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Capítulo 32

Capítulo narrado

Lena estaba verdaderamente molesta con Kara, tanto así que se dispuso a entrar a aquella cafetería a golpear a aquel idiota.

Porque así lo consideraba ella, un grandísimo idiota.

Guardó su celular en el bolsillo trasero de su jean para después caminar rápidamente hacia la entrada de la cafetería. No sabía muy bien lo que iba a hacer pero al menos tenía una idea.

Llegó hasta la entrada del local, y pudo ver con claridad lo que pasaba dentro sin necesidad de entrar. Observó como Kara reía divertida por las ocurrencias de su amigo Mike. Lo que Lena no sabía, era que en realidad la rubia estaba muy nerviosa por lo que podía llegar a suceder en unos minutos más.

La ojiverde abrió la puerta haciendo que una campanilla sonara suavemente.

Kara fue la única en el lugar que miró hacia allá e inmediatamente Lena le dedicó una hermosa sonrisa que contenía una pizca de cinismo.

La ojiverde caminó a pasos seguros hacia ellos mientras la rubia se levantaba en una rápido movimiento haciendo que Mike la mirase confundido.

—¿Pasa algo, Kara? —preguntó el chico sin entender la situación. Luego sintió que por detrás alguien lo tomaba de la camiseta haciendo que se levantase bruscamente por aquella persona—. ¿Pero qué... —ahora solo sintió que lo volteaban para después darle un gran puñetazo en la cara, el fuerte golpe hizo que el pobre chico cayera al piso sin piedad llamando la atención de todos al rededor.

Lena estaba cegada por la rabia y el enojo en ese momento, e intentó seguir golpeándolo, pero Kara fue más rápida tirándola hacia atrás.

—¡¿Estás demente, Lena?! —gritó molesta por lo que acababa de ocurrir. Nunca pensó que Lena realmente golpeara a Mike.

Por otra parte el chico se encontraba en el suelo limpiando su labio inferior que no cesaba de sangrar. Las personas alrededor comenzaron a acercarse a él para ver en qué situación estaba, pero él solo decía que estaba bien.

—¡No me mires así, Kara! —le encaró Lena a la menor—. ¡Él se lo buscó!

—¡¿Por qué mierda me golpeaste loca?! —esta vez fue Mike quien gritó acercándose a ambas chicas.

—¡Cállate si no quieres otro! —contraatacó ella caminando hacia él, pero Kara la detuvo antes de que cometiera otra locura.

—¡Lena, calmate! —pidió la rubia tirándola hacia atrás nuevamente—. ¿Te encuentras bien? —le preguntó al chico con preocupación.

—Algo así —murmuró él limpiándose nuevamente la herida abierta que tenía su labio.

—Yo te curaré eso después, no te preocupes —le aseguró la menor mirándolo con tristeza. Ella no pensó que aquella salida terminaría así.

—¡Oh no! ¡No lo harás! —gritó Lena provocando que la molestia de Kara aumentara—. ¡Te vienes conmigo ahora mismo!

—¡Me iré con Mike! —respondió poniéndose detrás del chico recién nombrado.

—¡¿Pero qué les pasa a ustedes?! —el dueño del lugar finalmente se hizo presente entre tanto alboroto—. ¡Se largan ahora mismo si no quieren que llame a la policía! —ordenó molesto.

Los tres jóvenes comenzaron a caminar hacia la salida, haciendo que todos posaran sus ojos sobre ellos.

—¡¿Ustedes qué mierda ven?! —gritó Lena todo pulmón. Rápidamente todos ellos miraron hacia otro lado, y Kara sintió que su piel se erizaba al escuchar gritar de esa forma a Lena, pero no quiso decir nada.