❤️ Shirin (3)

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Sobrevivir a Beverly Grantham, creo que no existe un término más correcto para eso

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Sobrevivir a Beverly Grantham, creo que no existe un término más correcto para eso.

Nos hicimos amigas en primer año de la secundaria. Beverley y yo éramos muy diferentes, pero teníamos algo en común: las dos éramos fanáticas de 2&2!, un grupo de K-pop. Eso hizo que mi gusto por la saga de libros de Sienna Rose, Crónicas de la noche, le pareciera una nimiedad. Podía ser una friki rara si me gustaba su grupo favorito.

Nunca dejaron de gustarme los libros, solo no se lo dije. Para hacer la paz con Beverley, tenías que hacer lo que ella quería, cuando ella lo decía y como ella lo quería. A veces no te das cuenta de que estás en una relación de amistad tóxica hasta que estás hundida en el fango, no diría que me di cuenta tarde, pero pude haberme alejado cuando comencé a sentirme incómoda con ella.

Spoiler: No lo hice.

Se me da bien mentir, muy bien y no es que sea una mentirosa compulsiva, es que a veces es la salida más segura. Por ejemplo, cuando Beverley nos preguntó si habíamos besado a alguien, Laura le dijo que no y quedó arruinada, siendo una perdedora total, tanto que tuvo que marcharse de la escuela, así que cuando me preguntó, le dije que si había besado a alguien aunque era mentira, le mentí cuando le dije que me escapaba a fiestas de noche con mi falso novio universitario, le mentí cuando le dije que perdí la virginidad en Bora Bora...

—¿En Bora Bora? —preguntó en aquella ocasión mientras se apartaba un mechón de pelo rubio de la cara—, no te creo nada. ¿Tienes fotos de él?

—Tengo un video —espeté, y en realidad sí lo tenía.

Se lo mostré, solo duraba siete segundos, en el video me daba un beso apasionado con Christ Barbrow. Estábamos completamente vestidos, sí, pero teníamos la ropa mal colocada, estábamos sonrojados.

—Shirin Williams, eres una zorra —espetó dándome un abrazo—, oh por Dios, es Christ Barbrow ¿el hijo de Christine Dubois?

—Sí, el hijo de la editora en jefe de la revista Couture —contesté con suficiencia.

Y entonces estábamos bien, éramos las mejores amigas, yo me volví más popular, la amiga con la que compartía confidencias sexuales.

Google es malditamente útil si me lo preguntan.

Los problemas llegaron cuando le dije que no iba en serio con Christ y comencé a juntarme más con Ted.

Ted y yo somos muy amigos, mi padre y su padre se conocieron hace años, siempre juegan juntos al golf y nuestras madres van de compras y a eventos de caridad. Fue por eso que cuando me pidió que fuera su novia en la cena de Navidad de ese año, nadie se sorprendió.

Excepto Beverley, pero ¿cómo demonios iba yo a saber que Ted le gustaba?

Desde que comenzamos a salir, ella se encargó de esparcir rumores sobre mi mala reputación, usó las mentiras que yo había creado en mi contra, los rumores de novios, eso llegó a oídos del senador McCarthy, no le gustó, pero Ted se rehusó a que lo nuestro terminara,

La reina debe morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora