🥀 Capítulo 03

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En un giro milagroso de los acontecimientos, el sol brillaba en Londres

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En un giro milagroso de los acontecimientos, el sol brillaba en Londres. Estaba situado en lo alto del cielo e iluminaba a Anthony Bridgerton mientras estaba sentado en su silla, mirando a través de Hyde Park mientras esperaba.

— Oh, Lord Bridgerton, no esperaba verlo aquí. — Dijo Adelaida mientras acercaba su propio caballo al caballero, fingiendo sorpresa.

La mirada de Anthony Bridgerton no tiene precio.

— Siento haber tenido la impresión equivocada.

La joven se ríe al ver su expresión de asombro.

— Sólo era una broma, Bridgerton, simplemente quería tomarte el pelo. — Le dice, esperando apaciguar su vergüenza. Los hombres como él no hay nada que odien más que ser avergonzados, especialmente por una mujer. — Me alegro de que estés aquí, ¿montamos?

Pero, sin esperar su respuesta, aprieta con fuerza el talón en el costado de su caballo y arranca a un galope que dista mucho de ser apropiado (y también bastante arriesgado cuando se monta de costado).

Adelaida se ríe al girar la cabeza y ver a Anthony luchando por empujar su propio caballo para alcanzar el de ella.

Una vez que frena a su caballo hasta un trote más cómodo, se puede mantener una conversación entre los dos.

— Me han dicho que es usted la debutante más destacada de la temporada, ¿qué se siente al ser la incomparable de la temporada? — Pregunta él, con una pequeña sonrisa en los labios que indica la naturaleza burlona de sus palabras.

Adelaida arruga la nariz ligeramente, — ¿Te lo dijo Lady Danbury?

— Fue mi madre, en realidad. — Responde él.

— Bueno, es bueno saber que toda la sociedad está invertida en mis perspectivas de matrimonio. — Resopla. — Gigi... Lady Danbury que es...

— ¿Gigi?

— Bueno, ese es su nombre. — Le responde a Anthony después de un momento, preguntándose por qué está tan sorprendido.

— Es que nunca consideré que Lady Danbury pudiera tener un nombre de pila.

— Usted es imposible. Sí, su nombre de pila es Agatha, pero no podía pronunciarlo cuando era niña, así que siempre la he llamado Gigi. Creía que eso era de dominio público, no me di cuenta de que estaba exponiendo una especie de secreto de estado. — Le dice al señor Bridgerton encogiéndose de hombros.

— Creo que no he oído a nadie llamarla de otra manera que no sea Lady Danbury. A menos que la llamen vieja.

— Eso sí que es una grosería. — Protesta Adelaida, cortándole el paso.

— Gigi. — Repite el señor Bridgerton al cabo de un momento, riéndose para sí mismo.

— ¿Cómo iba a llamarla si no? No puedo llamarla Lady Danbury todos los días. — Pregunta, exasperada por esta conversación.

ART IS TO FEEL | anthony bridgertonWhere stories live. Discover now