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El acto de las trapecistas continuaba ejecutándose cuando Austin y yo nos levantamos al mismo tiempo, con el corazón en la boca, al notar el asiento vacío de Elián. Nos miramos rápidamente y luego comenzamos a buscarlo por encima de las cabezas de todas las personas que había en las gradas. La preocupación aumentó en ambos considerando que había demasiada gente en el lugar y que aquel pequeño cuerpito podía encontrarse en cualquier parte.

Salimos de nuestra fila para lograr alcanzarlo antes de que fuera demasiado tarde. No sabemos hace cuánto se fue, ni qué cantidad de metros pudo haber recorrido. Pero no perdimos tiempo en sacar conclusiones y nos pusimos a gritar su nombre. Quienes estaban a nuestro alrededor, no mostraron interés alguno, o al menos la mayoría de ellos. Solo unas pocas personas nos preguntaron qué estaba pasando y cómo podían ayudar.

No estábamos teniendo éxito en las gradas, por lo que le planteé a Austin la idea de que tal vez se fue al baño, o que se dirigió tras bastidores.

-Yo iré al baño, tú ve a los camerinos. Si alguno lo encuentra, le manda un mensaje al otro- demandó, a lo que yo asentí.

No se lo dije, pero la idea de separarnos no me gustaba. Eso, por lo general, nunca terminaba bien, las películas de terror me lo han enseñado perfectamente. Pero en este caso creo que ambos estábamos igual de desesperados por encontrar al pequeño, temiendo que algo malo le haya sucedido. Y si teníamos que separarnos para cubrir más terreno, estaría dispuesta a hacerlo. Me introduciría hasta en el túnel más oscuro y tenebroso con tal de volver a tomar su manita y sujetarla con fuerza.

-¡Elián!- grité una y otra vez, pasando de una cortina a otra. En algunos camerinos, algunos intérpretes estaban tomando su descanso, mientras que otros estaban desocupados. Caminé con pasos largos y acelerados, elevando mi cuello hasta el límite. Mi corazón latió con más fuerza a medida que avanzaba y no obtenía señales de él. Esperaba con ansías la vibración de mi teléfono, pero eso tampoco sucedía.

¿Por qué se fue así? ¿Por qué no nos avisó? Elián siempre fue muy bien educado en ese aspecto. Cada vez que cruza la calle toma la mano de su madre, cuando quiere ir al baño pide permiso, incluso procuraba lavarse las manos antes de comer. En resumen, es un niño que tiene los modales básicos más que incorporados y sabe cuándo utilizarlos. Por lo tanto, él sabe perfectamente que no puede irse solo, y menos en un sitio con una multitud como esta.

Aunque... no es la primera vez que hace algo como esto. Aún tengo muy presente en mi memoria el día de la fiesta, cuando lo encontré sólo y llorando en la bódega. También, había dejado rastros de que había pisado el salón donde estábamos todos celebrando y borrachos en aquel momento, pero es imposible saber cuál fue su propósito al ir allí.

"Valerie está viva" . Todavía recuerdo sus escalofriantes palabras y el sonido de su voz. Este último se quedó resguardado en mi corazón porque no sabía si sería la última vez que la escuchara, pero era inevitable relacionarla con su afirmación.

¿Qué está sucediendo con ese pequeño?

¿Por qué no hablas, Elián? ¿Hay algo que no quieras decir en voz alta?

El sudor bajó por la piel de mi espalda cuando aumenté la velocidad de mis pasos. Ciertamente, hacía calor dentro de la carpa y el clima de Seattle otorgaba otro peso extra. Pasé las manos por mi cabello rojo, desesperada, con mi pecho subiendo y bajando. Joder, no pudo haberse ido muy lejos, tiene que estar por aquí.

Recibí un mensaje de Austin donde comentaba que Elián no estaba en el baño y que seguiría buscando en la arena. Había tenido esperanzas de que las ganas de ir al baño de Elián fueran tan urgentes que lo hicieran correr lejos de donde estaba. Pero lamentablemente tuve que desechar la idea.

Circus (+18) I COMPLETA IWhere stories live. Discover now