma de mostrarte que está de acuerdo con que te unas al grupo. Es su forma de incluirte en nuestras vidas.

No me parecía la forma más ortodoxa de darle la bienvenida a alguien.

─ Es un poco rara. Pero aprendes a tomarle cariño – sonrió divertido.

─ Todos te queremos aquí – volvió a hablar, esta vez más serio. – Solo falta que tú lo quieras también.

─ Dudo que realmente importe lo que yo quiera – no importaba qué tan amables fueran, ellos eran mis carceleros y Alex hablaba ignorando eso.

─ Aria. Tú no estuviste aquí cuando las cosas estuvieron feas. Al principio creí que entre todos nos apoyaríamos y encontraríamos la manera de solucionar todo. Pero a nadie le importaba otra cosa que no fuera sí mismo.

Alejó la mirada con furia contenida.

─ Después de un tiempo deje de contar a las personas que me encontraba tiradas en medio del camino. Golpeados hasta ser irreconocibles y algunas veces casi completamente desnudos.

>> Hombres, mujeres, ancianos, niños. No importaba quienes habían sido antes, si se interponían en el camino de la persona equivocada eran asesinados a sangre fría.

Tomó un momento para calmarse antes de continuar.

─ Ahora mismo sabemos de al menos cinco pandillas diferentes, que si te atrapan, te harán desear la muerte como nunca imaginaste que lo harías.

─ ¿Cómo es que pueden ser tan crueles? – Era difícil aceptar que esta era nuestra nueva realidad.

─ Comida y poder. Al final es lo único que importa – se levantó y extendió su mano para ayudarme. – Si de verdad quieres irte, hazlo. Yo me encargo de distraer a Hunter, pero puedo prometerte algo Aria. Nosotros somos tu mejor opción.

Soltó mi mano y se alejó en dirección a Hunter. Al llegar a él le mostró un papel y comenzó a explicar algo que no logré entender. Disimuladamente se movió obligando a Hunter a seguirlo.

Hunter estaba ahora dándome la espalda y si tenía cuidado podía escapar sin que me escuchara.

Pero ahora, que tenía un aliado y la oportunidad perfecta para escapar, no podía borrar de mi mente lo que Alex había dicho.

Me consideraba a mi misma una persona inteligente y gracias a todos los años que tenía entrenando podía cuidarme y defenderme muy bien, pero si las cosas realmente eran tan graves como él decía, necesitaría convertirme en la persona más suertuda del mundo para lograr sobrevivir.

Decidida, caminé hacia ellos. Jamás olvidaría lo que habían hecho, pero necesitaba conocer este nuevo mundo.

Al escuchar mis pisadas acercándose, ambos voltearon. Hunter me miró con su ya conocida indiferencia y Alex se limitó a sonreír satisfecho porque entendía que había tomado la decisión de quedarme con ellos. Por ahora.

Ya encontraría algún momento en el futuro para vengarme de lo que habían hecho sin poner en peligro mi supervivencia.

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⏰ Dernière mise à jour : Apr 20, 2022 ⏰

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