XVIII Mañana Tranquila

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Las sabanas en la cama estaban desordenadas, las manos del castaño sostenían su cintura con fuerza, su rostro se ocultaba en el cuello de ella y con una sonrisa aspiro su delicioso aroma.

Se habían escapado de la fiesta luego de varios minutos intercambiando leves besos, habían avisado a la rubia que se dirigían para su hogar y habían terminado acostados en la cama de ella mientras acariciaba los cabellos castaños con delicadeza, ella se hallaba durmiendo, con un puchero en sus labios que lograba derretirla. Aun no sabia el como tenia a aquella dulce chica entre sus brazos, en como ahora podía besar sus labios y como marcaría territorio a algún pretendiente que tratara de robársela.

Apretó el agarre de sus brazos, el solo pensamiento de separación le comenzaba a aterrar, era la primera vez que se sentía de esa manera posesiva.

Un lado que nunca había experimentado con sus demás parejas.


La rubia se hallaba en la mansión Mukami, el día había caído con rapidez y después de que su amiga se fue de la fiesta, ella le siguió.

La mansión estaba silenciosa, los pasillos vacíos y con cierta incomodidad. Sabia que ellos no estaban allí, de hecho, debería ir hacia donde su mejor amiga, ya que prontamente aparecería la hermana de la contraria y se enojaría al fijarse el acompañante con el cual estaba.

Termino por arreglar el lugar donde estaba y su ropa para partir cuando el golpe de la puerta al ser abierta la espanto. El rubio entraba con el cabello despeinado, le observaba de arriba hacia abajo y con un puchero se acerco hacia ella.

- ¿Yuma y _______ están juntos? - pregunto serio, parecía nervioso y algo preocupado

- Si, salieron de la fiesta después de media noche, de hecho, voy para allá - susurro observando como el rubio bajaba la mirada aliviado - ¿Paso algo? - pregunto, el rubio se sentó en la cama tomando entre sus manos su rostro

- Creo que alguien quiere lastimaros

Con el sol pegando en su rostro y la apacible comodidad en la que se encontraba, despertó.

A su lado el castaño permanecía aun dormido, su rostro se veía tranquilo y una pequeña sonrisa surcaba en sus labios, tocando su rostro le observo, parecía un niño mientras dormía, fruncía el seño o solo susurraba incoherencias, estando profundo en el mundo de los grandes sueños. Su cabello estaba sobre su rostro, le caía cubriéndole parte de la frente y tratando de alcanzar sus ojos, parecía haberse desatado.

Alcanzo su móvil después de durar minutos observándolo, la hora marcaba ser las nueve y media de la mañana, su hermana debió haber llegado en el amanecer. Trato de salir de los brazos del castaño, surcando una sonrisa al ver como la apretaba fuertemente, estaba realmente dormido y parecía negarse a dejarla escapar; entre intentos decidió por despertarlo, debía ser horas de tomar algo de comer por lo cual comenzó a moverle con suavidad, susurrando su nombre y esperando respuesta.

- Yuma - susurro acariciándole el rostro y esperando una respuesta suya

- No te muevas, quiero dormir - murmuro apretando mas el agarre en su cintura

Nego levemente, y con varios besos repartidos en su rostro, intento nuevamente salir de su agarre, ante aquella iniciativa, el chico unió sus labios en un beso, con necesidad movía sus labios buscando mas contacto y sugerente por no separarse, la chica correspondió en instantes y a la falta de aire se separaron, el chico con una sonrisa en sus labios acaricio su mejilla.

- ¿Hay mucha necesidad al levantarnos? - pregunto recostándose en la cama

- Es hora de comer algo - murmuro sonrojada sonriendo

- La comida puede esperar un poco mas - murmuro tomando de la cintura y acercándola a su cuerpo - La cama esta cómoda contigo

El sonrojo apareció en el rostro de la castaña, quien avergonzada se levanto. Dirigiéndose a la puerta, salio de la habitación, dejando a un castaño sonriente sobre aquella cama.

El lugar estaba silencioso, camino a la cocina tomando en su camino algo para poder cocinar, su estomago estaba esperando algo de comida, ya que desde la noche anterior y algo antes no había consumido nada. Coloco algo de fruta en la alacena cercana,  picado dentro de un plato. Susurro varias letras de canciones continuando con su labor, sintió una presencia detrás de ella, tomándola por la cintura sonrió al sentir los labios del chico sobre su cuello.

- Se siente sola la cama sin ti - abrazo con fuerza la cintura

La castaña sonrió observando de reojo al chico, quien estaba con el cabello alborotado y una sonrisa brillante en su rostro. Sonrojada continuo con su labor, ignorando los labios del castaño sobre su cuello y como le atrapaba contra la mesa de la cocina.

Seria una buena mañana, solo para los dos.


Estupefacta, abrió la puerta de la mansión. Todo lo contado por el rubio le había dejado ahogada y nerviosa.

¿Como alguien podría ser así de malo?

Negando con la cabeza, se dirigió hacia donde su mejor amiga. Habían tantas cosas por aclarar.

Tantas cosas por que desconfiar.










MaliNeko

Bad Boy || Yuma MukamiWhere stories live. Discover now