XLIX. Un Recuerdo

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Desde que llego a la mansión Sakamaki su vida fue teniendo cambios realmente repentinos.

La primera vez, estaba temerosa, sabia mas o menos el trabajo que realizaría y el papel que debía de tomar. Cuando conoció por primera vez el dolor de una mordida considero que soportar aquel dolor no seria para nada bueno, era temerosa y tímida, sabia de que eran capaces aquellos seres y por esa razón odiaba su situación en aquel momento. 

Huir nunca estuvo en sus planes y acostumbrarse no era algo de lo que cualquiera pudiera considerar, solo deseaba vivir bien y pacíficamente. 

Sin embargo, con el tiempo pasando en rapidez, aprendió a acostumbrarse y poco a poco se fue acomodando en aquel lugar del infierno; se hizo cercana a cada uno de los hermanos a su propia manera y tomando claramente la distancia necesaria, trataba de mantener su salud. Desde ese momento supo que podía llevar una vida tranquila si no molestaba a nadie en el proceso. 

Su primer buen acercamiento fue a Ayato, quien consideraba uno de los mas suaves, consideraba que él también necesitaba un amigo y un banco de sangre, supo escuchar la historia que alguna vez y curiosamente quiso saber y descubrió que cada hermano sufría de su propio dolor. Siendo con él fácil de charlar, empezó a descubrir que el mas difícil de acercarse siempre seria Reiji, quien tenia unas cualidades y facetas mas duras de conllevar, sin embargo, al tratar de hacerlo, sus avances comenzaron a ser mas ambiguos y se demostraban con mas facilidad. 

- Te castigare si terminas haciendo algo mal 

Desde que comenzó a acercarse a él, los malos tratos fueron evidentes, ayudaba en lo que podía intentando descubrir la historia que traía tras su espalda, era alguien con quien charla era mas sencillo pero descubrir era mucho mas complicado. Al principio, pensaba que quitarle esa carga de hablar con alguien lo aligeraría, lo volvería mas dócil y su cercanía se haría mas evidente, pero que el hablara por su propia voluntad, que confiara en su propia persona se hacia evidente que seria algo difícil de realizar. 

Mas que todo, empezó a descubrir parte de su historia por boca de los otros hermanos, y cada uno de sus gustos de una manera similar. 

Al principio con toda esa carga de información, trato de evitar constantemente las preguntas que pudieran hacerlo enfadar, también trataba de evitar que de su boca saliera alguna pista de que sabia algo y que el pudiera molestarse; esa carga se hizo evidente cuando por accidente menciono una de esas cosas que el tanto ocultaba y con su fuerte enfado solo supo morder su cuello hasta dejarla casi vacía. Fue la primera vez que sintió cierto temor, que venia acompañado de un sentimiento de lastima. 

Sin embargo, esa lastima fue evolucionando cuando se dio cuenta de cierto sentimiento que el mostraba al hacer evidente su cercanía a Ruki Mukami.

- ¿Sabes cuanto los detesto? - la ira en el rostro del pelinegro era evidente, mientras trataba de ocultar la marca de los colmillos. 

- E-Ellos me trataron bien - el sonido de un golpe llego a sus oídos, el pelinegro mantenía con fuerza su mano sobre la mesa sin quitar la mirada de desespero de sus ojos.

- Me importa mucho que ellos te trataran de esa manera - con una falsa sonrisa se acerco hacia ella, con seriedad, frialdad sus ojos los invadieron, su mano pálida y delgada se poso con delicadeza sobre su sonrojado rostro, acariciando con ligereza y suavidad su mejilla, para luego pasar sobre sus labios - Solo yo puedo morderte - con algo de brusquedad tomo su rostro por el mentón, elevándolo con algo de brusquedad y dejando al descubierto su cuello blanquecino, el cual traía la recién hecha marca de unos colmillos 

- R-Reiji-sa 

Antes de poder terminar su frase, los labios del pelinegro se posaron en su piel sensible, con fuerza clavo sus colmillos y las sangre comenzó a brotar. 

Desde ese entonces, las cosas comenzaron a cambiar. 

El pelinegro empezó a ser mas atento, a buscarle con mas frecuencia y a evitar a toda costa su acercamiento repentino a la otra familia. Cuando inicio su amistad con _______, el pelinegro dudaba de lo que podía sucederle y los celos brotaron con insistencia cunado noto la cercanía de cierto rubio a su alrededor. 

Para ella, era algo inusual, su corazón latía con fuerza cuando se daba cuenta que él la observaba con demasiada determinación, cuando la seguía o en ciertos instantes la ayudaba. Algo que se hizo constante, fue el que los labios de aquel muchacho se posaban con frecuencia en  las frías madrugadas, cuando con inseguridad pasaba sus filosos colmillos tratando de no perforar su piel. Su corazón mostro ese comportamiento inusual de cada vez al tenerlo cerca latía queriendo escapar de su pecho, la calidez en su cuerpo aparecía cuando con leves y suaves acercamientos él trataba de hacerse notar. 

Fue en otoño cuando las cosas cambiaron. Cuando un inusual ataque de celos hizo que sus labios conectaran por primera vez y que a pesar de la timidez y negación que ambos mostraban, sus corazones se conectaron. 

En aquel momento, le pudo dar una palabra para definir lo que sentía, amor. 

Sus acercamientos se hicieron mas evidentes y mientras trataba de ayudarle se podía notar como ambos querían repetir lo de aquella vez. Solo fue por un instante, que en un momento de desenfrenado nerviosismo estando solos en el estudio del pelinegro, terminaron consumando aquel amor que les quemaba, y alivianar las dudas que ambos podían tener. La inseguridad desapareció de repente, y el fogoso encuentro que tuvieron se comenzó a repetir con constancia. 

Ambos sabían de los sentimientos del otro, porque la manera de tocarse, de besarse y de amarse fue diferente, fue especial. 

Sin embargo las dudas nacieron nuevamente. 

El corazón de ella sintió las dudas de él y la forma especial con la cual la trataba comenzó a enfriar el calor que se sentían. 

- No sabes cuanto te amo 

Y a pesar de las tantas palabras bonitas que susurraba, faltaba aquel toque que hacia que su propio corazón no buscara la respuesta, sino que confirmaba completamente como se sentía. Al final del día, se terminaba presentando ese conflicto en su mente.

¿De verdad me ama? 

Fue pocos meses después que toda duda que tuvo termino siendo confirmada, cuando en la siempre silenciosa mansión, unos fuertes gemidos se hicieron presentes, venían del mismo lugar en el cual ella grito el mismo nombre que aquella chillona y susurrante voz gritaba. 

Habia una mujer, hermosa, sentada sobre el regazo de la persona que alguna vez le juro amor eterno. 

Al final del día, se confirmo que aquel pelinegro con el que alguna vez soñó para ser el hombre de su vida, declaraba ante todos que amaba a la chica entre sus brazos, una chica completamente diferente de lo que ella era. 

Y entre lagrimas lo único que pudo hacer fue rogarle a aquel hombre que no dejara de amarla. 

- ¿De verdad me seguirás amando? 

- Te amare, solo a ti 

Con esas palabras, creyó haber sellado aquel amor que alguna vez hizo que su corazón se volviera añicos, lo peor de todo fue que las piezas no solo quedaron esparcidas sino que varias de ellas se habían perdido. 

Él con sus dulces mentiras, se las había robado. 













MaliNeko 



Bad Boy || Yuma MukamiWhere stories live. Discover now